Reconciliación o algo así. Capítulo 4.

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Laila.

Mi vida se resume en una rutina diaria hace años. Lo único que cambiaba mi vida era la presencia de Cassie en ella, pero todos sabemos cómo terminó aquella alteración a mi vida. En algo que se llevó la tranquilidad con la que hablábamos ella y yo, las sonrisas, besos y abrazos que compartíamos y, con ello, nuestro noviazgo.

No fue culpa de ninguna. Ella insistía en que fue la culpable, y yo en que ella no tenía nada que ver, el problema inicial fui yo.

Y éste sábado es de ésos días en los que sólo recuerdas el pasado y no quieres vivir el presente. Es como dejarme caer en brazos de mi lado sensible, pero no permitirme llorar porque eso traería consecuencias y ésas a preguntas incómodas que no quiero de ninguna manera responder.

El piso está tranquilo ya que Jess, mi compañera de piso, salió luego del almuerzo para visitar a no recuerdo que chica, Destiny y Caleb están en casa de sus padres y no vuelven hasta la noche, cuando comienza la fiesta de cumpleaños de Jane.

En este instituto todos estamos invitados a todas las fiestas, y faltar a una hacía que te vieran mal por mucho tiempo por lo que todos asistían. Y siendo ya las cuatro de la tarde y faltándome estudiar para un examen que tendría el martes, comencé a buscar algo para ponerme esa noche.

Opté por un vestido rojo bastante ajustado en el pecho, pero más suelto por debajo de la cintura. Odio el rojo en la vestimenta, pero me gusta cambiar y a las últimas fiestas estuve llevando colores muy sosos. Además, si no era el vestido rojo, tendría que ser el verde y a nadie le gusta cómo me queda.

Son las cinco y media, faltando dos horas y algo más para la fiesta, Jessie llega al piso sonriendo. Supongo que está ebria, como siempre que vuelve. Pero, ignorando la lógica que venía en su manual, se sienta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro.

— ¿Qué tal la tarde de recordar a tu Cassie?

— ¿Por qué supones que estuve recordando a mi ex novia? — me mira elevando una de sus gruesas cejas y luego se encoje de hombros. — Vale, sí estuve pensando en ella un rato, pero luego comencé a buscar la ropa para la fiesta.

— ¡Oh, Dios! ¡La fiesta! ¿De quién es?

—De Jane— abre la boca y le comienza a temblar el párpado. — ¿Qué tienes?

— ¡No le he dicho feliz cumpleaños y acabo de acostarme con ella!

Reírse en éste momento sería de mala educación, pero debía hacerlo. Jessie no puede ser más despistada de lo que ya es.

— ¡No te rías, imbécil, debo llamarla! — rebusca en su bolso el móvil y llama a Jane. — ¡Jane, niña, feliz cumpleaños! — la cumpleañera debe de estar hablándole porque mi compañera está callada. — Lo siento, ¿sí? En la fiesta podrás hacerme...— y decido tapar mis oídos, porque, a pesar de ser una pervertida, no quiero saber qué van a hacer y cómo lo llevarán a cabo.

Lo último que supe fue que Jessie consiguió que su pareja o lo que sea de ella no se enoje y acceda a perdonarla. Yo no lo hubiera hecho, por más sexo que haya entre medio.

Comienzo a desnudarme para poder ducharme y comenzar a prepararme para la fiesta. La ducha constaba también de una bañera en la cual Cassie y yo habíamos hecho muchas cosas, no es mal pensable, tan sólo compartimos varios baños bastantes... románticos.

Una vez termino, vuelvo a mi habitación y, luego de secarme el cuerpo, me coloco el vestido de manera que no se pueda arrugar. Luego me seco el cabello castaño y lo rizo un poco. Me pongo una sombra de ojos bastante oscura, pinto el contorno de mis ojos con delineador negro y le aplico a mis cortas pestañas un poco de rímel; el labial rojo que le aplico a mis labios y el rubor claro que me pongo en las mejillas terminan de dejarme al cien por ciento lista.

Instituto De HomosexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora