Dani
–Amanda.–la sigo por el amplio salón de su casa.–¿Qué vas a hacer?
–¿Tú qué crees?–alza las cejas mientras agarra el teléfono fijo y marca el número.
–Pon el altavoz.–le aconseja mi hermano mientras esperamos a que alguien conteste en la otra línea.
–Hello, are you calling the LAPD, tell me.
–Joder.–murmuro.–¿La policía inglesa?
–Can you tell me in Spanish, please?–pronuncia la pequeña Hanna dejándonos bastante sorprendidos.
–Oh, sí.–dice amablemente.–¿En qué puedo ayudarte?
–Esto...–carraspea la garganta Amanda.–¿Está ahí Nicole Bennet?
–Si, esperen un momento.–contesta consiguiendo que Hanna pegue un grito emocionada. Tardan varios segundos en volver a la línea, y mientras tanto, ninguno dice absolutamente nada.–Oh, me temo que hoy no se encuentra aquí, lo siento.
–¿Puedes decir que la hemos llamado?–pregunto sonando desesperado.–Somos su familia.
–Eh...–la oímos decir.–Puedo hacer más que eso.
–¿Si?–sonríe la pequeña.
–Os voy a dar su número de teléfono y habláis con ella, que después de tantos años estará deseando hablar con vosotros.–dice animada.
–¡Genial!–le digo emocionado.–No sé cómo darle las gracias.
–Diciendo gracias.–la oigo reír, y segundos después, dictarme el número.
Una vez hemos colgado, un ensordecedor silencio abunda en el ambiente. Todos miran mi teléfono dudosos, ya se he sido yo quien lo ha apuntado. Sin esperarme un minuto más, le doy a llamar y vuelvo a poner el altavoz para que todos escuchen.
"Este teléfono está apagado o fuera de cobertura."
–Mierda.–gruño estampando el móvil con el sofá.
–Conociéndola, estará durmiendo la siesta.–suspira Amy echándose rendida al sofá.
–Será mejor que esperemos.
******
NickyCamino por uno de los parques de Madrid sintiéndome por fin completamente libre. Jamás pensé que sería una sensación tan gratificante y quizá sí haya merecido la pena irme tanto tiempo por esto.
Aunque luego pienso en todo lo que dejé aquí y me odio por haberlo alejado todo de mí. De una manera o de otra, sé que hice lo correcto y lo mejor para todos. Así les di una vida mejor, aunque jamás lleguen a perdonarme.
También he pensado en llamarlos y decirles que he vuelto y que estoy dispuesta a quedarme si ellos me lo piden, pero no tengo valor para hacerlo. Sé que deben odiarme.Me quedo totalmente en shock cuando a pocos metros de mi veo a la persona más importante de mi vida. La pequeña Hanna, aunque ya no tan pequeña, está tumbada en el césped escribiendo pensativa en el diario que le regalé en el último cumpleaños que pasé con ella.

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Eres todo lo que quiero.
Ficção AdolescenteQue me has enseñado a vivir en vez de a ver la vida pasar, y en esa diferencia se esconden todos los matices que te definen.