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||JAMES||

─ ¿En serio te ayudará? ─le preguntó Emma a su hermano mientras él manejaba de regreso a casa.

─Estoy igual de sorprendido, créeme.

─ ¿Por qué lo hizo? ─preguntó, esta vez con curiosidad.

─No lo sé ─respondió él─. Después de eso solo se fue y siguió escabulléndose de mí cada vez que intentaba acercarme o decirle algo.

─Típico de ella.

Asintió con una sonrisa y se quedaron en silencio por unos momentos.

─Quizás fue por lo que escuchó ─dijo James, pensándolo mejor.

Y de inmediato le contó a su hermana lo ocurrido en la cafetería.

─ ¡Esos bastardos! ─dijo indignada.

─La verdad no me importa ─dijo él, encogiéndose de hombros─. ¿Pero y si ellos la hicieron ofrecerme ayuda para luego rechazarme y poder burlarse de mí?

─ ¿Realmente crees que ella sería capaz de juntarse con ellos?

Ni si quiera lo pensó.

─No, no realmente.

─Bien, ahí está tu respuesta.

─Sí ─sonríe, un poco emocionado por su reunión de estudio con Jessica─. Después de comer necesito que me des todos los temas para poder ir preparado a su casa.

Ella asintió.

─Sabes que te hubieses ahorrado todo esto si aceptabas que yo te de los temas desde el principio en vez de confiar en tus amigos, ¿verdad?

─Oh, ¿de verdad? ─dijo con sarcasmo─. Obviamente he pensado en eso desde que pasó ─rodó los ojos─. Pero cuando Jessica aceptó ayudarme, sentí que quizás todo sucedió para que exactamente eso pasara.

─Bueno, entonces no tienes mucho por lo que quejarte.

James formó una sonrisa ladeada.

─En lo absoluto.

###

Cuando James está en la entrada de la casa de Jessica, a punto de tocar el timbre, es cuando comenzó a escuchar los gritos.

─ ¿Por qué siempre dices que no hago nada? ─gritaba Jessica y James podía oír que también estaba llorando─. ¡Si hago absolutamente todo en esta casa!

─ ¡Y es lo mínimo que puedes hacer cuando yo soy la que pago todo! ─su mamá le gritaba de regreso.

─ ¿Tú pagas? ─Jessica soltó una risa histérica─. ¡Él que realmente paga es Mark y estoy segura de que es solo porque te acuestas con él!

Se escuchó un golpe que hizo sobresaltar a James.

─ ¡Solo saca al maldito perro!

La puerta se abrió y James tuvo que saltar hacia un lado cuando Jessica fue empujada fuera antes de que su madre volviera a cerrar la puerta de un golpe.

Ella dio un grito de frustración y comenzó a secar sus lágrimas cuando lo vio con horror al darse cuenta de que estaba ahí y posiblemente haya oído todo.

Él quería decir algo, pero su mirada lo detuvo.

Jessica suspiró y agarró con firmeza la correa del perro y la jaló suavemente mientras se alejaba.

Aunque sabía que no debería, James fue tras ella y comenzó a caminar a su lado.

Cuando ya estaban lejos de sus casas finalmente ella se giró hacia él y lo enfrentó.

─ ¿Qué haces?

─Estoy buscando pokemon ─dijo frescamente.

Ella arqueó una ceja incrédula y él le enseñó la aplicación abierta en su celular.

Jessica negó con la cabeza mientras rodaba sus ojos.

─Replantaré mi pregunta ─dijo─. ¿Por qué estás haciéndolo a mi lado?

James gritó triunfante cuando atrapó un pokemon antes de responderle.

─Porque es donde puedo encontrarlos ─sonríe, orgulloso de que pueda demostrarlo con su captura.

─Pues ve a encontrarlos a otra parte porque no quiero compañía, para eso tengo al perro.

─Creo que ahora mismo necesitas compañía humana ─sonrió James─. Y como resulta que yo soy uno... ─se encogió de hombros.

─Oh, y yo que creí que eras un Furby

─ ¿Un qué? ─inquirió perdido.

─Es mi juguete favorito cuando era niña ─negó con la cabeza─. Sólo olvídalo.

Él asintió, pero iría a buscar que era uno en cuanto estuviese en su casa.

─En serio, James, solo regresa a tu casa y déjame sola.

─Cómo dije, estoy...

Lo interrumpió.

─Y una mierda que estás aquí por los pokemon ─repuso ella seria─. Estás aquí porque tienes lástima de mí luego de lo que oíste.

─ ¿Qué oí? ─inquirió serio─. ¿Toda la mierda que tu mamá te dijo y que no merecías que te diga? Y peor aún golpearte.

A James le dolía solo de ver la marca que le había dejado en su mejilla.

─Yo tampoco debí decir eso ─dijo bajando la mirada─. Ella simplemente me convierte en alguien del que no estoy orgullosa ser.

─Aun así no debió golpearte.

Jessica solo se encogió de hombros.

─Ahora puedes ir a tu casa.

─No quiero ir a mi casa ─dijo él de inmediato─. Quiero acompañarte.

Ella suspiró.

─Cuando acepté ayudarte con matemáticas te dije que no esperaras ni intentaras nada.

─Estoy seguro que sabías que era muy difícil para mí pasar una oportunidad como esa ─le dijo─. Pero aun así lo hiciste, ¿por qué?

Ella lo miró con esos hermosos y profundos ojos negros (que odiaba que se encontraran un poco rojos por haber llorado) mientras peinaba nerviosamente uno de sus mechones detrás de su oreja.

─Porque escuché todo lo que tus amigos te dijeron ─aceptó.

─ ¿Así que me ayudarás porque tienes lastima de mí? ─él arqueó una ceja.

─Bien jugado, James Holland ─ella sonrió rendida y no podía estar más feliz por haber logrado que lo hiciera.

─Gracias, Jessica Vega ─le sonrió de regreso.

─Pero para que conste que no lo haré porque sienta lastima, es todo lo contrario.

─Igual que yo, ¿así que tregua? ─extendió su mano hacia ella.

─Tregua ─respondió sin tomar su mano─. Pero eso no nos hace amigos en lo absoluto.

La sonrisa de James se hizo aún más grande.

─Aún no.



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