c u a r e n t a y u n o

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Ha Neul despertó al día siguiente temprano, recordando que se trataba del primer día del comienzo del otoño, y se removió en los brazos de Yoon Gi, quien soltó un gruñido ronco y la apretó contra su pecho. Con una sonrisa divertida, trató de separarse para alzar la cabeza y chocó con los ojos entrecerrados del muchacho junto con unas ojeras mucho menos pronunciadas de lo que recordaba. ¿Cómo se sentiría con la quimioterapia? La última sesión había sido poco tiempo atrás y al parecer todavía era capaz de soportar las náuseas y los vómitos - o lo disimulaba con ella -, pero los síntomas más difíciles y traumáticos no tardarían en llegar y, según lo que el doctor Kim le advirtió cuando estaban solos, Yoon Gi probablemente querría terminar el tratamiento una vez que su estado empeorara por culpa de los medicamentos. ¿Quién no lo haría en su lugar? Tae Hyung había tardado meses en acostumbrarse a sentirse débil y enfermo las veinticuatro horas del día al ser usualmente un alma tan activa. Sin embargo, el peliverde estaba soportándolo con una sonrisa, al menos en esas sesiones, por lo que Ha Neul trataba de pensar positivamente y confiar en sus palabras al prometerle que todo estaría bien. Puedo confiar en él, se dijo a sí misma.

- Tengo que irme – murmuró ella, acariciando su brazo tatuado con los dedos y trazando círculos en el mismo -. Chun Hei no me perdonará si llego tarde.

- Ne, ne. Al ass eo.

Pero, a pesar de haber asentido, Yoon Gi no la soltó y volvió a cerrar los párpados.

- Ya, no te duermas.

- No pensaba hacerlo – le respondió antes de moverse rápidamente para quedar encima de la joven y atrapar sus labios en un beso arrasador.

Después de casi media hora, ambos desayunaron algo rápido para luego alzar la ropa que usarían en la boda y emprender su camino al salón. En cuanto estuvieron en frente, Ha Neul se bajó de la motocicleta para quitarse el casco y volvió a admirar sus ojos cafés oscuros, humedecidos por el viento que lo había golpeado en el rostro durante el viaje.

- Te veo en unas horas – se despidió con una sonrisa sin apagar el motor.

- Si Chun Hei me asesina, será tu culpa.

- Valió la pena – bromeó guiñándole un ojo, provocando que ella se sonrojara -. Pero estaré listo para tomar la responsabilidad.

Ella entró por la puerta para encaminarse a la habitación que su amiga le había indicado que sería la de preparación, cruzándose a cientos de personas yendo y viniendo por los pasillos, algunos cargando flores, otros utilería, otros bocadillos, y demás. Ha Neul no pudo evitar quedarse observándolos como autómata. En verdad está pasando, pensó para sus adentros al notar el trabajo duro que se estaba llevando a cabo a su alrededor. En verdad su mejor amiga estaba a punto de casarse. Después de todo el tiempo en que creyó que Tae Hyung y ella serían los primeros, al prometerse que se casarían en cuanto se graduasen. Lo había olvidado, caviló. De allí había nacido el anillo. ¿Cómo fue capaz de olvidar una promesa como esa? Aquel anillo significaba mucho más de su relación con Tae Hyung. Aquel anillo significaba todo su futuro. El futuro que había prometido pasar junto a él. ¿Por qué seguía llevándolo puesto a pesar de que sabía que no existía esa posibilidad? Y aún más importante, ¿por qué era Yoon Gi tan paciente al respecto? Incluso después de semanas juntos, todavía le resultaba imposible quitárselo. ¿Cuándo se sentiría realmente lista para dejarlo ir?

A los pocos minutos de caminata, encontró la puerta por la que debía ingresar y llamó con los nudillos. La madre de Chun Hei fue la que abrió, ya vestida y maquillada. La saludó con un abrazo apretado, ya que no se veían desde el funeral, y le indicó que pasara, encontrándose con su amiga sentada frente a un espejo rodeado por varias bombillas de luces mientras una mujer acomodaba su cabello, impidiéndole moverse de su asiento.

Don't Leave [Yoon Gi - BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora