Don't Leave [Yoon Gi - BTS]

c a t o r c e

Al día siguiente, por la noche, Ha Neul se encontró a sí misma acompañada por Ji Min en la puerta del departamento donde ella viviría por los próximos doce meses. Como si se tratase de la primera vez que lo veía, admiró la sala extrañamente ordenada y limpia después de la fiesta antes de la graduación y se topó con Seok Jin y Ho Seok vistiendo camisa y corbatas, de pie en medio de la habitación con las posturas erguidas y los brazos acomodados a ambos costados. ¿Qué demonios? Antes de poder preguntar qué sucedía, su amigo tomó su equipaje y caminó alejándose por un pasillo.

- Sólo ignóralos. Llevan demasiados años sin convivir con una mujer y no tienen idea de qué hacer – aclaró al final, volviéndose a verla después de encogerse de hombros.

- Wa... Eso es adorable – soltó divertida por los semblantes incómodos de sus compañeros.

Ella se colocó frente a ambos muchachos y les susurró, guiñándoles un ojo:

- He vivido mis últimos años con mi hermano así que no tendrán que acostumbrarse a nada fuera de lo normal. – Al escuchar eso, ellos volvieron a respirar con alivio. – Estará bien.

- Gamsahabnida – agradecieron los dos soltando un suspiro.

Se despidió de los jóvenes en la sala, volvió a aferrarse a la mochila que colgaba en su hombro y siguió a Ji Min por el pasillo para luego dirigirse a la última puerta del camino, que tenía pegada en frente una pegatina de la NBA. Una vez estuvieron dentro, Ha Neul se encontró con un cuarto mediano ocupado por dos camas individuales, un escritorio, un armario y una mesa baja, la cual estaba vacía. La luz de la calle ayudaba con la pobre iluminación de una lámpara que colgaba en el techo y, en las paredes, reconoció los pósters de varios jugadores de baloncesto, bandas e incluso bailarines famosos. Aparte del deporte que mantenían en común, ella estaba al tanto de la fascinación de Ji Min por el baile, hobbie que también poseían Ho Seok y Jung Kook según lo que le había comentado éste último a Chun Hei. Ella y el menor habían quedado en pasar la tarde anterior juntos y su amiga no había tardado en llamarla por teléfono en el instante que llegó a casa para relatarle todos los detalles.

- Hice algo de lugar en el clóset para ti – le informó el joven, abriendo las puertas del mueble para mostrar algunos estantes, llamando su atención -. Puedes dejar toda tu ropa aquí y usar algunos percheros para colgar abrigos y vestidos. También siéntete libre de usar el escritorio y la mesa baja está a tu completa disposición.

Agradeció con una inclinación al escuchar esas palabras y, sin prestar atención a su demás equipaje, la muchacha tomó su mochila para caminar a la pequeña mesa, se arrodilló frente a la misma y tomó la fotografía de Tae Hyung para colocarla firmemente sobre la madera.

- ¿Harás un altar?

- Ne. – Se volteó a verlo, ansiosa. - Está bien que lo haga, ¿verdad? ¿No te molesta?

- Ani, está bien.

Después de escuchar su aprobación, continuó con poner también el anillo de él junto al portarretrato y una fotografía de ambos juntos sin enmarcar que había encontrado durante la preparación de la mudanza. En la imagen, ella lo abrazaba por la cintura y sonreía abiertamente de una manera que no recordaba haber vuelto a sentir desde que supo de su enfermedad. Ya no reconozco a la chica de esa fotografía, admitió para sus adentros. A su lado, sintió a Ji Min tomar lugar y soltar un largo suspiro.

- Siempre quise hacer un altar pero creí que V estaría enfadado conmigo después de lo que pasó... así que no pensé que era correcto.

- Él nunca pensaría eso de ti, y lo sabes.