11.

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-CORRAN MÁS RAPIDO O SERAN 5 VUELTAS MÁS!-gritó fuertemente la profesora de deportes.

Yo estaba agotada, mi cuerpo no daba para más, mis golpes hacían aún más difícil el trabajo. Creo que me voy a desmayar en cualquier momento y honestamente sería un gran alivio.

Paro para dar un respiro, me dolía todo el cuerpo, el sol quemaba mi cara, el sudor iba por todo mi cuerpo y la vista me fallaba.

-SEÑORITA PRETTA CASTIGO POR PARAR-oh no, estoy en graves problemas.

Si tengo castigo significa quedarme aquí hasta tarde, si me quedo aquí hasta tarde no podré llegar a casa a hacerle el almuerzo, si no le hago el almuerzo me pegara fuertemente y si me pega fuertemente terminare muy mal.

No tenía el valor suficiente como para renegarle a la profesora, eso no es algo que se me haga cómodo.

Sin más me tire al piso, ya que, ya tenía castigo así que para que seguir corriendo.

Estaba agotada, el deporte definitivamente no va conmigo, bueno, muchas cosas no van conmigo.

Veo que la profesora se me acerca y yo rápidamente me paro y agacho la cabeza mientras la espero.

-ACASO DI DESCANSO!? SIGA TROTANDO!-asustada seguí trotando por la pista. No entiendo cómo mi cuerpo podía seguir sin desmayarse.

Al final de la clase ya no sentía mi cuerpo, ¿cómo nos pueden poner a trotar una hora entera?

Suspiro y voy hacia el baño, estoy echa un asco, el sol estaba muy fuerte hoy mi cabeza está caliente y de seguro estoy toda roja.

Me seco lo más que puedo el sudor y me suelto el pelo que lo tenía en una coleta por orden de la profesora.

Caminaba tranquila por los pasillos mientras miraba mis tenis hasta que siento como mi espalda impacta contra los casilleros fuertemente haciendo que un dolor recorra toda mi espina dorsal. Luego siento los labios de una persona en mi boca, trato de separar al chico pero este toma mis manos fuertemente por atrás de mi espalda. Comienzo a removerme, trato de verle la cara pero la ha escondido en mi cuello.

-Por...por favor para-suplico débilmente.

El chico gruñe y sin decirme nada me toma de la cintura y me carga hasta ponerme en su hombro como costal de papas. Asustada trato de salir de su agarre, ¿acaso esto es un secuestro?

Cuando salimos del instituto el chico se adentra a un callejón y ahí me suelta para luego volver a besarme fuertemente. Miro su cara y es ¿John? ¿Por qué me besa? ¿Qué quiere?

Empujó su pecho y me desespero cuando siento sus manos adentrándose por mi camiseta. El separa sus labios de los míos y rápidamente los dirige a mi cuello.

-John...por favor-le digo con desespero.

John se separa de mi, toma mis manos por arriba de mi cabeza y se acerca a mi oído.

-Me encantas, tan vulnerable, tan indefensa...-muerde el lóbulo de mi oreja para luego poner sus manos en mi trasero y apretarlo fuertemente.

-No...suéltame-vuelvo a decirle.

-No todos somos como tú tío pequeña-vuelve a susurrarme.

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