Me transformé en lobo y me fui de vuelta a mi casa. Pero cuando llegué no cambié de forma y me quedé fuera. Algo me estaba molestando y no sabía muy lo que era, tal vez era que Alice me haya dicho todo aquello la noche anterior, y que tuviera razón. Estaba enfadado, rabioso y lo pagué con un árbol dándole un zarpazo dejándo la marca de mis garras. Tenía que salir de ahí. Salí corriendo alejándome de mi casa lo máximo posible y llegué hasta una montaña, subí hasta un saliente y me tumbé para descansar. Intentaba olvidarme de todo y todos, odiaba todo lo que tenía que ver con este mundo. No tenía ganas de volver a casa y menos de ir mañana a clases. Lo mejor sería quedarme allí.
-¡Demian! Ven un momento.
-¿Qué pasa? -Salí de la habitación y me acerqué a ella.
-¿No era hoy cuando Saiko salía?
-Sí. -Miré el reloj y me extrañé un poco. -Ahora que lo dices...ya es tarde, y...¿todavía no está aquí?
-Estoy preocupada, nunca ha tardado tanto en venir, ¿y si le ha pasado algo?
-¿Quieres que vayamos a buscarlo?
-Será lo mejor. -Recogimos nuestras chaquetas y salimos de casa. Primero iríamos al Instituto, pero antes de avanzar más, me fijé en una marca que había en un árbol y Rena notó algo. -Ha estado aquí, es su olor y estas marcas deben de ser suyas. Además hace poco.
-Si ha estado aquí...¿Por qué no nos ha avisado? ¿Estás segura de que son suyas?-Se transformó en un lobo.
-*Es de él, segurísima, pero el rastro se aleja de aquí ¡Vamos!* -Salió corriendo siguiendo su rastro y yo le seguí al mismo ritmo. Cada vez no alejábamos más, y me extrañaba todavía más. Pero lo vimos tumbado sobre un saliente de una montaña y enseguida subimos. Rena cambió y enfadada se acercó a él. -¡Saiko! ¿Se puede saber que haces aquí?
Gruñó enfadado, ignorándonos y siendo indiferente.
-A mí no me ignoras. -Le tiró de la oreja fuertemente. -Como no te cambies ahora, voy a enfadarme más.
Pero no dijo, ni hizo nada y eso me molestó mucho.
-¡Saiko, no seas estúpido, hazle caso a tu madre ahora! -Pocas veces me enfadaba, pero esta vez, los dos nos habíamos preocupado mucho por todo lo que estaba pasando, y no me gustaba ver a Rena nerviosa.
-*¡Dejadme en paz, no voy a irme a ningún lado!*-Se giró hacia nosotros, se levantó y volvió a gruñir y enseñó los dientes.
-¡A tu madre, no le contestes así! -Hice lo mismo, cuando Rena estaba furiosa, y le bajé la cabeza cerrándole la mandíbula contra el suelo. Evitando que pudiera moverse. -¡Cámbiate ahora!
-*No quiero, dejadme en paz, no quiero volver.*
-Demian, tíralo. A esta altura no le pasará nada.
-¿Estás segura?
-Sí, eso hará que cambie, aunque no quiera.
No quería hacerlo, pero ya estaba cansado de que no nos hiciera caso. Lo cogí y lo tiré montaña abajo. Cayó hasta tocar el suelo y nosotros bajamos también rápido. Él había cambiado justo al chocar contra el suelo. Tenía algunos arañazos y rasguños en los brazos y piernas pero nada que no se curara fácilmente.
-¡Ah! -Sobándose la cabeza. -Malditos...
Rena se acercó y vi como le pegaba una bofetada en la cara y lo cogía de la camisa levantándolo del suelo.
-¿Sabes acaso lo preocupados que estábamos por ti? Pensamos que te había pasado algo. Ahora vas a explicarnos que es lo que te pasa.
-Yo nunca he pedido existir, ni ser esto, ni venir aquí. Ojalá nunca supiera que somos así.
-¿De qué está hablando? -Lo soltó y retrocedió un poco, poniéndose a mi lado.
-Yo tenía mis amigos allí, no tenía problemas, me invitaban a todas las fiestas, tenía las chicas que quería y nadie me despreciaba por lo que soy. Aquí no tengo nada de eso. ¡Vosotros seréis de aquí, pero yo no!
-No digas tonterías Saiko, aquí también eres alguien y...
-¡No! Aquí solo soy un bicho raro. Tienen razón...yo no pertenezco a ningún sitio, nadie me respeta solo por ser hijo vuestro, estoy apartado de todos.
-Ahora mismo vas a volver a casa y vas a calmarte y pensar lo que estás diciendo, que son solo estupideces de adolescente.
-¡No, no pienso volver! -Se volvió a transformar en lobo y salió corriendo a su máxima velocidad.
No lo soportaba más tenía que irme de aquí y a esta velocidad ni siquiera mis padres podrían seguirme. Sabía a donde ir, y lo tenía todo planeado. Cuando vi que ya estaba lo suficientemente alejado y había borrado mis huellas. Entré en el portal al mundo humano, allí sabía moverme perfectamente y me dirigí a nuestra antigua casa. Por suerte la llave estaba escondida detrás de una pequeña planta. Entré dentro y enseguida me tiré en el sofá, estaba muy cansado.
Fuimos a buscarlo, pero era demasiado rápido incluso para nosotros. Cuando ya no podía más, me tumbé en el suelo cansada y cambié. Demian se agachó para ver como estaba, aunque él también parecía muy cansado.
-Demian, ¿qué hemos hecho mal? ¿Por qué se ha escapado?
-No debe de estar lejos, tranquila. Lo encontraremos.
-¿Y quién nos dirá que cuando lo encontremos, no volverá a escaparse?-Le ayudé a levantarse y se apoyó en mi hombro. -Tiene razón, nosotros tenemos la culpa. Nunca le debimos enseñar nuestro mundo.
-No, de eso nada. Solo estará enfadado por algo, debemos buscarlo y traerlo de vuelta a casa. Pero saber que está bien, es lo importante. Ahora estás cansada, lo buscaremos mañana.
-No, no podemos dejarlo estar por ahí solo.
-No es un niño, puede cuidarse él solo, estará bien. Venga vamos. -La cogí en brazos y abrí las alas. Ahora como estaba no podría ni moverse. Yo aún tenía algo de fuerzas, así que nos fuimos de vuelta para casa.
Estaba cansado de estar en aquel lugar. Necesitaba volver al mundo real o al menos como yo lo llamaba. Ya no sabía ni quien era ni lo que quería. Pero lo que sí debía hacer era desaparecer, aunque fuera durante un tiempo. Tengo casi 17 y puedo cuidarme yo solito. Sabía donde guardábamos el dinero que teníamos en casa para las emergencias, y ya que en el otro mundo no lo usábamos, lo guardaban aquí. También estaba toda la mayoría de mi ropa y conocía este lugar mejor que el otro. Me fui a mi habitación y me tiré sobre la cama, necesitaba dormir pero esa inquietud todavía no me dejaba dormir bien. Además tengo muchas cosas que hacer mañana.
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Odio o Amor
WerewolfUn Instituto únicamente de monstruos de todos los tipos. Donde dos especies enemistadas se enfrentan cada día por ver quien es la raza superior, y donde los dos líderes de cada uno tendrán la peor de sus suertes, tendrán que soportar un castigo junt...