- Ashley, despierta –me removí en el asiento, acurrucándome bajo la chaqueta-. Ashley, vamos.
Abrí poco a poco mis ojos y miré por la ventana. Estaba oscuro, salvo por el cartel luminoso de la cafetería y el motel de carretera.
- Dime que no viven aquí tus padres –Harry soltó una risa, y sacó de encima mío su chaqueta.
- No, hemos parado, para comer y beber algo.
- Oh, claro –me quité el cinturón, y estiré mis brazos-. ¿Qué hora es?
- Las cinco de la mañana –dijo abriendo la puerta para salir del coche, y el frío entró dentro. Yo me acomodé de nuevo, negándome a salir-. Ashley, vamos.
- Hace frío –murmuré abrazándome a mí misma.
Harry abrió la puerta y me sacó del coche. Lo cerró, y después colocó su abrigo por encima de mí. Entramos dentro de la cafetería, y me saqué el abrigo de Harry para dárselo a él. Fui a sentarme a una mesa mientras Harry pedía. Miré a través del cristal, y aquel sitio daba miedo. Sería el lugar perfecto para una película de terror.
- Aquí tienes –fijé mi vista al frente y Harry se sentó. Me tendió un café caliente, un zumo y un sándwich-. Que aproveche.
- Igualmente –dije antes de darle un bocado al sándwich. Mientras masticaba seguía mirando a través del cristal.
- ¿Hay algo interesante? –negué con mi cabeza-. ¿Entonces por qué miras tanto por el cristal?
- Para no verte a ti –dije dándole un sorbo a mi zumo.
- ¿Tan feo soy? –preguntó riendo. Entonces le miré, sonriendo, y negué con mi cabeza.
- No. Ese es el problema.
- Gracias. Supongo.
Me acabé el café y esperé a que Harry hiciera lo mismo. Este hombre era el más lento comiendo.
- Vamos –se levantó, y le imité. Llegamos al coche y le tendí la mano. Harry me miró extrañado-. ¿Qué?
- Conduzco yo.
- ¿Por qué?
- ¿Y por qué no? –pregunté sonriendo-. Vamos, así aprovechas y descansas un poco.
- Pero si no sabes llegar.
- Pues uso el GPS –Harry, finalmente, me tendió las llaves del coche y yo sonreí-. Ahora ponme la dirección, sino, no llegamos.
Harry puso la dirección en el GPS, y se acomodó en el asiento. Yo arranqué el coche, siguiendo las indicaciones de aquella horrible voz. El camino iba a ser largo. Volví mi vista a Harry, el cual ya se había dormido. Yo sonreí. Como pude, me saqué mi chaqueta y se la coloqué por encima a Harry. Puse la radio bajita, y seguí conduciendo.
[...]
- En la próxima rotonda, tome la segunda salida.
Hice caso a la voz, y tomé la segunda salida.
- A quinientos metros, gire a la izquierda.
- ¡No puedo girar a la izquierda! –me quejé, así que seguí recto.
- Calculando nueva ruta.
- Eso, calcula, estúpido GPS.
- A cien metros, gire a la derecha.
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Cooper [h.s au]
Action-Te guste o no siempre vendrás a mí-solté con una sonrisa de lado. -¿Cómo estás tan segura?-preguntó ladeando la cabeza. -Porque eres una damisela en apuros. Mi damisela en apuros. Obra registrada en SafeCreative con el código 1511175809323 Fecha de...