39. "Robando a un ladrón"

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—Denme todo lo que tengan o los quemo.— un tipo apuntaba a la cabeza de Leila, y esta miraba hacia abajo. Yo saqué los billetes de mi bolsillo y me acerqué lentamente a él. —Rápido, vamos.

Extendí mi mano temblorosa y el me arrancó el dinero de forma brusca, luego agarró mi brazo y le dio lo otro a su compañero.

—A esta me la llevo.— dijo el tipo apretando mi brazo, sentía que iba a romperlo, era muy delgado y sus dedos se clavaban haciendo presión en mis venas.

—Dejala.— Ben lo enfrentó, hace mucho no lo veía tan serio, se plantó frente al ladrón y este soltó una pequeña risa.

—¿Que piensas hacer?— preguntó burlándose de mi primo. Martín se había acercado a ellos sin que se dieran mucha cuenta.

Ben le quitó el arma al tipo y le pegó con la culata de la misma en la cabeza. Su compañero salió corriendo con el dinero.
Martín se abalanzó sobre el ladrón y lo golpeó en la cara, una, dos, tres veces.

—A mi prima no la tocas basura.— lo levantó del suelo agarrándolo de la camisa.

—Si no te molesta nos quedaremos con esto.— Ben giró el arma desde el guardamontes, alardeando de su movimiento estratégico de antes.

—Ahora camina despacio y no intentes nada porque no dudaremos en usarla.— Martín trato de no reír al decir esto, es justamente lo que dicen ellos después de robarle a uno.

El tipo hizo caso omiso y al llegar a la esquina comenzó a correr.
Los cuatros estallamos en risas que duraron varios minutos.

—Sin cervezas entonces.— concluyó mi prima y volvimos a su casa riendo y bromeando sobre lo ocurrido.

—Que skills Ben, pensé que eras un tarado.— las risas volvieron y mi primo me empujó.

—Tengo un arma, respeto conmigo.— la levantó y la admiró como si fuera un tesoro.

—Si ni siquiera sabes como dispararla.— hablé y el entreabrió la boca, entrecerrando a la vez los ojos. Desafiante.

—¿Quieres averiguarlo?— oh oh.

—Nada de ruleta rusa ni mierdas.— El mayor le paró el carro de una forma increíble. Y Ben miró el suelo serio.

—Esta bien...— se silencio y cruzó sus brazos.

—Así te quiero hermano.— lo dejó callado, causando un gran silencio incómodo, que luego fue roto por Leila.

—Hay una botella de champagne en el congelador... Yo solo digo.

PDV DE BRAD.

Luego de contestar la llamada de _____, me quedé pensando en Nina.

No sabía si estaba lleno de odio hacia ella o era rencor.

—¿Que quieres?— le pregunté un poco malhumorado a Connor.

—Tienes una llamada.— me enseñó mi celular, hablando de Roma. —Mejor no pregunto.— tiró mi móvil en la cama y se fue de la habitación en silencio.

Que extraño...

Atendí la llamada y escuché su fina voz del otro lado.

—Brad.
—Nina.
—¿Sigues enojado?
—¿Y qué te parece? Con lo que le estas haciendo a mi novia.
—¿Qué?
—No te hagas la tonta Nina, se lo que haces.
—¿Que dicesss?— preguntó un poco molesta.
—Las amenazas.
—No tengo nada que ver con eso.— dijo seca y nos quedamos callados.
—No puedo creerte.
—Entonces no me creas, yo no quiero meterme mas entre ustedes, quiero solucionar las cosas, no cagarlas.— me cerró la boca.
—No entiendo la verdad.
—¿Que no entiendes? Piensa un poco antes de culpar a la gente.

La llamada de cortó, ella había cortado.

—¿Terminaron?— Connor paso por la puerta nuevamente con cara de interrogación.

—Me dijo que no era, se enfadó, y cortó.

—Mujeres...— se acostó en la cama con las zapatillas. —Mañana nos vamos, prepara tus cosas.

—¿Por qué no me insultas y me dices que hice mal en contestarle?— que pregunta más extraña.

—Porque supongo que sabes lo que haces, de allí a que necesites que te diga lo que haces mal...— gesticuló alzando las cejas algo molesto. —Entonces estas jodido.

—Lo estoy.

Se sentó al borde del colchón, apoyando sus codos en su regazo.

—A ver, podrías darle una oportunidad para que te explique si lo hizo y por qué.— analizó moviendo su mano. —Pero... Tampoco te creas a fondo todo lo que diga, y mucho menos te acerques a ella. Si se entera ____ te mata.— una vez más este chico supo resolver mi problema.

—y exactamente... ¿Como quieres que le saque información si no me acerco a ella?

Mi amigo bufó y se levantó para caminar hasta la puerta. —¿Quieres preguntarme como conseguir la paz mundial también? Averiguarlo tu hombre.— y se fue.

Es como un sensei de las mujeres, lastima que no utilice sus propios consejos.

Comencé a guardar las cosas y al finalizar fui al buffet, donde estarían los chicos.

PDV DE _____.

—Te...extraño Braddddy.— mis palabras salieron con un retraso impresionante, el champagne se aferró a mi mano como si tuviera vida propia. Mis primos trataron de sacarme el móvil, pero no lo lograron.

—¿Que pasa nena?— su voz revolvió mi estomago e hizo que mi corazoncito latiera a punto de explotar.

—Te e-extraño.— tartamudié y él río nervioso.

—Ay, mi amor.— dio un suspiro y noté que sonreía aunque no pudiera verlo, si lo viera a través de un celular a un montón de kilómetros de el, sería millonaria por ello.

—Eres el amor de mi vida ¿Lo sabes?— la cara de Leila se transformó, yo creo que no sabia si reír o gritarme que suelte el puto teléfono.

—No me digas esas cosas por móvil, que me dan ganas de besarte y no puedo.— sonó tan triste como mi yo interior en ese momento, mi corazón se quebró al oír su voz un poco más fina de la angustia.

—Dime, ¿Tu también me extrañas?

—Obvio ____, te extraño, y no puedo esperar para verte.— se oía un pequeño disturbio de fondo que no me dejaba concentrarme. —Perdona el ruido, estaba en el buffet.— y así se terminó el disturbio.

—No importa amor.

—Ya estamos volviendo para la habitación, temprano porque mañana viajamos.— la puerta de su habitación se cerro, y se escucharon los resortes de la cama cuando Brad se tiro en ella.

—No sabes cuando me gustaría estar allí contigo.— mi voz vibró un poco, me gustaba hablar en verdad.

—Ahora... ¿Qué estas tomando y con quien?

—Champagne con mis primos, estoy biennn...— arrastre la n, y decidí terminar pronto la conversación. —Ups, se me queman las tostadas, luego hablamos.

Que fue eso ____.

Brad soltó una carcajada. —Te amo, cuidate.

Million Words (Brad Simpson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora