Velocidad Peligrosa

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Me desperté y abrí los ojos cuando vi que ya era de día. Me dolía muchísimo la cabeza y me costaba incoporarme sin que el dolor me matara a golpes. No reconocía donde estaba, no parecía mi habitación y tampoco mi casa. De repente un escalofrío recorrió mi espalda y cuando me abracé, noté que no tenía nada puesto. Vi que solo estaba en ropa interior y me asusté mucho más cuando vi a alguien que estaba durmiendo a mi lado. Cuando vi el pelo rojo, salté de la cama muy asustada, y me caí al suelo.

-¡Ahh! Mi cabeza...-Sobándose las sienes.

-¿A qué viene ese grito? Que dolor...-Él también se había despertado y se sentó sobre la cama.

-¿Que haces en mi cama y desnudo?-Mirando para otro lado, muy avergonzada.

-Estamos en mi habitación. -Tenía solo puesto los boxers y no llevaba nada más por encima.

-No me mires.-Cogió rápidamente las sábanas y se tapó con ellas. -Me has forzado, te odio.

-Yo no he hecho nada, estarías con menos ropa si lo hubiera hecho.

-¡Pervertido!

-No grites tanto, me duele la cabeza.-Dijo revolviéndose el pelo. -No puedes llamarme así cuando estoy en mi cama y mi habitación.

-¿Qué has hecho conmigo? Esto no está bien...todavía soy muy joven, no puedo estar embarazada ahora.

-Que no hemos hecho nada, si estás vestida.

-¿Esto para ti es estar vestida?-Gritó enfadada.

-Pues sí, es más ropa de la que deberías tener. -Sonrió y de pronto alguien llamó a la puerta. Se abrió y entró alguien.

-Hey...¿Podéis bajar la voz? Me duele la cabeza...-Su amigo estaba ahí también, solo vestido con los pantalones, y por encima desabrochados, tampoco tenía nada puesto por arriba por lo que Alice se avergonzó cubriéndose más.

-Matt, ¿qué haces en aquí?

-No me la podía llevar a mi casa y como estás solo, vinimos a hacerte compañía. Vaya guapa, parece que anoche triunfaste también, eh Sai.

-¿Qué?-Dijo ella algo asustada.

-Así que una chica y tú estáis en mi casa, tan tranquilos.

-Te ayudaré a recoger después. Os dejo solos. -Guiñándole un ojo.

 Me dolía muchísimo la cabeza, pero no creo que pueda volver a dormirme. Se fue y nos dejó solos otra vez. Me levanté y cogí una camiseta del armario. -A mí no me importa que te quedes así todo el día, pero tal vez te coja el frío.

-Deja de mirarme. -Se había sonrojada y se dio la vuelta muy rápido.

-No sería la primera vez que veo a una chica desnuda, no tienes que ser tan tímida. Voy a darme una ducha, ¿te vienes conmigo?-De repente me tiró la almohada a la cara.

-¡Pervetido! No te acerques a mí.

-Te vas a quedar con las ganas de verme. Si cambias de idea ya sabes donde estoy. -Cogí un par de cosas y me metí en el baño, que por suerte tenía en mi habitación.

-¿Qué hago aquí, qué hice anoche? No me acuerdo de nada. -Recoge su ropa y se vuelve a vestir. Cuando salió de la habitación, se encontró con un par de personas en su casa algo desnudas, y enseguida volvió corriendo a la habitación. La puerta del baño se abrió y apareció él de nuevo.

-Pensé que te habías marchado.

-Ahí fuera hay mucha personas...

-Como sea una orgía como la última vez...a mí me va a dar algo si tengo que limpiar después.

Odio o AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora