Thinking of you || Edson Puch

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Ya estábamos en San Diego, el viaje había sido agotador, aunque dormí todo el viaje, pero no era lo mismo dormir en un avión, era incómodo, así que apenas llegué a mi pieza del hotel me tiré en la cama y dormí como mil horas. Recuperé todo el sueño perdido.

                   Ahora mi mamá se iba a juntar con su pololito, y adivinen ¿Qué? yo también tengo que ir, creo que el imbécil nos iba a pasar las entradas para los partidos y darnos las indicaciones para ir al estadio, y como mi mamá era un asco en las indicaciones y yo era la única que hablaba inglés me las tenía que dar a mí.

—Mi rey— exclamó mi mamá apenas vio a su pololito. Rodé los ojos. Es que era tan flaite. ¿Por qué mierda se decían así? Mi mamá corrió a donde estaba Edson y sin importarle toda la gente que miraba le dio un beso apasionado. ¿Esa mujer acaso no tenía pudor?

—Hola flaca— dijo Edson después de soltarse del agarre de mi mamá. Me dio un beso en la mejilla.

—Hola Edson— saludé. Él me dio una media sonrisa, luego se fue a saludar a su hermano.

—Hola— escuché una voz. Miré hacia al frente y era Charles Aránguiz. Mierda. ¡Charles Aránguiz me estaba hablando! Iba a empezar a flipar, él era como super genial, era como mi ídolo de la selección. Bueno aparte de Arturito que es genial a pesar de ser un borracho de mierda—¿Tú eres Isabel? — ¿Cómo sabía mi nombre? Dios iba a morir desmayada ahí  mismo.

—Em... hola— saludé— sí, esa soy yo...—sonreí como una estúpida— ¿Cómo es que sabes mi nombre? O sea no es que esté reclamando, de hecho soy feliz de que sepas mi nombre, porque tú eres genial, pero es raro que lo sepas...— Iba a pensar que estaba loca porque estaba hiperventilando, por lo cual estaba hablando puras tonteras.

—El Edson nos contó acerca de ti, acerca de su hijastra— bufé. Estúpido Edson, me pone de mal humor escuchar su nombre —Pero todos pensábamos que eras una niña chica, pero resultó que no, el Edson estaba sorprendido y buta como que a nosotros, me refiero al Edu, al Queno y yo nos dio curiosidad de conocerte... — voy a morir. Esto es como un sueño, uno muy loco, uno que nunca le conté a nadie porque o sea ¡Qué vergüenza! Que tengas como un crush por un futbolista de la selección.

—¿En serio?, ¡Oh por Dios! Esto es como muy extraño— me reí como estúpida— me siento como famosa— él sonrió— nunca un futbolista famoso me había querido conocer

—¡Qué eres loca! Si yo soy una persona normal, común igual que tú, no tiene nada de especial— es que este mino era demasiado tierno, demasiado genial por eso me gustaba...

—Holanda ¿qué talca? ¿Cómo les baila? — dijo alguien abrazándome, era el Eduardo Vargas, no lo encontraba muy agraciado físicamente, pero era seco, o sea era el goleador de la Copa América y además siempre le había encontrado pinta de simpático, aunque cuando andaba con la brasileña se había puesto un poco pesado, por suerte ya no estaba con ella...— Así que tu erí la hijastra del Puch, media suerte el hueón, yo también quiero una hijastra así— mi cara se calentó, yo no era de sonrojarme pero estar rodeada de futbolistas famosos, de tipos que siempre vi en la tele y eran inalcanzables para mí, me hacía ponerme nerviosa.

—Hola yo soy el Queno— dijo Eugenio Mena con una sonrisa tímida. Sonreí. Era bonito él, de hecho era como mi tipo de hombre... es que era muy guapo.

—Hola—respondí— pero no hay necesidad de presentarse ya sé quiénes son de hecho todo Chile los conoce— el Queno me sonrió. Quedé in love, lástima que tiene polola, o eso escuché por ahí...

—Tengo una pregunta para ti hija de Puch— dijo el Eduardo.

—¿Qué cosa? — pregunté— dime no más.