Instituto De Homosexuales

"Harper, yo soy Nina." Capítulo 10.

 Laila.

Suelto la mano de Cassie de golpe, pero no dejo de mirarla. No podía estar pasándome otra vez. No, debe de ser una broma. Una de muy mal gusto.

Pero siento la mirada de Cassie en mí y la de Jessie. Y, por mala suerte, la de Harper. No me giro hasta que Cassie me dedica una sonrisa amable y me voltea ella misma con sus propios bracitos. La mataré luego.

— ¿Y? — pregunta de mala gana.

—No sé de qué me hablas— me niego a decirle nada.

—Nieves y Shet... ellos dijeron que debía preguntarte algo a ti— me explica. — No quiero más mentiras. Piensa que los estás perjudicando a ellos también.

Entrecierro los ojos mientras niego con la cabeza.

—No sé de qué me hablas, sinceramente— siento un golpecito de Cassie en el hueco de mi espalda: claro, ella quiere que le diga todo, pero no puedo. Yo tenía todo preparado para ese momento y no sería aquí.

—Quieres decir que hay algo pero no me dirás, ¿cierto?, porque eso se te ha vuelto costumbre— hace una mueca para disimular las probables ganas de llorar. — Bien, está genial. Nos vemos, Laila.

Y se va. Cierra la puerta de un golpe lo suficientemente fuerte para que mi novia pegue un saltito en el lugar, pero eso no evita que ella me mire mal luego.

— ¿¡Por qué no le dijiste!? ¡Por tu culpa se va a enojar con Nieves y con Shet que no tienen la culpa! ¡Tú los metiste en esto! ¡Ellos se han abierto a Harper y yo no veo que ella los esté dejando de lado por ser homosexuales!

— ¡Pero es distinto, Cassie! ¡Ella es mi hermana! ¡No me va a aceptar a mí!

— ¡Está intentando cambiar! ¡Ambas lo vimos! ¡Ella no es la misma persona homofóbica que conocías!

— ¡Deja ya de gritarme, mierda! ¡Esto no es tu asunto! ¡Es mi hermana, tú no entiendes! — cuando veo las mejillas de mi novia sonrojarse y sus ojos llenarse de lágrimas, me arrepiento de lo que dije. — Lo siento... yo no...

—Tus asuntos lo son míos también, y más si me incluyen. Yo soy tu novia, y no quiero esconderme de tu hermana. Es tu familia, debe saber. Pero, ¿sabes qué? Me da igual lo que hagas de ahora en más. Eres demasiado necia, por segunda vez.

Y ella también se va, golpeando la puerta con fuerza.

No puede volver a dejarme por la misma estupidez. Antes me hizo lo mismo y no puede volver a repetirlo después de todo lo que hemos pasado juntas para volver a intentarlo. Después de todo lo que estoy sufriendo para arreglar las cosas con mi hermana.

Nieves: Deja ya de mentirle a Harper, le haces daño a ella y no soporto verla llorar. Y también nos haces daño a nosotros, y a tu novia.

Nieves: Si quieres vivir en una mentira, está bien, hazlo. Pero no metas a más personas en ella. Confiábamos en tu palabra y dijiste que se lo dirías todo a finales de las vacaciones de invierno: no lo hiciste. Se tuvo que enterar de una parte por un error.

Nieves: Haz lo que quieras, Laila. Pero no hagas que por tu culpa, sufra medio instituto.

Nieves: Vinimos aquí para ser quienes somos, y tú no nos estás dejando. Quieres ser quien eres, no te limites por tu hermana. ¡Eres libre, maldita sea! ¡Y no puedes complacer siempre a tu hermana!

Nieves: Si ella no se entera por ti para octubre, me ocuparé yo misma de decirle todo. Y no le gustará nada enterarse por mí y lo sabes.

Laila: Bien.