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-Cuando vuelves?-pregunté triste mientras el acariciaba mi pelo. Estábamos en el mismo parque al que me trajo hace unas semanas. Amaba este lugar, sin embargo odiaba la noticia de John.

-solo es 1 semana, espero se pasen volando-

-Espero te cuides-dije con sinceridad.

-Digo lo mismo...-murmuró e hizo que me sentara en sus piernas con mi cabeza recostada en su hombro. No sé porque, pero le encanta esta posición, no me quejo, a mi también me gusta-. Quiero que prometas que me llamaras si te pasa algo, júramelo-dijo mirándome a los ojos.

-Pero...-

-Júramelo Dakota-me interrumpió.

-Vas a hacer cosas importantes de seguro y no quiero interrumpirte-

-Tu eres más importa que cualquier otra estupidez, nunca lo dudes-me miro serio, con su ceño fruncido.

-No puedo prometer algo que no voy a cumplir-conteste finalmente-. Se lo importante que este viaje es para ti y odiaría arruinártelo.

-Si no me lo juras no iré-por asombro hice la cabeza para atrás. Enseguida una tristeza me invadió por todo el cuerpo.

-No me hagas esto, por favor-murmuré.

-Lo siento, pero tienes que jurármelo-baje la mirada.

-Lo prometo-murmuró.

El me abrazo y cerré mis ojos. Que eh hecho.

***

John se había ido hace 5 días, cinco días en los que me ha invadido una tristeza abrumadora. ¿Como es que me afecta tanto estar lejos de el? No es como si lo conociera desde hace mucho, tan solo han pasado meses de conocernos.

Estoy preparando el almuerzo cuando escucho la puerta ser fuertemente golpeada y luego una serie de gritos. Luego entra a La Cocina de golpe y yo me asusto, bajo la mirada y las lágrimas comienzan a salir automáticamente.

-Tu salvaje escoria!-grita y se acerca a mi hasta poner su mano en mi cuello ahogándome-. No eres más que un peso para mí! Mi maldita sirvienta!-toma mi mano y la pone sobre la caliente hornilla haciendo que grite del dolor y mi mano se queme.

-Para por favor, te lo suplico, por favor-sollozo fuertemente. El saca mi mano de ahí y rápidamente la tomó por la muñeca y la sacudo tratando de enfriarla. Me suelta el cuello y caigo al suelo chillando del dolor por mi quemada mano-. Ni pienses que pagaré el hospital para eso, quiero mi comida en la mesa en no más de 30 minutos-sin más sale de La Cocina dejándome con el profundo dolor de mi mano.

Abro el grifo y la mojo haciendo que grite aún más fuerte, esto duele horrible. Apenas veo por las lágrimas en mis ojos. Con cuidado veo mi mano y entro en pánico, se veía la carne quemada de mi mano, llena de sangre y destruida.

Termino el almuerzo mientras intento retener mis sollozos y lo sirvo con la mano que está sana. Reprimo mis sollozos cuando estoy cera de el, le sirvo el plato y enseguida me da la señal salgo corriendo escaleras arriba. Tomó el botiquín pero honestamente no sé que hacer en estos casos. Me esparcí una crema que había ahí contra quemaduras, de todas formas no sirvió de mucho, habían ampollas por toda mi mano.

Sollocé mientras agarraba mi muñeca, por primera vez, realmente quería ir a un hospital, el dolor era insoportable. Y con el dolor de mi mano y el sudor en mi cuerpo, me desmayé.

***

Desperté aún en el suelo, con mi mano aún quemando, y el cuerpo más cansado que nunca. Mi mano estaba de un rojo vivo, lleno de ampollas, me daba dolor hasta mirarla.

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