30.

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Narra John
Me pare en el marco de La Cocina viéndola recoger los vidrios cuidadosamente. Eran las 7 en punto de la mañana y ella ya estaba haciendo de chacha.

Me acerco a ella por detrás y tomo sus manos por detrás haciendo que de un pequeño salto del susto.

-Que tal si vuelves a dormir?-le pregunto mientras la ayudo a pararse.

-Si..digo no..es que..yo y..y...los vidrios-dice viendo al piso.

La tomo de los hombros y comenzamos a caminar lentamente hasta nuestra habitación.

-Los vidrios no se vana a mover de ahí, necesitas dormir un poco-la tumbó a la cama y la abrazo fuerte en mis brazos.

Y cuando ya la siento relajarse en mis brazos escucho el timbre ser tocado varías vez sin parar.

-Joder!-murmuró encambronado-. Ya vengo-le doy un beso en la mejilla y me paro cansado de la cama.

Camino hasta la puerta y apenas la abro esta es empujada por Tom que llega y se sienta en mi sillón como si fuera su maldita casa.

-Que mierda haces aquí tan temprano-le digo cerrando la puerta frustrado.

-Cálmate dios, te vendría bien un polvo estás como la regla hijue puta-dice prendiendo la televisión y poniendo el football.

Ruedo mis ojos y camino hasta mi cuarto dejándolo viendo solo la televisión. Me cagó del puto sueño y este idiota viene a joderme.

Me tiro a la cama y veo que Dakota está medio dormida medio despierta. La abrazo fuerte y cierro mis ojos sintiendo su cuello en mi nariz.

-Oye sa...-escucho a Tom hablar y luego como se abre mi puerta y luego se calla.

Abro mis ojos y lo veo en la puerta con la mandíbula hasta el piso y los ojos más abiertos que un búho.

-Lárgate de mi puto cuarto-digo gruñendo mientras le subo la sabana a Dakota.

-Joder John con razón tan interesado en la menudita-dice pasando sus ojos por toda la cama.

Veo a Dakota removerse y como al abrir los ojos ve a Tom al pie de la cama parado viéndola . El temor se asoma a sus ojos y se esconde abajo de la colcha, la abrazo a mi pecho para hacerle saber que estoy aquí y ella se relaja y se pega a mi.

-1-comienzo a contar viéndolo furioso-. 2-me voy quitando la colcha-. Y...-sale corriendo de mi cuarto y yo atrás de él, corremos por todo el apartamento hasta que escucho un grito desde el cuarto. Paro en seco y corro hasta donde está Dakota.

La veo retorciéndose en la cama del dolor y frunzo el ceño preocupado.

-Que tienes?-le preguntó sentándome alado de ella.

-No..no es nada-dice hecha una bolita en la cama.

-Te duele la barriga?-le preguntó acariciando su pelo. Ella asiente y se limpia las lágrimas.

-Es que..yo..yo emm..-dice nerviosa alejándose un poco de mi. La miro confundido, ¿que trata de decirme?-. Es esa época del mes-murmura bajito. Yo alzó mis cejas y miro para otro lado incómodo.

-este hmm necesitas algo de la tienda?-pregunto parándome y vistiéndome.

-Toallas por favor-pide tímida.

Asiento y salgo de ahí corriendo queriendo volver pronto.

Antes de llegar a la puerta veo a Tom en mi sala acostado en el sillón.

-A donde vas?-pregunta parándose.

-La tienda-digo tomando mis llaves.

-Te acompaño-dice tomando su chompa.

-No-digo seco.

-Bueno, entonces me quedaré aquí con tu chica-dice volviendo al sofá.

Pero rápidamente lo agarro del cuello de la camiseta y lo estampo contra la pared cabreado.

-Ni un dedo encime de ella idiota -le gruño estampando su cabeza.

El ríe y levanta sus manos en modo de defensa.

***
-cogelos tu-me dice viendo el empaque de toallas sanitarias.

-bien...-gruñó tomándolos y apretándolos en mi mano no queriendo que nadie los vea.

Sin embargo Tom enseguida comienza a hacer chistes estupidos haciendo que todo el mundo se gire a vernos y se ría de nosotras haciendo que me cabree aún más.

Encima había una puta fila en la caja que parecía que duraría todo el día haciéndola.

Solo espero que Dakota no esté sufriendo
tanto.

***
Narra Dakota

Joder esto duele demasiado, por qué tengo que ser mujer dios. Me arrastro hasta el baño y prendo el agua caliente de la tina para ver si es que así se me llega a pasar un poco el dolor.

Una vez lista me despojo de mis ropas y me siento lentamente en la tina relajándome un poco, el dolor va disminuyendo, no desaparece pero es resistible.

Comienzo a tararear canciones y veo a mi alrededor el baño. Nunca me había dado uno tan relajada, y menos en esta época del mes.

El siempre me ponía a hacer tareas duras en esta época porque decía que era inútil para follar.

Escucho la puerta ser fuertemente cerrada y eso me saca de mis pensamientos.

-Dakota? Donde estás?-escucho los gritos de John.

-Baño-murmuró tímida.

Me hundo en la tina y al mismo tiempo la puerta del baño se abre dejando ver a un sudoroso John.

Se acerca hasta la tina y se sienta a mi lado sonriéndome, le sonrió de vuelta-. Te traje las cosas esas-me dice enseñándomelas.

-Gracias-le digo sonrojada.

-Te sigue doliendo-pregunta acercándose más a mi.

-no mucho como antes, los baños calientes siempre me han ayudado-le respondo jugando con el agua.

-Los baños calientes ah...-dice acercado su cara a la mía.

Asiento torpemente quedando embombada con sus labios que cada ves se van acercando más a mi.

Hasta que terminamos juntándolos, el tomando el control toma mi cara haciéndome salir un poco de la tina, yo me meto más ocasionando que el se acerque más pero se resbala y termina la parte superior de su cuerpo dentro de la tina.

Comienzo a reír sin poder parar al ver que termina todo empapado, el se levanta y se saca rápidamente su camiseta haciéndome parar de reír y dirigir mi mirada a otra parte.

-Ya no te ríes no?-dice. Escucho cómo se va quitando el y alzo mi mirada lentamente hasta verlo a los ojos.

-Qu..que ha..haces?-le pregunto nerviosa.

Me sonrió de lado y me miro intensamente-. Te encuentro en la tina, desnuda, sonrojada con tus grandes ojos inocentes y esperas que no me meta contigo-dice riéndose.

-yo..yo no..-estampo sus labios callándome y tomo mi cara con sus manos profundizando el beso.

Se metió a la tina y se puso con cuidado encima mio. De alguna forma hacia que la situación fuera entre ruda y cariñosa, no se como, pero para ser honestos nunca sabia nada de como John lograba hacer las cosas.

Separe mi cara de El y sonreí torpemente, el se mordió el labio y en un movimiento me sentó en su regazo y yo acosté mi cabeza en su pecho.

Y así nos quedamos por minutos, quien sabe, tal vez hasta horas, pero el lograba que hicieran parecer segundos, segundos que queria guardar para toda mi vida.

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