Ella. Capítulo 18.

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N/A: Como sé que algunos no leen la nota del autor (sí, lo sé xD) voy a desearles acá arriba una muy, muy feliz Nochebuena y una genial Navidad. Espero que la pasen como es debido; coman mucho, tomen unos cuantos vasos de sidra, cerveza o fernet (disfruten del alcohol mientras sus riñones puedan. Los míos resisten), disfruten con sus familias y, muy importante, sean felices como lo merecen. Celebren y disfruten este 24 y 25 de Diciembre, o ésta Navidad, o el nacimiento del niño Jesús (de la manera que lo festejen ustedes, aunque se festeja por lo último que dije, pero por ahí acá no hay creyentes ahr). 

BESEN A QUIENES QUIERAN, DEN ABRAZOS BIEN FUERTES Y REGALEN SONRISAS, DE ESAS BRILLANTES QUE ALEGRAN A CUALQUIERA, QUE ES LO MÁS LINDO QUE PUEDE HABER.

Mañana están obligados (es broma) a contarme sus anécdotas de Nochebuena/Navidad, románticas, tristes, aburridas o felices. Quiero leerlos 7u7. 

¡Los quiero muchísimo! ¡Espero que pasen muy felices fiestas!♥

Laila.

Pasó una semana desde que le conté sobre Axel a Harper. Mamá me llamó para preguntarme cómo fueron las cosas y le dije que fueron... lo suficientemente bien como para que mi hermana no me hubiese tirado un zapato por la cabeza. Mi madre dijo que Harper aún no la llamó, pero que no la iba a llamar ella y agobiarla porque sabía que necesitaría tiempo para aceptar todo.

Por mi parte, les conté a Destiny y a Caleb todo lo que pasó. Ellos me dieron todo su apoyo, aunque mi amigo estaba en una nube cuando le pregunté qué opinaba sobre lo que había pasado. Me contestó con un "este... eh... creo que es ¡genial!" y se fue a su piso a dormir. Destiny me contó que él tiene una relación, pero que no le ha dicho con quién, y está muy metido en eso.

Me crucé con Harper tres veces en los pasillos y cinco en los recesos. En todas ella me saludó y yo hice lo mismo, pero no nos detuvimos a hablar mucho. La gente miraba con ojos extraños lo que pasaba, porque todos sabían muy bien la tensión que había (y hay, pero en menor cantidad) entre nosotras.

Ahora, que estoy en el pasillo a punto de entrar a clases nuevamente, me cruzo de nuevo con Harper. Ella me sonríe pero, en vez de seguir su camino, se detiene junto a mí y me da un beso en la mejilla. La miro extrañada, pero con una sonrisa, porque estoy muy feliz de que se haya detenido para hablarme, al menos por un rato.

—Oye, Laila, quería preguntarte...— la miro expectante y ella asoma una pequeña sonrisa. — Pues... ¿tú crees que yo...?

— ¿Que tú qué, Har-Har? — pregunto y ella gruñe.

—No me llames así, estúpida— pide, pero sonríe un poco. — Si tú crees que yo quizá sea... Que quizá me gusten las mujeres.

La miro de arriba hacia abajo. Tres veces seguidas. Sonrío un poco y luego suelto una risa que ella no entiende, dada su expresión facial.

¿Harper, bisexual? ¿Harper, lesbiana? No puedo creerlo. No entiendo cómo se está planteando esto.

—No importa lo que crea yo, sino lo que sientas tú, Harper. No puedo ver tu apariencia y decir que por ella eres lesbiana o bisexual. ¡Por Dios, no! — ella sigue mirándome, esperando una respuesta más específica. — Mira, Harper... una persona no decide si le gustan las mujeres o los hombres o quién sea. Tú no lo decides, lo sientes.

—Pero...

—A ver, ¿qué ha pasado para que te lo plantees?

— ¿Cómo sabes que ha pasado algo?

—Porque si no una persona que pensó toda su vida que es heterosexual no se plantea su sexualidad.

—Bueno...— se rasca la nuca con nerviosismo. — Es que Nieves me dijo, cara a cara, que gusta de mí. Y tú sabes que yo ya lo sabía, pero que me lo haya dicho... Ha sido... muy raro para mí. Y le dije que quizá seguía siendo "malditamente heterosexual".

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