No lo vale

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El ojiverde la soltó y ella no supo qué hacer. No podía ver a ninguno de los dos a los ojos... Quería salir corriendo y gritar con todas sus fuerzas pero no podía. ¿En qué clase de persona se convertiría si salía corriendo del lugar? ¿Qué pensaría Adrien de ella si se quedaba a trabajar después de aquella pelea? Estaba tensa y temerosa. Si no podía pensar con claridad, menos/podría tomar una decisión.

—M-Marinette...— El rubio quería ayudarla pero no sabía cómo. Si decía algo inapropiado, ella lloraría y saldría corriendo pero también podía hacerla enfurecer.

—A-adrien...— Apenas pudo responder con un hilo de voz. Le daba la espalda porque no podría verlo de nuevo como siempre... No después de mostrarle el peor lado de ella... Su locura.

—Largo de mi casa. Ésta me las cobro caras— Chloe no tuvo la inseguridad que la "pareja" poseía, ella no acostumbraba pensar lo que tenía que decir, simplemente lo decía —Adrien y yo terminaremos el trabajo, tu solo estorbas

—Chloe, deten— el rubio intentó detenerla pero fue inútil

—Bien— la peliazul interrumpió... Pero tomó una decisión. Se iría a casa y al día siguiente entregarían el trabajo, pero ya no sería lo mismo con Adrien. No más.

—Espera— Adrien quería irse con ella, pero decidió quedarse y convencer a la engreída de olvidar lo sucedido, después Chat Noir consolaría a Marinette.

La peliazul evitó las miradas. Tomó su mochila y salió del lugar a toda prisa hasta bajar las escaleras que conducían al tren ligero que a esas horas se encontraba vacío.

—Tikki... Trans...— Comenzó a llorar.

—Oh, Marinette... No llores por favor— la pequeña criatura salió de la bolsa rosada y besó la mejilla de su amiga que estaba en mal estado. Muy mal estado.

—Tikki... ¡Transfórmame!

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Ladybug aterrizó en el balcón de la casa y una vez dentro de la habitación, se destransformó. —Tikki, lo arruiné... No puedo volver a estar cerca de Adrien sin recordar lo mal que actué frente a él... ¡Todo por culpa de Chloe!— La chica rompió en llanto.

—Marinette, perdóname, quiero ayudarte a superar esto... Pero puedes invocar un akuma si te molestas así con Chloe, ella hace muchas cosas. Nunca cambia y tu no debes dejar que te afecte así.

—¿Un akuma?... Tikki, soy la única que puede purificarlos, Hawkmoth no puede akumatizar a Ladybug— Dijo calmándose un poco —¡Además no tengo ninguna intención de vengarme por hacerme quedar mal frente al amor de mi vida!

—Tranquilízate... Mira. Hawkmoth no sabe que tu tienes el miraculous de Ladybug. Por lo tanto puede akumatizarte fácilmente y tal vez descubra quién es la catarina enmascarada— La criatura sacó una galleta y se la dio a la peliazul —Te la doy. Deja de soltar esa mala vibra, todo se arreglará más adelante.

—Tal vez tengas razón, Tikki...— repuso — pero no pienso dar la cara a Adrien nunca jamás— Mordió la galleta.

La pequeña suspiró decepcionada, pero era la decisión de la chica y ella debía apoyarla debidamente. Se quedaron un momento en silencio cuando un gato negro entró por la/ventana que daba al balcón. Marinette se asustó y gritó. Tikki alcanzó a esconderse.

—¡Marinette!— Chat Noir jadeaba —Te he visto malherida en la calle ¿Está todo en orden?

—¿Malherida en la calle?— La chica había llegado como Ladybug... Era imposible que la hubiera visto caminar en la calle como Marinette pero recordó el camino hacia el tren. Tal vez la había visto en ese camino —Ah... Eso... No. No es nada.

El rubio caminó hacia ella y pasó su dedo pulgar por debajo del rasguño que llevaba en la mejilla derecha y le lanzó una mirada desafiante pero su tono era más de preocupación —¿Qué pasó?

