Odio incontrolable

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-Nuestra Alfa por fin ha vuelto.

-Ya lo echaba de menos, esta noche iremos a correr como nunca.

-¿Y adivina quién ha vuelto? -Me giré hacia Jane, mirándola confundida. Mientras ella mantenía una amplia sonrisa. -Tu amiguito de la otra noche, parece que ha vuelto. Como se llamaba...esto...

-Sam. Eres una despistada Jane.

-Sam...-Miré hacia abajo, recordando que había ignorando las reglas mientras estuve con él. De repente Daniel se acercó más a mí. Parecía confundido y extrañado. -¿Qué ocurre Daniel?

-Apestas mucho a demonio.

-Es lo que tiene vivir con uno de ellos durante toda una semana. -Miré para otro lado, evitando que se dieran cuenta de mi terrible secreto.

-Eso no es ningún problema. De vuelta con nosotros y te quitaremos ese horrible olor.

-Tenemos que entrar ya, nos vemos después.

-Claro, hago ese examen y nos vemos en clase.

Subieron las escaleras y fueron a clase. Yo fui a la misma clase, en la que estuve durante dos semanas con él. Cuando entré vi que la directora estaba allí. Me senté en un sitio y me dio un papel con varias preguntas. Segundos después la puerta se abrió y él también apareció. Se sentó en otro sitio y le dieron otro papel. La directora estaba sentada en el escritorio y cada uno estábamos a nuestro examen. No era muy difícil. Aprobaría este examen y olvidaría esta semana de locos de una vez. Recordaba todo lo que me había dicho, así que no debería tener ningún problema. Me llevó una hora y algo terminar el examen, pero cuando estaba completamente segura dejé el bolígrafo en la mesa. Me levanté y dejé mi hoja sobre el escritorio. Él estaba detrás mía, y también entregó su examen. Recogí mi bolso y salí de la clase. Iba a ir hacia la mía, cuando de repente escuché su voz detrás de mí.

-¿Estás enfadada conmigo?

-No quiero hablar de eso. -No me giré para verle, y seguía caminando. Pero de pronto me agarró la mano y me detuvo.

-Por favor...sabes que nunca te diría algo así. Pero no puedo arriesgarme a que sepan algo.- No me quedaba de otra, me volteé hacia él y le miré a los ojos.

-Demian, no hay nada entre nosotros. No puede haber nada...míranos, mírame a mí...soy un lobo y tú un demonio. Aunque hubiera algo, jamás podríamos estar juntos.

-¿Por qué no? ¿Vamos a seguir los ideales de nuestras familias y seguir con este odio para siempre?

-No, tampoco es lo que quiero. Podemos seguir siendo amigos, pero no a los ojos de los demás. Además...dentro de un mes, ya ni siquiera estaré aquí.

-¿Aún después de lo que pasó anoche, sigues pensando en tu deber de Alfa?

-Me ha encantado estar contigo, me he divertido mucho. Pero yo ya estoy marcada. Ya he aceptado esa unión, no puedo echarme para atrás. Podría generar conflictos entre las dos manadas y no quiero que mi padre ni nadie tenga problemas por mi culpa.

-¿Entonces ya está, te irás y no volveré a verte?

-Para mí eres alguien muy especial. Eres diferente a todos esos demonios y todos los lobos. Sentía algo por ti, no sé si era amor, pero era un sentimiento que me agradaba. Pero ahora hay que volver al mundo real, nunca podremos estar juntos...

-¿Por qué no? ¿Todo lo que hemos hecho, solo ha sido una pérdida de tiempo?

-Los Omegas están algo inquietos. Mi olor está mezclado con el tuyo, y eso podría generar muchos problemas, y más si mi familia se llegara a enterar. Mantente lejos de los lobos, si comparan tu olor con el mío, lo van a descubrir.

Odio o AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora