Inalcanzable Liz

Liz

-¿Qué puede ser tan terrible?

Me preguntó Malena; miré sus labios , sus aros en las orejas y otro en la nariz. Luego la miré a los ojos con sus largas pestañas y sus cejas gruesas. Me daban mirada tan intensa que me hacía tartamudear. 

No podía creer que conociendo una extraña en un baño de una fiesta iba a terminar en un acuario a altas horas de la noche.

-¿Alguna vez besaste a una chica? -Pregunté tímida.

-Muchas veces. 

Contestó sonriendo y ví como se le formaban los hoyuelos que me parecían encantadores.

-Creo que me gustan las chicas... Pero no estoy segura.

-Y quieres besar a una chica para verificarlo ¿Estoy en lo cierto?

-Era demasiado obvio

-Ya pasé por eso. Y en la mayoría de los casos no es que eres bisexual, sino más bien una lesbiana.

No supe que contestar, todo lo que me dijo me pegó de golpe.

-Mira, si quieres averiguarlo puedo ofrecerte mi ayuda. Yo nunca ando con chicas que experimentan pero por ti... -Se acercó más - puedo hacer una excepción.

Me ruboricé, me tomó por la espalda, nuestras respiraciones se entremezclaron, me acarició la mejilla y luego el brazo hasta que llegó a mi mano y me la tomó.

-Solo di si o no. -Me dijo al oído. 

Yo solo sentía como se me ponía la piel de gallina y hacía que me acelerara el corazón.

Quería besarla, quería sentir sus labios.

-El que calla otorga.

Me dijo con una sonrisa pícara. Me tomo la cara suavemente , lentamente nuestros labios llegaron a tocarse, primero fue un beso lento. Sentí como si mis pulmones se estuvieran llenando de aire, como si ya estuviese completa, como si no hubiera nada por arreglar de mi. Paramos un momento y nos miramos a los ojos, esta vez yo la tomé de la espalda y la atraje hacia mí. La besé con tanto deseo que no quería soltarla, sus labios suaves me obligaban a desear más. Malena subió sus manos hasta mis hombros apretándome más hacia ella, luego comenzó a bajarlas y supe a dónde quería llegar, yo si quería pero algo dentro de mi me detuvo. Dejé de besarla y nos quedamos de nuevo cara a cara, mezclando esta vez, respiraciones agitadas.

-¿Pasa algo?

-No es nada.

Le dije alejándome un poco.

-Es solo que me siento mal ¿Podrías llevarme a mi casa? Por favor...