La Cita

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Judy despertó la mañana siguiente con los ojos hinchados de tanto llorar el día anterior. Miró el reloj sobre su cómoda y se sentó lentamente sobre la cama, puso los pies sobre el suelo, y se mantuvo en esa posición durante un corto tiempo. Salió de la habitación y se dirigió al baño con los pies descalzos. Frente a la puerta estaba uno de los dos hermanos órix(*) del departamento de al lado, descamisado, con una toalla sobre el hombro y con una expresión de sueño en el rostro, este viró el rabillo de reojo hacia ella sin decirle nada. Ella sonrió algo inquieta.

- Buenos días…- esbozó insegura. El antílope solo regresó la vista hacia el frente. La coneja lanzó un suave suspiro y se dedicó a esperar su turno. Minutos después salió del baño el gemelo y se encontró con su hermano y la coneja frente a la puerta, haciendo caso omiso se fue caminando hacia su habitación. La chica se quedó de pie esperando a que el otro entrara pero en vez de eso, este le dio una mirada de fastidio y se hizo a un lado.

- Pasa tú- le dijo el chico.

- Oh, no… yo puedo esperar…- respondió la chica algo sorprendida con la extraña muestra de amabilidad del vecino. Normalmente los dos eran groseros con ella.

- Pasa primero- repitió algo malhumorado- tienes más prisa que yo, no es cierto?- la coneja fue avanzando un poco dudosa se volvió nuevamente a verle, este le hizo una seña apremiante y ella cerró la puerta.

- Gracias…- le mencionó dentro del baño y se dispuso a acicalarse.

Media hora más tarde, la chica ya se había uniformado y decidió comer algo antes de salir al trabajo. Abrió el refrigerador y sacó un pedazo del pastel que había quedado de la noche anterior, lo tomó con las manos y se sirvió una taza de café, se sentó en su escritorio a disfrutar de su improvisado desayuno.

El postre le había sabido un poco amargo, ya que recordó de momento la pequeña discusión que había tenido con su compañero. Dejó de distraerse y rápidamente se llevó otro trozo a la boca, tomó un sorbo de su café y habiendo terminado, guardó lo que quedó en la nevera, pero antes de cerrarla, recogió las moras que habían quedado, las almacenó en un recipiente con tapa y así salió nuevamente.

Bajó las escaleras velozmente y salió a la calle. Cerrando la puerta, como era de costumbre, sintió como el zorro la levantaba del suelo y se la llevaba a cuestas. De nuevo empezaba la disputa.

- Hasta cuando vas a seguir haciendo esto?!- exclamó forzando el escape. Pero Nick no le respondió, ella miró hacia arriba y se fijó en el frío semblante del hombre. Prefirió no volver a decir nada.

El chico siguió caminando tranquilamente con la ligera carga bajo su brazo derecho como si se tratara de una bolsa. Judy sentía incluso que la actitud del chico se le contagiaba poco a poco, mientras era escoltada. De pronto dio un respingo y recordó algo importante.

- Es cierto…- murmuró y empezó a removerse buscando algo en su bolso, Nick bajó la vista, curioso de lo que hacía la coneja quien había sacado un recipiente con tapa y se lo entregó- las olvidaste ayer en mi casa. Te dije que mis padres te las habían enviado- Nick la puso en el suelo.

- Por qué me mandarían algo?- ella encogió los hombros.

- No lo sé. Porque les agradas, porque saben que te gustan, porque somos amigos, supongo- el zorro tomó las moras, algo dudoso y se llevó una a la boca.

- Son las mejores… quieres una?- extendió la mano.

- Pero son tuyas…

- Quiero compartirlas contigo…

- Gracias…- sonrió la chica, sintiendo como un dejavú en las palabras, luego tomó unas cuantas con la mano y empezó a comerlas- no se… exactamente qué está pasando… pero, Nick…- el zorro se viró a verla- confío en ti, más que en nadie. Ok? Cualquier cosa que esté ocurriendo…

Zootopia: The New Wild City  [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora