Don't Leave [Yoon Gi - BTS]

t r e i n t a y c u a t r o

El sonido de su teléfono sonando la hizo despertarse temprano la mañana siguiente, escuchando la respiración acompasada de Ji Min que dormía en la cama de al lado. Se colocó las gafas rápidamente y leyó el número que estaba llamándola, sentándose de súbito al distinguir el nombre de su madre.

- Eomma, ¿pasó algo? ¿Por qué llamas a esta hora? – atendió al instante, parloteando sin parar por la preocupación - ¿Todo está bien?

- Ne – respondió la mujer del otro lado para tranquilizarla -. Sólo quería llamarte antes de ir a trabajar para desearte un feliz cumpleaños.

- ¿Cumpleaños?

Escuchó la risa de parte de su progenitora del otro lado.

- Ne, tu cumpleaños. ¿Acaso lo olvidaste?

- Eso creo – admitió, soltando un bostezo y rascándose la parte de atrás de la cabeza, confundida.

Pudo sentir una voz masculina diciendo algo por lo bajo y su madre volvió a hablar:

- Tu padre también te desea un feliz cumpleaños.

- Gomawo, appa.

Bostezó por segunda vez.

- Cariño – murmuró la mujer con un tono arrepentido que le rompió el corazón -, tu padre y yo lamentamos mucho lo que sucedió.

- Lo sé.

- ¿Podrías perdonarnos?

- Eomma, no estoy enfadada con ustedes. – Ha Neul tuvo que aclararse la garganta para no trabarse al recordar la graduación. - Es sólo que fue demasiada información para procesar en un solo día y estaba abrumada.

- Mianhae, cielo.

- Está bien, no te preocupes.

Le habría gustado seguir hablando con su madre pero escuchó un quejido ronco de parte de Ji Min. Sabía que se levantaría a golpearla con la almohada si no se callaba.

- Debo irme, eomma.

- Al ass eo. Te llamaré en la semana, ¿ne?

- Ne – asintió, de repente entusiasmada ya que en verdad deseaba volver a la relación que solía compartir con su madre. – Y si vuelven a llamarme a las cuatro de la mañana, quemaré la casa.

- Es bueno escuchar que estás de buen humor.

- Soy una princesa.

Cortó la llamada después de despedirse y regresó a la cama. ¿Cómo había olvidado su propio cumpleaños? En ese día, generalmente Baek Hyeon estaba con ella y era el encargado en recordárselo al preguntarle qué obsequio esperaba recibir de su parte; sin embargo, esta vez él no se encontraba cerca. Es más, ni siquiera tenía idea de dónde se encontraba. ¿Qué estaría haciendo que era más importante que llamarla? Será mejor que ese idiota tenga una buena excusa, maldijo Ha Neul en su mente, cerrando los ojos. Pudo dormir por algunos minutos pero volvió a ser despertada en contra de su voluntad, esta vez por la sensación de un cuerpo extrañamente liviano arrojándose sobre el suyo.

- Voy a hacerte una pregunta – le habló Chun Hei al oído, reposando todo su peso sobre ella -, ¿me veo más bonita hoy a como me veía ayer?

- Diablos – maldijo por lo bajo.

¿Cuál era su problema? ¿Por qué todos parecían querer molestarla desde tan temprano?

- Porque estaba pensando – prosiguió su amiga, girándose para quedar de espaldas y colocar su cabeza sobre la suya – que después de ayer, que me veía extremadamente bonita, sería imposible lucir aún mejor. – Ha Neul quiso empujarla pero estaba demasiado cansada. – Y cuando me desperté esta mañana y me vi al espejo, pensé "¡Wa! ¡La vida todavía tiene muchas sorpresas!" Así que, tuve una epifanía. Tal vez, ayer mi estado de ánimo no estaba lo suficientemente elevado para hacerme sentir hermosa en el espejo.