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14.

Narra John

Despierta joder, vamos Dakota por favor despierta, no me dejes.

Dakota no me daba señales de vida, había llegado hace 15 minutos y eh tratado de todo. Ahorita mismo le estaba dando respiración de boca a boca como último recurso, si no, me la llevaría sin dudarlo al hospital.

Pero para mí suerte Dakota abrió lentamente sus ojos, dios, nunca pensé que sentiría tanta tranquilas con solo ver un par de ojos.

-Te sientes bien?-le pregunte cargándola en mis brazos y llevándola al colchón.

-Me duele-dijo con la voz ronca tocándose el cuello.

Extrañado me senté en el colchón y vi su cuello, tenía un par de moretones. Se notaba que alguien le había tomado fuertemente de ahí.

-Te trato de matar?-pregunté confundido y al mismo tiempo furioso. Ella débilmente asintió y luego cerró los ojos.

-Me duele mucho-dijo otra vez tocando su garganta.

Corrí al baño y traje el botiquín. No sabía ir usar, no sabía mucho de primeros auxilios. Comencé a leer los medicamentos hasta que encontré una pastilla para la garganta.

Se la di y ella se la metió en la boca y comenzó a chuparla. Dakota estaba tan mal que ni siquiera se había dado cuenta de que seguía desnuda. Buque la sabana alrededor y no estaba.

Dirijo mi mirada a su cara y veo lágrimas salir de esta. Primero me quito la camiseta que tengo y se la pongo a ella, luego la acercó a mi pecho desnudo y la abrazo con cuidado.

-Me arde-dijo refiriéndose a sus maracas.

Busque una crema y se la puse para aliviar aunque sea un poco el dolor.

-Yo pensaba que iba a morir-sollozo.

Me separe de ella bruscamente, ¿está triste por qué NO murió?

-Yo lo siento...pero...-no la deje terminar, la fulmine con mi mirada.

-Joder, no me digas estupideces. Tú no quieres morir, tú no puedes morir mierda!-dije enojado mirándola fijamente.

-Me obliga a trabajar en un prostíbulo, yo no quiero eso-Sollozo otra vez.

Me acerqué a ella de nuevo, dios, pero que vida de mierda que tiene.

Lloro por mucho tiempo y creo que podía seguir pero se había quedado sin lagrimas.

-John-dijo con la voz ronca llamando mi atención. Me giré hacia ella y moví la cabeza para que me dijera-. No quiero estar aquí-vi sus ojos, y sentí un pinchazo en el pecho al ver que era completamente sincero. Pero no lo iba a permitir, No iba a permitir que muriera.

-No digas eso-negué con la cabeza.

-Yo...no quiero estar aquí-dijo de nuevo.

Tome su cara y la acerque a la mía. Estaba frustrado por no poder hacerla entender que yo no permitiría eso, que apenas ella cumpla sus 18 la iba a raptar y llevarla a mi departamento. Lentamente junte nuestros labios para luego aumentar el movimiento. Sus labios eran exquisitos, encajaban con los míos y su lengua...era mágica.

Sentía sus lágrimas humedecer mis mejillas y luego escuche un sollozo de parte de ella. Me separe y ella comenzó a gritar mientras se halaba el pelo.

-Dakota! Escúchame joder!-la abrace contra mi pecho dejándole sin escapatoria.

De seguro ya se sentía atrapada en estas cuatro paredes. Yo también me sentiría así, no lo soportaría y me desesperaría.