¿Francia Por Amor O Amor Por Francia? [Terminada]

Reunión (Parte 20)

Pasaron un par de días y no hubo presencia maligna en todo Francia, sin embargo, la gente aún tenía miedo. Antes de que Marinette despertara del desmayo, Chat Noir ya había aceptado ayudar a Hawkmoth sabiendo que cometería un gran error.
Cuando aceptó, lo primero que había hecho era llamar la atención de todos, reunió a la gente en la torre eifel y gritó lo suficientemente fuerte para que llegara a los oídos de todos.
Nathaniel estaba entre la multitud con la peliazul en los brazos. Tenía que sacarla de ahí, pues él había visto la escena de Ladybug salvándola.

—¡He reunido a todo Francia para darles una mala noticia!— Él sonreía de mala gana. La gente murmuraba. ¿Porqué Chat Noir lucía así? —Ladybug, la farsante caerá. ¡Y ustedes se irán con ella!— Soltó una carcajada horrible y saltó hasta llegar al piso, con ellos. Donde Marinette estaba antes de que Nath la rescatara.
—¿Dónde está Marinette Dupain Cheng?— Su vista pasó por muchos rostros pero no la encontró, Nathaniel había echado a correr cuando escuchó el nombre de su amiga.

—Te pondré a salvo, Mari— Susurró y se escondió en un balcón.

—Si no aparece, la perdición de todos ustedes será aún peor. Bola de escorias— Saltó a un tejado y empezó a buscar por todos lados. Saltando a toda velocidad y sin detenerse.

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Era media noche. La peliazul regresaba de la vigilancia nocturna pero no hubo rastro alguno de un akuma, Volpina o Chat Noir.

—Estoy agotada pero al menos Francia está bien— La ojiazul se acostó en la cama y cerró sus ojos.

— Marinette, lo haces bien. Pero tienes que idear algo... Regresarán con algo más fuerte y no quiero que te derrumbes.

— Estaré bien. Te tengo a ti— Su voz era cada vez más débil y baja. Finalmente se durmió.

Tikki salió de la habitación. Finalmente, después de tanto tiempo tendría que ver a Plagg. El gato de los malos chistes y la indiferencia más cálida que exista.

Por otro lado, Adrien Agreste apenas se había quedado dormido. La tensión y la preocupación no le permitían pegar un ojo ni cinco minutos pero Plagg necesitaba salir y encontrarse con su compañera. Tenía que dormir al rubio y lo logró. Le ofreció varios vasos de leche tibia y un buen baño para despejar la mente, pues el día había sido cansado tanto para él como para el Kwami.

—Dormido me cae mejor. No se queja en absoluto— Rió y salió de la habitación.

Dos luces pequeñas secreunían en la famosa Torre Eifel, después de todo era el punto de encuentro tanto para los portadores como para los pequeños kwamis y esto era urgente.

—¡Tikki!— Plagg sonrió.

—Plagg— ... Ella no tanto.

—¡Oh vamos! ¿No puedes enamorarte de este pobre y apuesto kwami?— Así es. Plagg era igual de coqueto que el ojiverde que estaba dormido en esos precisos momentos.

—No— Le dio la espalda y en un momento de silencio lo miró de reojo sonriendo. Él la observaba pero estaba más cerca de ella que hace rato.

—No creo que no sientas nada por mí, siempre me rechazas pero puedo ver el sonrojo a pesar de tu color— La abrazó y ella entró en pánico.

—C-cállate— Se tapó la cara —T-tenemos que hablar sobre tu portador. Corres peligro.

—¿Te preocupo?— Plagg no tenía miedo ni al monstruo más poderoso cuando estaba con Tikki, por lo que siguió coqueteando con ella y burlándose por el descontrol de sentimientos que ella tenía po r él. Él lo sabía, lo amaba tanto como el a ella pero era muy terca para aceptarlo.