Malena

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 En el momento del beso hubiera jurado que... No importa. Respeté su decisión y no hablamos en todo el camino de regreso. 

Pensé que había hecho algo mal, que la incomodé o quizás no era bisexual como ella pensaba. Lo mejor sería dejarla en su casa y no verla nunca más. Las chicas heterosexuales y curiosas son de lo peor, mejor perderlas que encontrarlas.

La dejé en la puerta de su inmensa casa de dos pisos. Cruzó la puerta de las altas rejas que limitaban el terreno de la misma, y caminó hasta la entrada de la casa. Miró sobre su hombro  hacia mí, lo que hizo que se me detuviera el corazón, ilusionada pensé que volvería a darme un beso de despedida o por lo menos solo una sonrisa pero nada de eso pasó. Solo me miró y entró a su casa. 

Frustrada volví a la fiesta, sentí que había malgastado mi tiempo, en vez de aprovecharlo con una chica decidida que quiera algo más que un beso. No podía creer lo ilusa e idiota que fui.

Cuando llegué busque a la chica con la que estaba coqueteando pero no la encontré, por lo que tuve que buscar otra. Me reuní con mis amigos y luego de tomar un par de tragos me presentaron una chica, bastante linda. Esta chica, llamada Dev, se me insinuo toda la noche, yo ni siquiera tuve que hacer nada. Confieso que la traté horrible, estaba algo borracha y la ignoraba o me burlaba de ella, Dev solo sonreía incómoda pero seguía empeñada en conseguirme. 

Cuando desperté a día siguiente tardé en recordar dónde estaba. Estaba en ropa interior, tenía la boca pastosa, la cabeza me daba vueltas, tratar de levantarme significaba empeñar un gran esfuerzo. La sed me obligo a tomar un vaso que estaba en la mesita a la par de la cama. Desesperada por hidratarme tomé un sorbo grande. Era vodka. Salté de la cama y fui a buscar el baño, logré llegar al excusado y vomitar allí. Me lavé la cara y volví al dormitorio. Dev seguía durmiendo profundamente, parecía que nada podría despertarla. Largué un fuerte suspiro, me daba igual si se despertara o no, yo me iría igual y le mentiría que la llamaría.  

Fue una noche de mierda, ni siquiera recordaba si el sexo fue bueno o no. De repente entre mis pensamientos recordé a Liz y pensé en ella todo el camino a casa. 


Inalcanzable LizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora