19.

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Narra John

Me escondí discretamente atrás del librero, a lo lejos podía ver a Dakota leyendo en una mesa a la esquina de la sala, estaba tan metida en el libro que no se había dado cuenta que ya llevaba 10 minutos viéndola fijamente. Se que esto probablemente me convertía en un acosador pero siendo honesto me han llamado peores cosas.

Me fui por atrás de los libreros hasta quedar atrás de ella lentamente hacer que mi boca a su oído y antes de que pueda hacer cualquier cosa lo mordí lentamente para luego susúrrale suavemente: Una chica tan bella no debería andar tan sola.

Luego me aleje un poco de ella y me senté a su lado, su cara estaba escondida entre su pelo, notoriamente quería esconder su sonrojo.

-Que haces aquí?-susurro aún sin levantar su cabeza.

-Quería verte-cosa que no puedo por su pelo tapando su cara.

Ella hizo la cara para un lado o sonrío para un lado sin decir ni una palabra.

-Deja verte-time su mentón forzando su cara a verme, se resistió y cuando logre virarlo note el porque. Tenía un gran morado alrededor de su ojo. Solté su cara como si su morado quemara y ella la giro tan bruscamente que temí que se halla lastimado-. Fue El?-pregunté apretando los puños por debajo de la mesa. No contesto, se recostó en la cabeza con los brazos estirados jalando más su suéter.

Tome su mano sobre la mesa y la apreté un poco para hacerle saber que era necesario para mí que me responda.

-No fue el-susurro luego de unos minutos de silencio. Fruncí el ceño desconcertado, no entendía nada de los que estaba sucediendo, ¿Acaso hay otro?

-Que?-

-No fue el-murmuro girando su cabeza viéndome a los ojos.

-Quien mierda fue?-dije desconcertado.

-Nadie, un chico en el bar se enojo conmigo-murmuro acurrucándose en la mesa, debe de estar cansada.

Me pare ocultando mi enojo y la cargue en mis brazos a lo que ella se tensó, no Le tome importancia y me fui por atrás d ellos libreros hasta salir de la biblioteca y treparla al carro delicadamente. Luego me trepé yo y lo encendí saliendo rápidamente.

-Adonde vamos?-preguntó con los ojos cerrados. Aproveche la luz roja para verle el ojo, era un gran morado el que tenía y me enojaba tanto saber que un idiota la ha lastimado, echo llorar y humillar.

-A mi departamento-conteste después-. Duerme un poco.

***

-El tuyo tiene pelo café?-preguntó ella mientras veía sus personas en el tablero.

-Si, el tuyo tiene lentes?-pregunté yo después.

-Nop-dijo riendo. Me iba ganando y aunque ella no quiera admitirlo, le encantaba eso.

Estábamos jugando Adivina el personaje, el mío era un Tipo llamado Frank y el de ella uno llamado Tom, sabía cuál era el de ella hace tres preguntas pero me gustaba verla feliz cuando adivina una y yo no.

-El tuyo es Carl?-preguntó después de unos minutos.

-Has vuelto a ganar-dije poniendo cara de cabreado.

Ella oculto una sonrisa muy mal ya que soltaba pequeñas risitas.

-Te parece chistoso que yo pierda?-pregunté levantando una ceja. Ella negó con la cabeza y luego soltó una risita. Saque los tableros de un empujen y me abalancé sobre ella haciendo que ella saque una carcajada de lo más profundo de su garganta y comience a gritar como niña pequeña.

-Has comido algo?-pregunté mientras acomodaba un mechón de su pelo tras su oreja.

-No, pero no te preocupes, no tengo hambre-dijo mientras miraba el techo. Este estaba lleno de frases de mis canciones favoritas.

-Vas a comer-sentencie parándome de la cama.

Tome su mano y la pare de un solo tirón, caminamos hasta la cocina y la senté en el mesón mientras yo hacía la cocina.

-Como te hiciste eso?-preguntó.

-Que cosa?-pregunté mientras cocinaba algo.

-Esa cicatriz en el brazo-contestó.

-Ah...eso, bueno yo tenía 15 años y para ese entonces yo ya había entrado al mundo del alcohol, el punto es que un día había regresado tarde a casa y escuche ruidos en el cuarto de paula, ella tenía sólo 12 años, y bueno entre y vi a Paula llorando con sangre en el labio y a un tío encima de ella arrancándole la ropa, me acerqué a él furioso y comencé a pegarle, él era mucho más fuerte que yo y pues tomó la lámpara de Paula la rompió y me corto con un pedazo de los vidrios-suspire terminado de contar la historia. No me gustaba hablar de eso.

Me giré a Dakota, estaba con la cabeza gacha y se tocaba de vez en cuando el ojo.

-Te duele?-le pregunte acercándome a ella preocupado. Le alce la cabeza y lo toque suavemente, Dakota hizo una mueca de dolor y luego sonrió un poco.

-Se te va a quemar la comida-susurro.

Fui a sacar la comida de la hornilla y luego me volví a acercar a Dakota-. Ya vengo- fui hacia el baño saque un poco de crema para golpes y volví a la cocina.

Me puse entre sus piernas y lleve la crema de mi mano a su ojo y con cuido lo puse alrededor para no lastimarla.

-Gracias.

No dije nada. Puse la comida en dos platos y comí en silencio, no tenía ganas de hablar, solo quería jugar un poco mis videojuegos y luego largarme a dormir.

Levante la cabeza y vi que Dakota ni siquiera había empezado a comer, hasta había dejado el plato en el mesón.

-Come-le ordene.

Ella hizo una mueca y giro la cabeza para otro lado ignorándome completamente.

-Vamos Dakota no estoy con ánimos-dije en un gruñido.

Ella simplemente Bajo la cabeza y salto del mesón para luego caminar hasta la entrada.

Bien que se largue, ni que me importara.

Narra Dakota

Acaso había dicho algo malo? Que le pasaba?

Camine por las calles mientras me bajaba las mangas de mi suéter, hacía mucho frío.

Finalmente llegue y de una me puse a hacer la cena de El. Cuando ya estaba todo puesto en la mesa y yo estaba en una esquina esperándolo se escucho el fuerte golpe de la puerta siendo azotada y los nervios me entraron.

-Puta te tengo visitas-alce la mirada solo para ver a un viejo enorme con una sonrisa desagradable viéndome. Me mordí el labio aguantando las lágrimas y baje otra vez la mirada-. Sube y prepárate para tu visita-ordenó y enseguida cumplí su orden.

Subí las escaleras con lágrimas en los ojos, me desnudé y espere parada a su amigo.

Se abre mi puerta y suelto un sollozo, el viejo ríe y se saca la ropa rápidamente. Retrocedo hasta quedar pegada a la pared, no tiene remedio, igual se acerca a mí y jala fuertemente de mi pelo hasta tirarme al colchón.

Y ahí es cuando todo empieza...como una película que se repite y se repite y se repite...

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