Especial 200 votos. Shaleb.

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Capítulo especial 3/3.

Shet.

Arreglo por quinta vez el cuello de la camisa que forma parte del uniforme del Instituto Poland. Yo le pedí a mi padre que me cambiase allí, dado que es un colegio que me conviene, porque aparte de tener una comunidad estudiantil LGBTQ+, tiene lo que más deseo en este mundo: independencia.

Un piso de dos habitaciones, baño y cocina pequeña propia. Más un pequeño lugar donde podías trasladar una televisión y un sofá no muy grande. Pero al fin y al cabo, si no contamos al compañero de habitación, es uno de los lugares más independientes de los que pude haber escuchado.

Mi padre se opuso al principio, a pesar de no saber por qué yo me quería ir a ese colegio, pero luego aceptó porque mi madre lo convenció lo suficiente. Ella me apoya con cuerpo y alma para lo que sea, confía en mí ciegamente y es la única que sabe... la verdad de las cosas. Y qué suerte que mi padre aceptó al final, porque Nieves ya había hablado con su madre y ella la había autorizado a ir.

Nieves y yo somos amigos desde ese día que nos encontramos por primera vez en la parada del autobús. Cambió mucho a como era antes: ahora es mucho más amable e inocente (cosa que probablemente se le haya pegado de mí), grita menos y ya casi no rueda los ojos. Y no es que antes no la quisiera, pero me agrada más cuando es pacífica.

Dos días más y podríamos ir al Instituto Poland. Y seríamos independientes y tendríamos personas que nos entiendan a diestra y siniestra. Me emociona mucho eso; nadie nunca me comprendió en totalidad, ni siquiera Nieves. O les costaba mucho o no les importaba, el punto es que nadie me llegó a comprender jamás.

Dos días y unas horas después...

Vamos en el mismo taxi, Nieves y yo, más todo nuestro equipaje, más el taxista que pasa música de los 80's todo el tiempo, tanto que se volvió pesado. Pensé que Nieves le insultaría y él apagaría la radio, pero ella no abrió la boca en ningún momento y él siguió muy feliz escuchando su música.

—Bueno, chicos, ya llegamos. Instituto Poland— le pago al conductor y nos bajamos, tomando nuestras cosas.

Apenas nuestros pies tocan territorio del instituto, una mujer de tez pálida, cabello corto rubio/grisáceo, ojos verdes y una gran sonrisa nos recibe. Cuando nos abraza, una fragancia a flores y café se introduce en mi sistema, haciéndome toser.

—Ustedes deben ser Shet Harrison y Nieves Robert, ¿verdad? — ambos asentimos, tratando de sonreír. — Yo soy Blanca Poland, directora del instituto.

—Mucho gusto, señora— digo amablemente.

—Lo mismo digo— susurra Nieves.

La mujer nos guía por el jardín del instituto con una sonrisa, indicándonos qué es cada lugar y dónde encontraríamos cada cosa. Nieves se va a su residencia con una chica que la guiará y yo a la mía con otro chico.

—Entonces... Shet, ¿no? — pregunta sonriendo.

—Sí. Y tú Caleb, ¿cierto? — él asiente.

Es súper guapo. Ojos marrones y cabellos castaños oscuros ondulados. Y, Dios, cuando sonríe se le marcan los hoyuelos en las mejillas y parece la persona más adorable del Universo. Había visto chicos guapos en mi vida, pero Caleb se pasaba.

—Y tienes quince, ¿no? Yo tengo dieciséis— y vuelve a sonreír como él solo sabe hacer.

—Quinceañero y gay— digo provocando que suelte una carcajada.

Instituto De HomosexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora