Cooper [h.s au]

29.

- Toma, pruébate esto. Y esto. Ah, sí, también esto –decía Lauren a la vez que me llenaba de ropa-. Y para acompañar, estos zapatos.

Se dio la vuelta, y la miré entre la ropa, sonriendo. Me cogió algunas prendas y me hizo seguirla hasta el probador. Me metió en uno, con todas las prendas y pasó la cortina. Pero yo la abrí, mirándola con los ojos abiertos.

- ¿Qué pretendes que haga?

- Probarte ropa, ¡qué sino!

- ¿Todo esto? –señalé el montón de ropa, y Lauren asintió-. Pero...

- Venga, no perdamos tiempo. Pruébate algo.

Resoplé y pasé la cortina de nuevo. Miré la ropa y me rasqué la cabeza. ¿Por dónde empezaba? Me puse unos pantalones con una blusa, pero me negué a salir con eso. Lauren insistió mucho, así que salí para que me viera. Negó con su cabeza y pasé a otro conjunto. Un vestido azul palabra de honor en forma de pico, hasta las rodillas. No me desagradaba. Lauren lo vio, y asintió. Lo aparté. Lo próximo era una camiseta por la cintura roja con una falda de cuadros. Asentí frente al espejo, y abrí la cortina con una sonrisa de oreja a oreja. Lauren volvió a asentir, y aparté este conjunto también. Lo último era un vestido de color verde de encaje, transparente en las mangas. Al salir, la madre de Harry se llevó las manos a la boca y se levantó del sofá.

- Me encanta –dijo dándome una vuelta-. Es perfecto.

- ¿Para qué?

- Te regalo este vestido y los dos últimos conjuntos.

- ¿Qué? ¡No! –dije negando con mi cabeza.

- Es un regalo. Y no se aceptan devoluciones.

- Pero...

- Nada de peros –me cortó. Colocó su mano en mi hombro, sonriéndome-. No he tenido una hija, y no sabía lo que era ir de compras de ella. Así que acepta este regalo.

- Yo nunca he ido de compras con mi madre –dije encogiéndome de hombros, y sonreí-. Pero está bien, ¿no me queda otra que aceptarlo no?

Lauren asintió y asentí yo también finalmente. Me abrazó y yo la abracé de vuelta, extrañada. Por primera vez tenía la sensación de madre e hija. Y he de decir, que es algo incomparable.

- Bueno, vístete y vamos a comprar lo que me hace falta.

- ¿No era esto?

- No, tenemos que ir al supermercado.

Asentí y me metí dentro del probador. Me saqué el vestido y me vestí con mi ropa. Cogí lo que nos íbamos a llevar y fuimos a la caja. Lauren pagó, y después me tendió las bolsas.

Entramos en el supermercado y me encargué de coger el carro. Apoyé mis codos en el manillar e iba hablando con Lauren. Seguía hacia delante a la vez que miraba los estantes de mi derecha, cuando choqué con otro carrito. Miré al frente, y me encontré a una chica con su madre.

- Mira por dónde vas –escupió la chica.

Me la quedé mirando fijamente. A esta chica la conozco yo de algo.

- Hola Karen –dijo Lauren mientras dejaba un par de lechugas en el carro-. ¿Cómo estás?

Karen, Karen... La miré una vez más, y entonces caí. La exnovia de Harry.

- Bien, comprando con mi madre –me miró, y sonrió de lado-. ¿Tú eres la amiga de Harry, no?

- La misma. ¿Y tú la exnovia, no es así?