Con el paso de nuevas semanas, Ha Neul comenzó a pasar más tiempo en el apartamento de Yoon Gi en lugar del suyo propio, lo cual provocaba celos de parte de sus compañeros al no poder verla tanto como antes. Sin embargo, cada día de la semana, a la salida de la universidad, pasaba por la cafetería de Dae Ho, como de costumbre, acompañada con Ji Min o Chun Hei y luego visitaba a sus amigos, aprovechando que Yoon Gi debía trabajar y generalmente llegaba entrada la noche. De esa forma, podía pasar tiempo con todos y no sentirse culpable de la importancia que le estaba dando al peliverde a medida que pasaba el tiempo. Aunque dos veces en la semana las dedicaba exclusivamente a hacerle compañía a Yoon Gi en las sesiones de quimioterapia. Según el doctor Kim, el tumor parecía haber reducido de tamaño, lo cual facilitaría la cirugía, y el linfoma dejaba de mostrar tantos síntomas como antes, lo cual permitió al muchacho a regresar a su estado activo que aprovechaba para ayudar a Ha Neul, y a veces Ji Min, con las prácticas de baloncesto los fines de semana. La joven también debía dividir su día para asistir a las prácticas del equipo por lo que dos horas las dedicaba siempre a ello. Por primera vez, su vida era una rutina que no le disgustaba en lo absoluto. Inclusos sus llamadas semanales con su hermano y sus padres. ¿Qué más podía pedir para que fuese mejor?
Debido al otoño, esa mañana se levantó con algo de frío. Buscó a tientas un abrigo de lana que se colocó encima de la camiseta de Yoon Gi que usaba para dormir y enterró sus pies dentro de unas botas de felpa abrigadas. Por el sonido de la ducha, supo que él se había levantado y caminó hasta la cocina para servirse del café recién preparado. Al igual que todas las mañanas que se quedaba en se apartamento, se sentó sobre la mesada bebiendo de su cálida infusión con una tonta sonrisa en los labios mientras recordaba los brazos de Yoon Gi rodeándola cuando se acostaban. Se trataba de una sensación que se volvió necesaria para ella cada vez que dormía, impidiéndole conciliar el sueño si no la tenía. ¿Era malo sentir algo demasiado cotidiano? ¿Cómo podía estar segura de que estaría siempre allí cuando la requiriese? La sola idea de que pudiese desaparecer en cualquier instante le provocó un revuelo en el estómago que casi la lleva a vomitar en el fregadero. Yoon Gi lo prometió, se convenció a sí misma. Prometió que no me dejaría.
- Tae Hyung también lo prometió.
Se tapó los oídos, sorprendida y aterrada por la voz desconocida, y repitió:
- Él es diferente. Es diferente.
Para distraerse, se paseó por el pequeño apartamento sin dejar de tomar de su café y llegó al escritorio repleto de libros, partituras y papeles arrugados y rotos con varias manchas de tinta. Conocía que esa se trataba de una zona privada a la que Ha Neul no creía tener permitido acercarse, por más que Yoon Gi nunca le hubiese dicho lo contrario, pero le era extraño como ese caos le parecía interesante y hasta atractivo. Una faceta diferente al orden y la limpieza del resto del lugar. Había dudado en varias ocasiones sobre si sería una invasión el tratar de leer sus letras ya que le resultaban atrayentes después de atestiguar lo concentrado que se veía por las noches al escribir, cuando creía que ella dormía. Lo había escuchado rapear al competir en Frat Boyz pero algo le decía en su mente que ese muchacho desgarbado todavía tenía mucho más por mostrar. ¿Algún día podría formar parte de esa parte de su vida? ¿Podría conocer ese lado?
Esperaré a que él decida mostrármelo, se decidió, alejándose del escritorio con la cabeza baja al mismo tiempo que atisbaba la fotografía suya de niños sobre el piano. La tomó con una mano, leyó la promesa de la parte de atrás y sonrió al darse cuenta de lo mucho que veía Yoon Gi esa fotografía desde que supo de su existencia. Prácticamente, la observaba por la mañana, a veces la guardaba en su bolsillo antes de ir a clase y a trabajar y volvía a hacerlo en la noche antes de dormir. Incluso la noche anterior cuando Ha Neul recostó su cabeza en su pecho mientras él mantenía la fotografía elevada hacia arriba para poder verla en silencio. Se quedó dubitativa por algunos segundos y luego buscó entre los cajones de la cocina para encontrar una cinta de papel, cortar una pequeña parte y pegar la fotografía en la pared del escritorio, donde Yoon Gi podría verla cada vez que levantara la mirada.
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Don't Leave [Yoon Gi - BTS]
Fanfiction1ra Temporada Quiso convencerse de que se trataba de una equivocación, de que lo que sentía era un error, pero terminó quedándose estática cuando distinguió cómo Yoon Gi hacía a un lado su flequillo con un movimiento de cabeza y dejaba atisbar una l...