La ojiazul intentó evitar que su rostro o su mirada la delatara pero al ver la mirada de su mejor amigo enmascarado rompió en llanto contándole exactamente lo que había pasado (procurando no mencionar a Adrien como alguien importante para ella). El gato travieso la abrazó con cariño y le acarició la cabeza. —No llores, está bien perder la cordura de vez en cuando... Todos hemos roto nuestro orgullo por culpa de alguien— El chico no pudo evitar pensar en su padre. —Pero no pasa nada... Seguro tu compañero habrá hablado con ella, si dices que nunca te vio así, debe ser algo grave.

—¿Adrien? No... Su rostro mostraba horror, hice algo terrible— Le regresó el abrazo y recargó su cabeza en el pecho del héroe pero las lágrimas seguían.

—Si, fue terrible... Ahora ¿Cómo te sientes? ¿Sigues enojada con Chloe?

—No... No lo vale

El gato hizo que lo mirara a los ojos tomándola de  por la barbilla y le secó las lágrimas. —Exacto. Tus lágrimas, la culpa, la preocupación, la decepción, el miedo... ¿Lo valen ahora?— Sonrió

—Si estuvieran aquí, lo valdría todo— la chica cerró el ojo izquierdo mientras el gato le limpiaba la lágrima.

—Pero no estás con ellos— Le besó la frente —Estás conmigo y yo no pienso juzgarte, ni verte horrorizado y jamás te gritaría— sus labios seguían rozando su frente mientras sus manos se deslizaban cuidadosamente hasta posarse al rededor de la cintura de la chica. Ella se sonrojó y sus manos se deslizaron desde su espalda hasta su nuca, nuevamente hundiendo sus dedos en los cabellos dorados que tanto le gustaban. La vigilancia nocturna lo hacía ver atractivo por la forma en que el viento jugueteaba con su cabello.

—Gracias por apoyarme siempre, Chat Noir— susurró y el chico sonrió. Sus mejillas estaban encendidas.

—Eres muy interesante— contestó.

La peliazul levantó la vista y se le quedó viendo con una expresión confundida e inocente. Eso hizo sonrojar aún más al héroe.

—Te lo dije desde el primer día que nos conocimos. Aun recuerdo tu rostro de sorpresa... No me creíste y ahora mira la confianza que nos tenemos

—Nunca supe a que te referidas con "interesante"— Bajó la mirada y sus manos deslizaron a los omóplatos del gatito tan delicadamente que el chico sintió un hormigueo por todo en cuerpo y un escalofrío se apoderó de él. Ella soltó una pequeña risita.

—Pues... Por como eres, solo por eso. Me encanta tu forma de ser... Me encantas— El chico la trajo hacia sí y la envolvió en un cálido abrazo para ocultar la timidez que sentía en aquel momento. Había dicho algo realmente extraño que era fácil de malinterpretar. Bien hecho, Chat Noir. Bien hecho.
La peliazul se paralizó. ¿Acaso el héroe de Francia estaba coqueteando con una chica torpe?... Suena gracioso. Pero eso parecía. No dijo nada y eso generó tensión en el rubio enmascarado que no pensaba corregir lo que había dicho, después de todo era cierto. Su corazón latía con fuerza y su rostro completo estaba al rojo vivo.

—Chat... ¿Quién te gusta?— Marinette tenía el rostro oculto. El abrazo le otorgaba esa maravillosa maniobra de ocultar su pena.
Ladybug. Era obvio. Solo que estar así con Chat Noir era tranquilizador. Sentía tantas cosas que hasta pensó en lo incorrecto que debía ser. Sentir cosas bonitas por un héroe que estaba enamorado de su lado heroico era pésimo... Pero también lo era cuando ella estaba enamorada de un chico que no tenía poderes.
El gato negro acercó sus labios a la oreja de Marinette —¿Porqué la pregunta?—Susurró. Ahora ella era la del escalofrío. Sentir el cálido aliento de Chat en su oreja era una sensación agradable.

—Curiosidad— contestó.

Chat Noir suspiró y volvió a susurrar en la oreja de la peliazul —Me gustas tú— Dijo.

Continuará...

¿Francia Por Amor O Amor Por Francia? [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora