Don't Leave [Yoon Gi - BTS]

c u a r e n t a y t r e s

Ha Neul estaba de pie frente a la puerta del apartamento de Yoon Gi con la llave en una mano, sin estar segura de si debía tocar o simplemente entrar. Había pasado poco más de una semana desde aquella noche en el hospital y esa noche de viernes era la primera vez en que la muchacha logró reunir el valor suficiente para ir a verlo. Tuvo que soportar el hecho de que él no la quería cerca cuando todo sucedió por lo que regresó a su apartamento y durmió sola en su cama a pesar de haberse acostumbrado a sus brazos sosteniéndola al descansar. Sabía que él necesitaba su espacio. Pero no podía durar un solo día más. Necesitaba verlo. Así que, con un puño tembloroso, golpeó con los nudillos a la puerta de madera y esperó pacientemente. Sin embargo, nadie respondió, y eso le preocupó ya que había reconocido la motocicleta de Yoon Gi en el estacionamiento, además de que se trataba de una hora a la que el joven regresaba de trabajar. ¿Tanto querría evitar verla? No será tan sencillo, pensó para sus adentros antes de tomar la llave y abrir por su cuenta. Se dejó entrar sin permiso, dejó sus zapatos a un lado y tuvo una vista panorámica del apartamento para escuchar, después de unos segundos, el sonido de arcadas provenientes del baño. Se apresuró en llegar y distinguió la figura de Yoon Gi arrodillada con el rostro dentro del retrete. El desagradable olor a vómito le provocó nauseas pero las ignoró y se acuclilló junto al muchacho para acariciar su espalda con una mano, dándole apoyo.

- ¿Por qué todavía no se han desaparecido los síntomas, maldita sea? – le oyó inquirir con irritación, sin asustarse por su presencia - ¿Por qué tengo que seguir pasando por esta mierda?

Él se irguió al pasar un tiempo, limpió su boca con una toalla y se sentó en el suelo frío del cuarto de baño, hundiendo el rostro en sus manos.

- Pasará pronto. – Le habría gustado sonar más convencida pero lo único que pudo hacer fue sentarse a su lado y acariciar la parte de atrás de su cabeza. – Tranquilo. Estarás bien.

- Ne, pasará, pero eso no significa que estaré bien.

¿Por qué tuvo que pasar de la persona que decía "lo haré por ti" y "no debes preocuparte" a ésta que había vuelto a perder todo tipo de esperanza sin importar qué?

- ¿Qué haces aquí, de todas formas? - Su pregunta la tomó por sorpresa e incluso le dolió al notar la indiferencia en su voz.

- Vine a verte.

- ¿Wae?

- ¿"Wae"? – repitió de repente, molesta - ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso necesito una razón para venir a verte cuando llevas casi dos semanas sin hablar con nadie?

Yoon Gi se puso de pie, ignorándola, y salió del baño para caminar a la cocina.

- No necesito escuchar reclamos ahora.

- ¿Eso crees que hago? ¿Crees que estoy reclamándote? – preguntó, siguiéndolo por detrás – ¿Por eso es que has evitado mis llamadas? No puedes esconderte.

- ¿Por qué crees que estoy escondiéndome? – Lo vio preparar una taza de café con el agua que había dejado hirviendo y le dio un sorbo, eludiendo sus ojos. – He estado ocupado. No tengo por qué darte explicaciones.

La muchacha se cruzó de brazos y se apoyó en la mesada con la vista fija en el suelo.

- Así que eso es lo que piensas que estoy pidiéndote, ¿uh? – Sonrió sin una pizca de gracia y relamió sus labios. – Supongo que preocuparme por ti como una idiota no es importante. Entonces, bien. Haz lo que quieras, Yoon Gi. Finge que no hay nada malo, laméntate, llénate de trabajo... Lo que sea que hagas, veo que yo no puedo formar parte de eso ahora.

Se encaminó a la puerta del apartamento sin escuchar una palabra del peliverde y quedó con una mano en el mango, tratando de juntar fuerzas para poder abrir y largarse de una vez. Por favor, detenme, suplicó en su mente, pero no consiguió respuesta. Giró la perilla y, en el momento en que se abalanzó a la salida, chocó con un cuerpo que casi la hizo caer de espaldas.