Odio o Amor

Me enamoré de ti

-¿Qué has hecho conmigo que no puedo dejar de pensar en ti?

-Demian... -Estaba muy sonrojada y avergonzada. No sabía que decir, pero sí sabía lo que sentía. -Creo que me gustas...mucho.

-Entonces las palabras sobran. No digas nada más... -Volvió a besarme, incluso de forma más apasionada que la anterior. Rodeé su cuello con las manos, mientras notaba como él me abrazaba con fuerza. ¿Por qué de todas las personas del mundo, tuve que enamorarme de este demonio?

Mientras tantos...en una lugar muy cerca de donde estaban, pasaba un demonio bastante enfadado, buscando a cierto pelirrojo.

-¿Demian, dónde estás? -Cada vez se iba acercando más a la cueva. -¡Dem-...! -Cuando lo vio se quedó en shock. Estaba viendo a su amigo besando a la chica lobo. Se fue de ahí más que deprisa, y volvió a la calle donde estaban los demás, también siendo atendidos.

-¿Will, dónde te habías metido?

-¿Y esa cara? Parece que has visto a un muerto.-Dijo uno de ellos, y los empezaron a reírse.

-Fuera de aquí, vamos.-El rubio se dirigió a los demás demonios que estaban cerca. Los que no eran sus amigos se largaron al momento.

-¿Qué pasa William?¿Por qué estás tan alterado?

-Demian está con esa loba.

-¿Cómo que está con la loba? ¿Qué quieres decir? -Preguntaron confundidos.

-Los he visto. !La estaba besando, a ella! -Se miraron entre ellos, y en menos de un segundo las carcajadas empezaron a oírse.

-¿Cómo va a estar el pequeñajo con ella, con un perro?

-Rubia, creo que te has dado un fuerte golpe en la cabeza.

-¡Os digo la verdad! Están ahora mismo detrás de la cueva, liándose. Lo he visto con mis propios ojos.

-Pero eso es imposible. Demian odia a los perros más que cualquiera, ¿cómo va a estar con uno?

-No lo sé, pero los he visto...la estaba besando.

-No me creo que esté con ella, es imposible. Para creerlo hay que verlo. ¿Dónde dices que están?

-En la cueva de la playa. Venga vamos. -Se levantaron y siguieron al rubio hasta la cueva. Pero cuando llegaron no había nadie.

-Oye rubia...creo que te lo has imaginado. -Mirando a todos lados.

-Os juro que digo la verdad, ¡estaban aquí!

-Tal vez lo que dices sea verdad. Aquí estuvo él, y también hay otro olor desagradable. -El rubio miró hacia arriba. Cuando se dio cuenta.

-¡Arriba! ¡La habitación de Demian está arriba! Tal vez han subido. Venga vamos. -Abrieron sus alas y subieron. Con mucho cuidado y siendo sigilosos, se posaron al balcón. Se asoman para ver dentro.

-Aquí solo esta ella y está dormida. ¿Le hacemos una pequeña broma?-La vieron en su forma de lobo, tumbada a un lado de la cama durmiendo. Entraron en la habitación y se acercaron a ella, pero de repente alguien se puso en medio, y los detuvo.

-¿Qué hacéis aquí?

-¡Demian! ¿Estás bien? Parece que no tienes heridas...-Dijeron casi a la vez.

-Yo de vosotros saldría de aquí. Tiene un humor de perros cuando la despiertan, y nunca mejor dicho. -Dijo riéndose. -Así que iros, si no queréis oírla ladrando.