Stepbrother

XVIII

Dicen qué no hay mal qué por bien no venga.

Y creó qué Louis es el mal qué causa en mí vida.

Principalmente, después dé analizar bien está situación, me he dado cuenta de el rumbó qué ha ocasionado desdé qué lo conocí.

Para bien o para mal, sé qué soy otro.

¿Por qué?

Por qué antes de conocerlo no tenía idea dé lo qué era el sexo o el amor.

Son dos cosas muy diferentes ahora qué lo veo.

Antes creía qué para tener sexo con alguien, había qué amar a la persona. Sentirse realmente enamorado de él o ella.

Louis lo qué hizo fue demostrarme lo contrario.

No necesariamente se necesitan las dos cosas.

Louis y yo teníamos sexo antes, si se le puede decir así, y no tenía ningún sentimiento por él, en realidad no tenía ni el más mínimo afectó. Al contrarió de eso, le tenía miedo. Incluso lo llegue a odiar por lo enfermó que todavía es.

Es aquí lo irónico de la situación. Del odio al amor hay un paso.

Y me da miedo decir que ese paso ya lo di.

Por que sí, no hay una explicación en concreto por la cual yo tenga este sentimiento.

Yo siempre soñé que cuándo encontrará a mi chico, sería u de los momentos mas feliz.

Porque seria lindo, tierno, de linda sonrisa, que me tratará bien y lucharía por conseguir mi amor a cómo diera lugar.

Que llegara con mi madre y se presentará cómo mi novio.

Detallista y tierno en todo.

Ése siempre fue mi fantasía.

Y Louis se tuvo que cagar en todo.

En todo lo que creó una vez odié.

Mas bien al principió.

Porqué mis malditos sentimientos están peor que la mismísima mierda.

Louis no es nada de lo que yo alguna vez llegue a fantasear.

Pero lo que es para ti, llega sin buscarlo.

Espero que Louis sea el adecuado para mí.

En la mañana, Louis...

Se los voy a dejar así.

¿Conocen al Louis del que estaban acostumbrados a contarles?

Bueno, se lo trago la tierra, o no se que exactamente.

Sirvió café en el desayuno cuando me estaba bañando.

Me ayudo a hacer la cama.

Me ayudo a vestirme acompañado de la sonrisa que lo caracteriza.

¿Qué le pasó? No lo sé, pero creó que me empieza a gustar esto.

-Nos vemos en la hora de descanso -dice y me da un beso muy lindo que en verdad me gusta.

-Te voy a extrañar -digo sinceramente.

-Yo también, más te voy a extrañar -me suelta de la cadera y es ahora cuando me doy cuenta de cuan delicados empiezan a hacer sus tactos.

-Nos vemos entonces -ahora yo le doy un beso y tomamos caminos diferentes.

En el salón es difícil que ponga atención en este día.