c u a t r o

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- Vine para devolverte el balón que me prestaste ayer - aclaró poniéndose de pie y arrojándoselo para que lo tomara en sus manos -. Gamsahabnida. Annyeong.

Quiso alejarse al terminar con lo que se había propuesto hacer pero lo que le dijo la detuvo en seco.

- Wa... ¿Así es como pagas los favores? ¿No crees que eres algo desconsiderada?

- Dije "gracias" - se defendió ella, volviendo a verlo con los ojos en blanco -. ¿Qué esperabas que hiciera? ¿Quieres que baile a tu alrededor una danza de agradecimiento mientras arrojo flores en el aire y canto "La Macarena"?

Sus palabras lograron sonsacarle una media sonrisa, obligando al muchacho a bajar la cabeza para ocultarla. Ha Neul estuvo a punto de inclinar su cuerpo para poder admirarlo de cerca pero la imagen de unos ojos avellanas le nublaron la vista, haciéndola sentir repentinamente culpable. Debo salir de aquí, se dijo con disposición.

- Eres una estudiante de preparatoria, ¿no es así? - interrogó el desconocido después de colocar la pelota en el suelo y sentarse sobre ella, interrumpiendo sus pensamientos.

- Ne.

- ¿Qué edad tienes?

Trató de buscar alguna mala intención reflejada en su rostro que le dictara que no debía confiar en él, pero sólo se encontró con una penetrante curiosidad.

- Dieciocho - respondió al pasar un tiempo -. ¿Y tú?

- Veintitrés. - Al distinguir su sorpresa, él se cruzó de brazos encarnando una ceja. - ¿Qué edad creíste que tenía? Soy un adulto, niña. Estaré en mi último año de universidad.

- Mianhaeyo - se disculpó avergonzada. Supuso que era mayor que ella, pero no que le sacaría cinco años de diferencia.

- ¿Qué hay de ti?

- Estoy en doceavo grado. Me graduaré en tres semanas.

- ¿Y tienes pensado asistir a la universidad? - La joven asintió con la cabeza. - ¿Qué quieres estudiar?

- Medicina.

- Tus padres deben estar muy orgullosos - masculló sarcásticamente entre dientes - ¿De cuál rama?

- Oncología.

Al tiempo que Ha Neul se sentaba de nuevo en el suelo, cruzando las piernas en forma de indio, pudo percibir un destello sombrío cruzando la mirada del extraño frente a ella y cómo parecía mirar en otra dirección con una mueca de desagrado.

- ¿Eres uno de esos? - escudriñó él en una voz baja y grave - ¿De esos que piensan que existe una cura para aquellos desafortunados que deben soportar algo tan maldito como el cáncer? Es un pensamiento muy infantil.

La muchacha lo miró como si todavía no pudiese creer lo que había escuchado.

- ¿Quién te crees que eres? - Acarició el anillo en su dedo para calmar sus deseos de abofetearlo en aquel rostro perfecto. - Hablar de esa manera de personas que sufren cada día luchando una enfermedad. ¿Acaso es malo querer darles esperanzas?

- No es malo, pero sí inútil - expuso sin verla, entrecerrando sus ojos cafés -. Deberían dejar a las personas vivir la realidad para no tener que destruir luego sus falsas ilusiones.

Lo sabía, pensó al repasar esas palabras, él no se parece en nada a Tae Hyung.

Ella también había tenido pensamientos muy parecidos a los suyos en un principio al saber que su novio moriría, pero el hecho de ver a Tae Hyung cada día con una mirada feliz y decidida le fue suficiente para confiar en el poder que tenía la mente sobre el cuerpo. Al menos por la mayor parte del tiempo, eso resultó suficiente para mantenerlo con vida. No obstante, esa enfermedad no tardó en arruinar lentamente tanto su cuerpo como sus ánimos.

Don't Leave [Yoon Gi - BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora