LUNA
El es mi perdición.
Lo amo como nunca pensé amar a alguien
Simplemente amo todo de el pero se que el nunca podrá sentir lo mismo que yo.
El sólo me ve como una amiga y eso me parte el alma sin embargo si esa es la única manera en que puedo es...
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PoV Narrador Omnipresente
....3 años después....
-Te vez hermosa.- -Más que eso, radiante.- -Yo diría que espectacular.- -Sólo se me nota la felicidad, no es nada más.- -¿Y no estas nerviosa?- -¿Por que debería de estarlo?- -Es tu boda. Nunca eh conocido a ninguna novia que no este nerviosa.- -Tampoco has conocido a muchas. Estoy bien, se los juro.- -Ya veremos cuando este frente al altar Sólo no quiero que te vomites o te desmayes o quieras huir.- -Nunca lo haría Estoy decidida a hacer esto. Lo espere por tanto..- -Si, lo sabemos.-
Las damas arreglaban el velo de la novia mientras esta se contemplaba en el espejo y veía en si misma la dicha eterna. Sus ojos brillaban y su sonrisa era imborrable. En su bello rostro radiante de emoción expresaba su ansia por llegar al altar.
Alguien llamó a la puerta La novia le concedió el acceso. Un hombre alto con cabello castaño y con más canas cubriendolo entró. Las gafas cubrían sus ojos que reflejaban orgullo, nostalgia, y tristeza. Lucía muy elegante con ese traje hecho a la medida, azul marino con finas franjas blancas, corbata y pañuelo gris y camisa blanca. En sus manos, un ramo de rosas rojas con la intensidad del vino aguardaban por ser entregadas a la futura esposa. La chica sonrió al ver a su padre y este a su vez hizo lo mismo. Ella miro a sus damas y dulcemente pronunció las palabras.
-Chicas podrían...- Pidió la novia La frase se daba a entender por si sola. Sus damas asintieron -Claro. Te vemos afuera.- Dijo aquella de cabello rizado y ojos dorados Las seis damas salieron de aquella habitación que había visto crecer a la novia. El padre y la hija se miraron unos momentos sólo para después ceder ante sus emociones y lanzarse a los brazos del otro.
-Luces tan hermosa hija.- -Y tu luces muy apuesto papá. Pareces de 30.- -Lo dices por que no quieres que lloré.- -Yo también quiero llorar.. pero me siento feliz.- -Lo se.-
Ambos rompieron el abrazo separándose unos cuantos centimentros. El velo de la novia flotaba con la suave corriente se aire. El padre miro el ramo una última vez sólo para entregárselo a su hija. Ella lo tomó con extrema delicadeza y al tenerlo acarició los sedosos pétalos que cada flor contenía. El anillo en forma de corona brillaba en el dedo anular izquierdo. No quiso quitárselo para la ceremonia ya que no le veía ningún caso. Ese era su anillo de bodas y en esa ocasión también lo sería aunque lo harían pasar como anillo de compromiso por el pequeño gran secreto que había ocultado recelosamente durante 6 años. Ese día por fin ya no sería un secreto. Ya no más.
-Son las primeras flores que me regalas papá.- -Considere que sería bueno que yo te diera tu ramo de novia...- -Eso lo hace aun más especial.- -No más especial que verte vestida así... Aun no puedo creer que te vayas a casar.- -Yo si. Papá lo espere por mucho tiempo.- -¿Nerviosa?- -Para nada.- -¿Y estas segura? Aun estás a tiempo de huir.- -Jeje sabes que no lo haré. Estoy decidida.- -Mírate. Hablando y luciendo como toda una mujercita... ¿En que momento creciste?-
