|•Cena de Divas -Parte 1- •|

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***

─¿Puedes creer que casi muero?─ habló el rubio por el teléfono.

─Vamos Luke, no seas tan exagerado─ contestó Michael.

─Es en serio, Mikey... Casi muero de diabetes.

─¿Diabetes? ¿Cómo puedes decir esa idiotez?

─Sí. Por tanta dulzura tuya─ suspiró.

─Bien. Te colgaré por tonto, adiós.

El teñido colgó, junto a una sonrisa por aquellas palabras del rubio, sin embargo esa sonrisa no duró para siempre, no hasta que recordó la fecha; estaba en aprietos, no tenía una solución. Su mente sufrió un par de duros golpes por el intento de crear un plan que saliera a la perfección, pero nada era seguro.

Mientras tanto, el chico de ojos azules estaba sobre el sofá, comiendo un durazno y mirando al techo de la casa, recordando el perfecto rostro de Michael.

Su concentración estaba en esos ojos verdes, esos labios que por fin probó, y lo más interesante esa sonrisa que causaba que en su nariz se formarán arruguitas y el ceño se frunciera de manera sobrenatural. Esos pensamientos a los que estaba sumergido, causaron que un trozo de durazno se quedara atrapado en la garganta del muchacho.

Tosió repetidas veces, levantó su cuerpo y golpeaba su pecho con brusquedad. Pero no hay de qué preocuparse, se desahogó al instante.

A su favor, se recuperó de aquel susto y pudo atender la llamada que estaba entrando.

─¿Hola?

─¡Mami!─ chilló el rubio al escuchar la voz de su madre.

─Cariño, ¿cómo estás?─ preguntó la mujer.

─Sentado, mami─ el silencio abordó los dos extremos de linea. Luke merece unas nalgadas por esas respuestas tan absurdas e inmaduras.

─Luke, ¿qué hemos hablado sobre dejar esa actitud a un lado?─ la serenidad y tranquilidad con la que le hablaba es admirable.

─Lo siento.

─Bien, Lukey. Te llamaba, además para saber si estabas sentado o no─ vociferó con sarcasmo─, si estabas disponible para salir a cenar con nosotros; y con nosotros me refiero a tus hermanos, tu padre y yo.

─¡Eso es estupendo, mami!─ cantó con alegría el joven Luke.

─Perfecto, hijo. Pasamos por ti, estás preparado antes de las siete treinta. Te amo, adiós.

─Te amo, mami. Bai.

El rubio ya tenía planes en la noche. El teñido también.

─Bien, me pondré esto─ hablaba mientras sacaba ropa de su armario, estaba a media hora de que llegaran a recogerlo.─ Con esto... y ¡oh, esto!

Admiró la camisa que sacó del muy fondo de su armario. Era blanca y de botones, muy común pero para Luke era diferente. Rarito.

Después de haber escogido entre un pantalón negro con botón negro y un pantalón negro con botón gris oscuro, llegó a la conclusión de que se pondría un cinturón negro para cubrir el botón del pantalón negro de botón gris oscuro para verse más atractivo, claro, según él.

─Me veo, divino─ dijo al espejo gigante, estaba de perfil, reojeando su trasero.


─¡Demonios!─ gritó Michael, tirando de su cabello.

¿Cómo Conquistar A Mike? | MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora