13.

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Jesús

–¿Vas enserio?–sonríe Amy dejándome ve una vez más lo guapa que es.–No sabía que fueras un romántico de primera.

–Pues ya ves.–sonrío saliendo por las grandes puertas del cine.–¿Tú jamás has echo una locura por amor?

–Jamás he estado enamorada.–me sorprende mientras estira los brazos.–¿Dónde vamos a ir ahora?

–Quiero enseñarte algo.–susurro agarrando su mano, sintiéndome verdaderamente cómodo.–Es uno de mis lugares favoritos de todo Madrid, y siéntete orgullosa, no suelo traer a las chicas aquí hasta la quinta cita.

–Oh, abrumador.–bromea y tiro de ella hasta la entrada de un gran edificio.–¿Enserio podemos entrar aquí?

–Mi padre es el jefe.–informo saludando al de seguridad con una sonrisa.–Respectivamente, este lugar es mío.

–Guay.–susurra siguiéndome hacia uno de los ascensores.–¿Y qué me quieres enseñar exactamente?

–Espera.–le pido apretando el botón que da a la azotea.–Cierra los ojos.

–Uy si, y que me tires edificio a bajo.–me hace reír.–No te conozco lo suficiente para descartar que eres un asesino loco.

–Puedes descartar esa opción.–le aseguro tirando de ella y tapando sus ojos con mi mano.–Solo hace falta subir estas escaleras y ya.

–Como me caiga te vienes conmigo al suelo.–amenaza y asiento dándome cuenta de que esta chica es muy diferente al resto.–¿Ya?

–Si.–le destapo los ojos para que vea el increíble paisaje.–Es increíble.

–Madrid es de las ciudades más bonitas, vistas desde lejos, claro.–me mira alzando una ceja.–No te lo tomes a mal, pero no es el sitio más sorprendente que he visto.–me es sincera y eso me hace sonreír.–De echo, no está lejos de aquí, y al revés que tú, jamás he llevado a nadie.

–¿Es un lugar secreto?–me sorprendo y ella asiente con la mirada algo melancólica.

–Lo encontré cuando era pequeña, y...–se muerde el labio.–No creo que mucha gente sepa de su existencia.

–Entonces, estoy deseando verlo.–le agarro de nuevo de la mano.–Será increíble ser el primero a quien se lo enseñes.

–Bien.–camina hacia la puerta.–Pues vamos, dentro de nada se hará la hora de comer.

******

Nicky

Nada más acabar la película, a la que no había prestado atención ni una sola vez, Dani me propuso bajar a comer con sus padres. Según él, le caí genial a Eva y ha insistido en que comamos con ellos.

Me miro en el espejo intentando que el mechón rebelde que llevo cinco minutos para peinar, se quede en su sitio, bien recogido. Sonrío sin poder evitarlo al ver como Dani mira atentamente cada uno de mis movimientos, como si no quisiera perderse nada de lo que hago.

–¿Estás segura de que quieres hacerlo?–duda y asiento.–Pueden someterte a un interrogatorio de tercer grado.

–Pues será una manera de que conozcas más de mi.–le sonrío pareciendo segura, aunque para nada lo estoy. No creo que pueda contestarles si se entrometen demasiado en mi vida.–¿Bajamos?

Eres todo lo que quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora