d i e c i o c h o

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Salvando el aura incómoda que se había formado entre ambos, el sonido del claxon de un tren les aturdió los oídos, tratándose precisamente del que debían abordar. Cada uno tomó su equipaje – él llevaba además la funda con su guitarra -, se saludaron una leve inclinación y caminaron a las puertas, donde un hombre tomó sus boletos y les permitió el paso. Buscaron por algunos minutos y finalmente vislumbraron un compartimiento con algunos asientos vacíos, siendo ocupado sólo por una pareja anciana que leía, él el periódico y ella un libro. Los saludaron con educación y, sin decir una palabra, tomaron asiento del mismo lado una vez que dejaran sus bolsos en el maletero sobre sus cabezas. Ambos se cruzaron de brazos y Yoon Gi se concentró en la imagen del exterior al estar junto a la ventana. Ha Neul sólo pudo observar sus manos mientras jugaba con los dedos, intranquila por lo que él podría haber escuchado. ¿La habría oído nombrar a Tae Hyung? ¿Creería que estaba alucinando? ¿Por qué se mantenía tan callado? No era normal en él. Hubiera preferido que la tachara como loca antes de hacerla sufrir ese silencio. Pero no podía culparlo, de haber sido ella en su posición, tampoco habría sabido cómo reaccionar.

Con un movimiento lento, el tren empezó a ponerse en marcha, ganando velocidad a medida que se alejaban de la estación y produciendo una vibración constante que, a pesar de molestarla, también la incitaba a cerrar los ojos y descansar las horas de sueño que no había tenido la noche anterior. Sin embargo, cuando quiso recostarse contra el respaldo de su asiento, las miradas de ella y la anciana en frente se conectaron. Ésta le sonrió con ternura maternal y luego miró rápidamente a Yoon Gi, como queriendo expresarle a Ha Neul con la mirada que debía hablarle. ¿Su actitud distante era tan obvia? La muchacha negó con la cabeza, aterrada por lo que pudiese decirle, y la anciana se quitó sus gafas de media luna soltando un suspiro.

- Díganme, jovencitos – comentó la mujer, ganándose la atención de él para que dejara de mirar el paisaje -, ¿podría preguntarles hacia dónde se dirigen?

Antes que pudiese responder, Yoon Gi se le adelantó:

- Jinsari, Anseong.

- Un pueblo hermoso. Mi marido y yo vamos a veces en las vacaciones. – El hombre a su lado levantó la vista para sonreírles con cordialidad. – Un buen lugar para distraerse de la ciudad, ¿no creen?

Ella asintió con la cabeza al mismo tiempo que miraba al rubio, pero él la evitó y volvió al exterior.

- Ustedes son la pareja más joven con la que hemos viajado en un tiempo – se apresuró a proseguir la anciana.

- No somos parejas – sentenció Yoon Gi con tono despectivo.

Ha Neul no supo por qué pero sintió algo pesado en su pecho después de sus palabras, a pesar de que fuesen ciertas. La manera en que había hablado con su expresión de fastidio fue como una bofetada y le molestó no entender por qué. ¿Qué importaba lo que él pensara? No necesito su aprobación, se dijo a sí misma, aunque por la mirada condescendiente que la anciana le estaba dando, supo que su semblante no debía de decir lo mismo.

- Mianhaeyo – se disculpó la aludida, volviendo a colocarse las gafas -. Supongo que fue mi error. Esta bonita señorita seguro ya debe estar ocupada por alguien que la trate mejor.

Asombrada por su apoyo, la muchacha le regaló una sonrisa de agradecimiento.

- Ne – afirmó Yoon Gi sin girarse -. Al menos eso es lo que cree.

Definitivamente la había escuchado en la estación.

- Tendrás que esforzarte más de lo que lo haces – los sorprendió la voz del esposo comentando sin desconcentrarse del periódico -. Me tomó casi veinte años conseguir a esta mujer.

Don't Leave [Yoon Gi - BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora