26.

15 1 0
                                    

Una prima segunda de Harry y su respectiva madre llevaban durante un buen rato hablando de sí misma. La verdad, que su voz fuera tan aguda no ayudaba nada. Y lo repelente que era. Pinché un trozo de carne y me lo llevé a la boca. Mastiqué lentamente, observando a la prima hablar. Y mover su melena de un lado a otro. Y seguir hablando. Rodé lo ojos, rezando internamente a la vez que apartaba el cuchillo de mi mano.

- Ashley –dijo Mike estirándome de la manga. Oh no. Me giré y le miré-. ¿Te puedo llamar Ash?

- Claro.

- Yo tengo nueve años –dijo Jane.

- Y yo –respondió Mike también.

- ¿Sois mellizos? –asintieron con la cabeza-. Qué guay.

- ¿Tú tienes un hermano mellizo también?

- No –reí a la vez que negaba con mi cabeza-. Tengo un hermano mayor.

- ¿Y cuántos años tienes? –preguntó Mike.

- Veintitrés –dije sonriendo.

- Qué vieja –soltó Jane a la vez que se metía un trozo de carne en la boca.

- Qué amabilidad –dije mirándola-. Empiezas pronto...

- Y dime Aley –escuché la voz chillona de la prima de Harry.

No, por favor. De todo menos eso. La miré, sonriendo de lado.

- Es Ashley –escupí, intentando sonar dulce.

- Bueno, lo que sea –dijo cogiendo su vaso.

- No, lo que sea no –iba a beber, pero me miró-. ¿Verdad que tu nombre es Lucy, y no Lucía? –enarcó una ceja, y yo sonreí-. Pues eso.

- Ashley –repitió, enfatizando.

- Dime, Lucy.

- Cuéntanos algo de ti –bebió y luego sonrió falsamente.

- Eso, queremos saber más de ti querida –dijo la abuela.

- Pues estoy en la universidad.

Empecé a contarles lo que estudiaba, y la mayoría mostraba interés, preguntando cosas sobre la carrera, y qué quería hacer cuando la acabara. Respondí a todas y cada una de las preguntas, mientras ellos contaban anécdotas de cuando estudiaban. Escuchaba atentamente con una sonrisa dibujada. Miré hacia abajo, y la sonrisa se esfumó. Cogí la fuente que tenía delante y me levanté de la mesa, para ir a rellenarla. Después de mucho insistir, Lauren cedió.

Entré en la cocina y me acerqué a la comida. Dejé la fuente al lado, y la rellené. Apoyé las manos en la encimera, y cerré los ojos. Saboreando ese sentimiento de felicidad, pero añoranza a la vez. ¿Así que esto significa tener una familia?

- ¿Estás bien? –preguntó Harry entrando en la cocina.

Abrí los ojos y seguí llenando la fuente.

- Sí, simplemente estaba rellenando esto.

- Ashley...

Me giré, y Harry tenía esa mirada. La mirada comprensiva, la mirada a la que no le puedes decir que no. Dejé de nuevo la fuente en la encimera y suspiré.

- Puedes decirme lo que sea –le miré y me pellizqué el puente de la nariz.

- Te envidio, ¿sabes?

Cooper [h.s au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora