Capítulo 67: Perdoname

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Dedicado a: KellyOlmos1754 Macdcqsg y aerubio04

PoV Narrador Omnipresente.

Y ahi estaba ella.
Inconciente, recostada en una cama de hospital.
Las cobijas la cubrían hasta la cadera y su ropa deportiva la habían retirado y la habían suplantado con una bata de hospital color azul.
Con la mascarilla del respirador artificial proporcionandole oxigeno que cubria parte de su rostro palido y demacrado.
Su cabeza vendada y su cabello sujeto en una coleta baja y floja por una simple liga para que no estorbara.
Con un collarín al rededor de su cuello probablemente para evitar cualquier movimiento, y que ayudaría para mantenerla estatica.
Conectada a varios aparatos que hacían un molesto ruido para comprobar que su corazón seguía latiendo y seguía viva.
Con múltiples piquetes de agujas en el dorso de ambas manos donde se estaba proporcionado el suero, la sangre donada y los medicamentos debidamente recetados.
Nico sintio como su corazón, frágil y triste, se destruía al verla ahí tendida, inmóvil, inconciente, con la apariencia de un muerto.
No lo pudo evitar
Una pequeña, pero pesada lágrima rodo por la mejilla izquierda del hijo de Hades.
Le dolía, pero aun asi no podía dejar de verla
Ahora más que nunca se sentía responsable por todo lo que paso.
Por que ella estuviera ahí en lugar de el.
Se sentía culpable, se sentía la peor alimaña que podía habitar una alcantarilla.
Se quedo unos segundos ahí
Sólo observandola
Sólo contemplandola
Sin hacer movimiento alguno.
Nico sintio como su respiración era lenta.
Como incluso le costaba inalar aire.
No podía quedarse ahí.
De pie, observando inerte sin hacer nada
Como un tonto sin saber que hacer.
Impotente
No podía.
Sólo había un muro que los separaba.
No era gran problema para el.
Estaba estrictamente proibido que cualquier persona ingresará a un cuarto de terapia intensiva sin los requerimientos de higiene ni la protección debida.
Pero Nico no estaba acostumbrado a seguir órdenes.
Mediante las sombras, Nico desapareció y reapareció.
Ahora del otro lado de la habitación.
Donde ella estaba.
Decidió no usar la puerta por si se presentaba el caso de que llegarán a tener sensores de movimiento que pudieran delatar su presencia y alertar a los médicos de Guardia.
El cuarto donde tenía a su vida, por que eso era ella para el, la vida misma, era helado, prolijo e inmaculado.
Los molestos pitidos que provenían de los monitores inundaban sus lastimados oídos.
Camino lentamente hacia la cama en donde estaba postrada.
Verla de cerca, era mucho peor que verla a travez del cristal.
Mucho peor.
Tenía la muerte reflejada en su rostro
Con las cuencas de los ojos cafés, un poco hundidas.
Pálida, tan blanca como la leche.
Sus carnosos y apetecibles labios color carmín ahora estaban secos y partidos.
Nico en verdad que quería llorar
O gritar
O hacer cualquier cosa para desahogar tanto dolor.
Observó aun más.
De lo que vio fuera de la habitación no había nada más que mostrar, salvo que en su muñeca derecha, se encontraba una pulsera blanca de indentificacion que contenía su nombre, edad, sexo, fecha y hora de ingreso, causa de ingreso, número de cuarto, nombre del doctor que la atiende, ID y un extraño tipo de código de barras.

Si los demás la vieran como el la esta viendo ahora..
Nico comprendió el por que el Sr Brooks regreso tan afectado después de venir a ver a Luna.
De tan sólo imaginarse lo que el pobre hombre pudo haber pensando...
Ver a su hija ahi postrada debió de doler
Y a Nico le duele de la misma manera.
Incluso más.
Algunos dirían que se veía fatal
Que de esa no la libraba
Pero Nico no.
Nico la veía de otra forma.
Para el, en alguna extraña manera, ella seguía conservando ese encanto tan único suyo.
Su esencia tranquila y llena de claridad.
Seguía conservando eso que a Nico lo traía babeando las calles por ella sin saber que era.
Eso que lo hizo enamorarse
El hijo de Hades, ignorando todas las indicaciones que el hijo de Apolo le había hecho, se sento a un costado de la cama asegurándose de no lastimarla ni moverla mucho.
Lo único que quería era estar cerca de Luna
Con delicadeza, tomó su mano y la entrelazo con la de El.
Su tacto era incluso más frío que aquella habitación.
Estaba helada.
Tan fría como un.... como un muerto...
Nuevamente la observó con gran detenimiento.
Tal vez, sin tanta cosa encima, ni tantos aparatos al rededor de ella, hubiera parecido como si sólo estuviera durmiendo.
Durmiendo en un sueño eterno
Durmiendo profundamente como lo dicen en los cuentos
En un sueño de muerte del que solo podria librarla el beso del verdadero amor
Lamentablemente, esta es la vida real y nada de eso sucedería.
Porque sólo son eso
Cuentos
Nico queria hablarle, pero cada vez que lo intentaba, se le hacía un nudo en la garganta que le impedía hacerlo
Con muchísimo esfuerzo, apenas y dos palabras pudieron salir de su boca.
Palabras que ni siquiera venían al caso
Nuevamente lo intento

Un Amor Poco Común (Nico Di Angelo) Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora