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Estaba en el bar apoyada en la barra, mirando a la nada mientras pensaba. La verdad, la visita al cementerio y luego la charla con Harry en su casa, no es que me haya ayudado mucho a decidir algo.

Mason se acercó a mí, dando un golpe a la barra. Me sobresalté, y él sonrió. En cambio yo no.

- ¿Va todo bien? –preguntó.

- Sí, todo bien.

- Me han llamado de la universidad. Varios profesores se han quejado, dicen que llevas toda la semana distraída.

- ¿Todavía hacen eso? Lo de llamar y avisar.

- Por lo visto sí –se encogió de hombros y se acercó más a mí-. ¿De verdad que todo va bien?

- Sí, Mase.

Me di la vuelta en el taburete, bajándome de él y yendo a la mesa junto a Kayla y Eric. Me senté, y mientras fingía prestar atención de lo que hablaban, miré a Harry. Estábamos a viernes, y llevaba desde el domingo sin verle. Salvo por el incidente de hoy, claro está. Y es que desde que me vio con Ted, algo cambió. No me creyó cuando le conté que no pasó nada entre los dos, y eso me dolió.

Mason le dijo algo y Harry estalló en una carcajada. Sonreí al escucharle. Me gustaba verle reír, ver como se ponía el pelo detrás de la oreja y seguía riendo como si nada. Fijándome bien, tenía cuatro sonrisas. La primera, por cortesía; la segunda, cuando fingía estar bien; la tercera, su sonrisa de verdad, cuando se le marcaban los hoyuelos; y la cuarta, cuando reía a pleno pulmón.

Dejó de reír y siguió con lo suyo.

- ¿Os habéis enterado? –preguntó Kayla de golpe.

- ¿Enterarnos de qué?

- De lo de Luke –fruncí el ceño, prestando atención-. Se ve que entró en los Reds como perrito faldero de Josh. Estuvieron a punto de pillarles, pero Josh se las arregló para culpar a Luke. Ahora él está en la cárcel, y Josh no.

Me pellizqué el puente de la nariz, y negué con la cabeza. Kayla me dio un codazo, y yo la miré.

- ¿Estás bien?

- Qué pesados estáis todos.

Me levanté, y Kayla me agarró del brazo.

- ¿A dónde vas?

- Al baño.

Kayla asintió, y me soltó el brazo. Entré en el baño y me acerqué a la pica. Apoyé las manos y me miré en el espejo. La puerta se abrió, y vi a Harry entrar y cerrar la puerta con pestillo detrás de él.

- ¿Qué estás haciendo aquí? –pregunté extrañada.

- Quería hablar contigo –dijo acercándose a mí.

- Ya hemos hablado antes.

- Hay varias cosas que se me han olvidado preguntar.

- La verdad es que ahora no tengo tiempo.

Iba a pasar por su lado pero se colocó delante de mí, barrándome el paso.

- Vamos a hablar. Ahora.

Resoplé, pero finalmente accedí. No tenía la cabeza como para hablar con Harry, la verdad. Apoyé mi culo en el borde de la pica y me crucé de brazos.

- Bueno, pues tú dirás.

- ¿Dónde has estado metida esta semana?

- He estado bastante ocupada con las clases.

Cooper [h.s au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora