Don't Leave [Yoon Gi - BTS]

c u a r e n t a y c u a t r o

penúltimo capítulo

Escuchó el sonido de nudillos llamando al vidrio de la ventana del asiento del copiloto, que Ho Seok le había ofrecido en caso de que necesitase bajar de emergencia si sentía nauseas, además de que estaría lo suficientemente alejada de Yoon Gi, quien dormía en la parte de atrás. Abrió los ojos con pesadez para reconocer a Ji Min del otro lado, haciéndole señas con una mano para que saliese. Bostezó mientras lo hacía y se encontró con su amigo alcanzándole una taza de café y una rosquilla, las cuales tomó agradecida antes de que se sentaran solos en una banca que tenía en frente el paisaje del comienzo de una extensa playa vacía, dando lugar a lo lejos al mar azul. Ella conocía ese lugar, estaba segura de haberlo visto antes, pero no recordaba dónde.

- Te ves mejor que ayer – expuso él.

- Ne, me siento mucho mejor. – Dio un primer sorbo y el líquido cálido le recorrió la garganta. – No tengo idea de qué me sucedió.

- Debe haber sido náuseas después del viaje. Pero tienes que cuidarte.

- Lo haré – prometió.

Le ofreció de su rosquilla pero el muchacho se negó por lo que ella llevó una mano rápida a su abdomen plano, consiguiendo que sus mejillas se tornaran de un rojo vivo.

- ¿Qué haces? – se exaltó Ji Min, abrazando su estómago.

- Estás muy delgado. – Le pellizcó una mejilla. – Ya extraño tu rostro redondo, ¿sabes? Te daba un aspecto más adorable.

- Puedo hacer que vuelvan si me dices que eso quieres – admitió guiñándole un ojo.

Debido a los nervios que le provocó su repentina confesión, Ha Neul sólo pudo empujarlo.

- ¿Qué cosas dices?

- Tranquila, sólo estoy bromeando. – La rodeó con un brazo por los hombros y juntó sus frentes. – Sabes que te quiero, ¿verdad? Me importas.

- Lo sé, pero-

- No me gusta verte triste, Ha Neul. Y últimamente pareces estarlo todo el tiempo y siento que no hay nada que pueda hacer para evitarlo – dijo angustiado -. Quiero creer que mejorará pero no puedo esperar sentado a que eso suceda. Necesito que me digas cómo ayudarte. El hecho de que te enfermes no es normal, tú nunca te enfermas.

Su cercanía no le permitía pensar en claro pero sus palabras le provocaron un nudo en la garganta.

- Mianhae – se disculpó, cerrando los ojos -. Te juro que estaré bien. Sólo estoy pasando por algunos altibajos.

- Por culpa de Suga hyung. – No era una pregunta, sino una afirmación.

- Es un problema que debemos arreglar nosotros. – Si es que todavía existe un "nosotros".

Se quedaron así por algunos segundos hasta que la joven quedó helada cuando Ji Min le plantó un beso corto y simple en los labios, casi como un reflejo, y la abrazó. Se tomó un tiempo pero finalmente le correspondió, rodeándolo por el cuello. Por alguna razón, no había sentido nada por su contacto a excepción de una tristeza de que no se hubiera tratado de Yoon Gi. Era la primera vez que deseaba que fuese él el que la reconfortara en lugar de Tae Hyung.

- ¡Ya! – los llamó la voz de Seok Jin -. ¿Alguien quiere dar un paseo en la playa?

- ¡Yo! – exclamaron Ha Neul, Ji Min y algunos de los muchachos, quienes habían despertado.

Se subieron en la camioneta para manejar por la arena entre gritos y risas hasta quedar estacionados justo frente al mar. La joven se bajó seguida por Chun Hei, Ji Min y Jung Kook y corrieron por los alrededor, aprovechando el clima agradable de esa mañana para hacer carreras, jugar y mojar sus pies mientras los cuatro mayores los observaban, como si fuesen padres cuidando de sus hijos. Seok Jin, por su lado, grababa todo con su cámara de video, tanto el paisaje del sol apareciendo en el horizonte como ellos saltando en la orilla y arrojándose agua entre sí, riendo a carcajadas. ¿Cuánto había pasado desde que pudo reír de esa manera sin que Tae Hyung tuviese algo que ver? ¿Qué la había detenido de sentirse feliz como en ese momento? ¿Qué era lo que estaba esperando? Incluso si él ya no estaba a su lado, todavía tenía a muchas otras personas que quería. Baek Hyeon, Ji Min, Chun Hei, Seok Jin, Ho Seok, Nam Joon, Jung Kook... Yoon Gi. No tenía por qué sentirse sola.