Primer día

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En la salida como habíamos quedado, la estaba esperando. Apoyado en la puerta, todavía molesto y algo enfadado por esta estupidez. La vi salir y acompañada de otros perros, se acercó a mí y noté como los demás estaban muy inquietos por mi presencia. No los culpaba a mí tampoco me gustaba este plan.

-Odio más esto de lo que tú crees. Pero no nos queda de otra. Estamos algo lejos de mi casa, ¿podrás seguir nuestro ritmo, o tengo que llevarte?

-No subestimes mi velocidad.-Cogí mis cosas y me preparé para pasar una semana muy larga.

-No iré a buscarte si te pierdes. -Ella y las seis personas que la seguían se convirtieron en lobos, de diferentes pelajes. -*Andando, Black*

Salieron corriendo y yo bufé molesto, pero los seguí también corriendo. Debía reconocer que eran rápidos pero los podía igualar sin problemas. Nos adentrábamos más y más en el bosque y se iba haciendo de noche. Cuando me di cuenta llegamos hasta unas montañas donde dos lobos nos esperaban, y por su posición de ataque parece que no les gustaba la idea de que yo estuviera allí. Uno de los lobos con los que iba se acercó a ellos, y pude reconocer quien era por los aros en su oreja. Se trataba de ella, los demás solo bajaron sus cabezas. Estaban gruñendo y comunicándose entre ellos, y a mí me daba curiosidad saber que decían.

-*¿Qué hace un demonio con vosotros, Rena?*

-*La directora del instituto a mandado un mensaje a mi padre. Él está conmigo.*

-*Sabes que está prohibida la entrada de demonios a nuestros dominios.*

De repente se escuchó un gran rugido que hizo que todos se dieran la vuelta. A mí también me entró curiosidad y miré, cuando vi a un perro más venir hacia nosotros. Todos se agacharon e incluso ella se agachó. Supongo que debía ser por respeto o algo. Un gran lobo negro, con algunas cicatrices se acercó a nosotros.

*¡Dejadla! Son órdenes de la directora que ese chico esté aquí.*

-*Pero señor...es peligroso que ese demonio esté aquí y...-*-Esos dos lobos hablaron, pero el lobo negro volvió a rugir violentamente, haciéndolos callar.

-*¡Silencio! Hija, te encargarás de que ese chico no desobedezca ninguna de nuestras normas. Estarás a cargo de él en todo momento.*

-*Sí, padre.*-Contestó todavía con la cabeza baja.

-*Ahora volved a vuestras casas. Tú también Rena, tu hermana y tu madre te estan esperando. Estaré fuera unos días, así que debes prestar tu protección a los lobos de la manada. Si hay algún problema no dudes en intervenir.*

-*Todo por la manada.*

-*Todo por la manada.* -Aquel gran lobo negro pasó a mi lado revisándome de arriba a abajo y después se fue de nuevo. Genial, está claro que aquí nadie va a respetarme.

Los lobos nos dejaron pasar y los demás se empezaron a dividir, yéndose a diferentes lugares. Yo la seguí a ella hasta lo alto de una montaña. Llegamos a una gran cueva y en cuanto pusimos un pie dentro, algo se abalanzó sobre ella. Yo retrocedí para atrás, por si acaso. Pero bajé la guardia cuando me fijé que solo era un pequeño cachorro y detrás había un perro común. Veía como ese pequeño lobo pasaba entre las patas de la mayor jugando, y saludándose, supongo...Ella y el cachorro empezaron a cambiar, a sus formas humanas. Aquel cachorro era una niña.

-Vaya, cada día eres más fuerte, Sophie-Le dijo mientras le revolvía el pelo.

-Ya casi soy tan fuerte como tú, hermanita.-Le contestó con una gran sonrisa. -Estuve jugando con Jara, por que tú tardabas mucho.

Odio o AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora