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Narra John

Mi celular comienza a sonar, veo el nombre en la pantalla y dejo el vaso de tequila en el meson para luego pararme bruscamente y salir del bar.

Llamada telefónica

-Ayuda...-

-Dakota! Que te hizo? Es..

Llamada terminada

-Mierda! Ese hijo de puta!-gritó.

Me trepo a mi moto rápidamente y comienzo a manejar a máxima velocidad. Estaba al otro lado de la ciudad, tenía que apurarme, tenía que llegar a tiempo.

Mi moto acelera lo más que puede pero no es lo suficiente, no llego hasta después de 30 minutos, su casa estaba a oscuros, su ventana sin embargo abierta.

Escaló rápidamente y luego entró por su ventana sin cuidado alguno raspándome el brazo con un filoso vidrio. No le tomó importancia alguna, me fijo en el pequeño bulto en la esquina de la habitación con un charco de sangre a su lado.

Corro a su lado y tomo su cabeza, su cara está sangrando, sus ropas rasgadas y su cuerpo todo moreteado. Y sin embargo lo único que causa el charco de sangre es su muñeca.

-Dios Dakota que has hecho?-masculló apretando los dientes del enojo que siento ahora mismo.

-Yo lo siento-llora gimiendo del dolor.

-No! No lo sientes!-le gritó viéndola a sus ojos rojos.

Ella agacha la mirada y dirige su mano sana a mi brazo herido a lo que la apartó no dejando que me toque.

-Por que?-digo cargándola en mis brazos y dejándola en su cama.

Un mar de lagrimas comienzan a salir de sus ojos. Su pecho comienza a subir y bajar y un llanto desgarrador sale de lo más profundo de su garganta.

-El lo encontró, encontró el escondite-solloza señalando una tabla abierta-. Las cosas y fotos de mis padres...-susurra con dolor-. Se llevo todo-

Aprieto los puños y salgo de su cuarto a zancadas, buscó por toda la casa pero el muy maldito no está.

Voy hasta el cuarto de el y tomo el botiquín de su baño, corro al cuarto de Dakota y comienzo a desinfectar su muñeca.

-Donde estuviste?-pregunta una vez tranquilizada.

-Fuera de la ciudad-puse la venda en su muñeca.

-Pensé que me odiabas-me tenso.

Ella piensa eso? Odiarla yo a ella? Ese pequeño ser inocente y lleno de daño, esa pequeña chica pensaba que era repugnante para mí.

-Eres la única chica que no es de mi familia con la que eh estado más de 2 días seguidos desde los últimos 5 años-murmuró acercándome a ella.

-te agrado?-pregunta moviéndose a un lado dejándome espacio.

Asiento y me acuesto a su lado.

-No te doy asco?-pregunta.

Niego poniendo me con cuidado encima de ella sin aplastarla para nada sosteniéndome de mis codos.

-Entonces por qué te fuiste?-murmura.

-Tenía cosas que hacer, cosas que tenía que hacer por mi cuenta-acercó mi cara a su cuello.

-No confías en mí?-susurra con la respiración entre cortada.

-No quiero espantarte-Río en su cuello haciendo que se estremezca.

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