REENCUENTRO

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VIOLET

Mi decisión ya está tomada y voy a viajar, necesito respuestas, empezando por qué Max quería hacerme daño.

— ¿estás segura?

— sí, Mike. No hay marcha atrás .

— no sabes si estarán allá.

— ellos estarán allá. Necesito saber por qué Max quiso hacerme daño.

— por favor, no lo hagas... no sabes si aun quiere hacerte daño.

— él no me hará daño.

— no voy a detenerte esta vez.

Salí con mis maletas y me subí al taxi.
Mike se quedó parado en la puerta con sus grandes ojos azules enlagunados.

Sabía a qué me enfrentaba , y decidí afrontar las consecuencias.

MIKE

Ella es tan terca, me quedé solo en esta casa. No sabía que hacer, solo podía esperar y confiar en ella.

VIOLET

Estas últimas semanas no había encontrado nada y no veía rastro de Max.
tal vez en el bosque esté. Cuando llegué y todo estaba desolado.

— ¿Violet?

— Max... — me congelé. Su torso estaba desnudo.

— ¿qué haces aquí?

— v- vine a buscarte — de repente mi deseo de estar con él había despertado.

— ¿por qué?

— porque necesito que me expliques muchas cosas.

— ¿por qué tienes el corazón acelerado? ¿te sientes bien?

— no...yo no. Estoy bien.

— entiendo. ¿qué quieres saber?

— ¿por qué querías hacerme daño?

— hablemos dentro de la cabaña, mejor. No quiero que alguien nos escuche.

— ok.

Entramos y una cálida chimenea adornaba el espacio. El frío era terrible en esta temporada.

— ¿estás solo?

— aquí me he estado quedando desde la última vez que nos vimos.

— y ¿no has visto a...

— ¿Jack? — me interrumpió — no.

— ¿sabes que ya me enteré de que eres vampiro? ¿verdad?

— sabía que él lo haría.

— ¿por qué lo dices?

— porque, por eso me fui.

— ¿de qué hablas?

— yo decidí marcharme porque no quería hacerte daño.

— esto ya lo escuché antes — ironicé.

— yo te amaba — me tomó de los brazos bruscamente — ¿!no lo entiendes!?

— Max....me haces daño — chillé.

Sentí como pegó sus fríos labios con los míos y su fuerza disminuía. Esta vez me abrazó delicadamente.

Sentía mis latidos acelerados mientras él pasaba por mi cuello. Sus manos empezaron a subir desde mi cintura hasta mi espalda tocando el cierre del vestido que estorbaba.

ENTRE DOS MUNDOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora