Instituto De Homosexuales

Vacaciones. Capítulo 26.

Laila.

Empaco las últimas prendas de ropa que quedan en mi armario en una valija y me siento encima para poder cerrarla sin problemas. Dejo todo fuera de la habitación para poder comenzar a limpiarla. Nunca la ensucié demasiado como para que ahora me cueste, así que no tardo ni diez minutos.

Ahora el lugar está nuevamente de blanco. A las paredes les saqué mis posters, a la cama mis sábanas de colores, al escritorio todos los lápices y partituras de guitarra. Vuelve a ser la habitación aburrida que me encontré en su momento, cuando ingresé en el instituto.

Destiny está en el sillón del pequeño salón. No para de llorar desde que llegamos la fiesta de graduados. A mí me apena tener que abandonar el instituto, pero no tanto como a ella. Está devastada y siente que "no va a poder seguir sin nosotros", citándola.

Ninguno va a ir a las mismas universidades, así que nos vamos a separar y no nos veremos en clases. Pero todos sabemos que nos volveremos a ver en vacaciones o fines de semana. Sólo que lo vemos muy lejano y muy doloroso.

Las universidades a las que Cassie y yo vamos a ir están bastante cerca una de la otra, así que vamos a ser las que menos problemas tengamos. Pero Shet y Caleb sí van a estar más alejados. Unos cuantos muchos de kilómetros, pero nada con lo que no puedan lidiar.

—Arriba, Destiny— le digo y ella suelta un sollozo. — Vamos, Dest, no lo hagas más difícil. Tus padres te están esperando abajo.

—Para ti es fácil porque tu novia está a nada de distancia y tu hermana ya te ha perdonado.

—Pero tú no tienes novia, Destiny— le indico y ella rueda los ojos mientras agarra su maleta.

—Harper podría haber sido mi novia de no ser por Nieves.

—La culpa no la tiene Nieves, son los sentimientos de Harper por ella los que hicieron que terminaran siendo novias. Tú hasta tuviste una oportunidad con mi hermana, ¿no tuvieron una cita?

—No, eso sólo fue para poner de los nervios a Nieves— dice encogiéndose de hombros.

Ambas bajamos, saludando a algunos alumnos que también se preparan para la vuelta a casa. Abajo, en recepción, Shet y Caleb están dando un show gay en el que no se paran de abrazar ni besar. Destiny me mira, saca la lengua y hace que vomita.

—Caleb, nos esperan— gruñe Destiny.

—A ti también te esperábamos y te tomaste tu tiempo. Hasta les presenté a mamá y a tu padre a Shet. No saben lo lindo que fue cuando se puso todo rojito y...

— ¡Ya basta! — chilla Shet y Caleb le da un beso en la frente.

—Adorablemente lindo— susurra el pelinegro.

— ¿Alguien ha visto a Nieves? Se suponía que íbamos a ir a casa de mi madre a recoger a Harper y...— cuando voy a añadir algo más a mi frase, alguien se sujeta de mi brazo con fuerza, interrumpiéndome.

—Hola, preciosa— Cassie me da un beso en la mejilla después de saludarme.

—Alguien se levantó de muy buen humor— digo mientras la abrazo por la cintura y ella asiente. — Muy bien, ¿has visto a Nieves?

—Ah, sí. Me dijo que estaba por bajar, sólo necesitaba cortar la llamada con su madre y vendría.

—Pues genial. Vamos a despedir a Caleb y a Destiny.

Los cinco caminamos hasta el auto de la familia Wilson. Ambos padres estaban hablando alegremente con la directora. Cuando Caleb se acerca a su madre para decirle algo, ésta levanta la mano y le arregla el pelo que anteriormente fue despeinado por Shet.