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||JAMES||

James sintió una lengua recorriendo su mejilla y creyó que era Jessica quien se había puesto en plan juguetona y cariñosa, pero cuando abrió sus ojos se dio cuenta que era Mono quien se había montado en la cama y encima de él.

─ ¿Qué pasa, amigo? ─le preguntó soñoliento mientras acariciaba su cabeza.

Mono le ladró como respuesta y Jessica se removió a su lado y se aferró más a la almohada que tenía bajo ella.

Él sonrió con esa imagen, y al habérsele quedado mirando, no reaccionó a tiempo cuando el perro saltó encima de ella.

─ ¡Mono! ─gritó Jessica y este le dio un ladrido y le lamio la cara─. Aish, a veces odio cuando te pones así en las mañanas ─sonrió mientras lo acariciaba, pero de pronto su sonrisa se cortó y abrió muchos sus ojos antes de girarse hasta James─. ¡Nos quedamos dormidos!

Él rascó su brazo.

─Eso creo.

Ella desesperada se envolvió en la sábana y salió de la cama para buscar su celular, lanzando algunas malas palabras cuando lo encontró y lo activó.

─ ¡Son las diez de la mañana! ─le tiró su ropa al rubio─. Vístete rápido, voy a ver si por algún milagro mi madre no ha llegado.

Sin chistar James comenzó a vestirse y luego cuando Jessica regresó notó su ligero alivió.

─ ¿No está? ─le preguntó.

Ella negó con la cabeza.

─No, pero tienes que irte.

Él asintió y se terminó de vestir mientras veía como ella hacía lo mismo.

Si le hubiesen dicho que lo que pasó la noche anterior sucedería y que luego dormiría y despertaría en la cama de Jessica, les hubiese recomendado su psicólogo porque ahora que sucedió, ni si quiera el sigue creyéndolo del todo.

─ ¿Quieres ir a desayunar? ─le preguntó cuando ya estaban abajo en el umbral de la puerta.

─No creo que sea una buena idea ─ella peinó un mechón detrás de su oreja mientras lo observaba con sus hermosos ojos marrón oscuro.

James levantó sus manos.

─Solo lo estoy diciendo en plan amigos. No creo que tenga nada de malo que un amigo invite a una amiga, ¿o sí? ─arqueó una ceja.

Ella sonrió y él amó muchísimo que lo hiciera.

─No es eso, es por si llega a venir mi mamá, es mejor que esté aquí cuando lo haga ─le explicó─. Pero si está de buen ánimo quizás le pregunte.

─Bueno, tienes mi número, llámame. Hazlo incluso si no es para ir a desayunar.

─De acuerdo ─ella se puso de puntillas y lo besó. Un beso que pretendía que fuese casto y rápido, pero él no pudo resistirse y la tomó de la cintura para tenerla más cerca y profundizar el beso.

─Wow ─dijeron al unísono cuando finalmente se separaron.

─Para que no me olvides ─James le guiña un ojo y comienza a caminar a su casa.

─No creo que pueda hacerlo incluso si quisiera ─susurró ella, pero la pudo oír perfectamente y la sonrisa de James no podría ser más grande en estos momentos.

─Hola hermanito ─Emma llegó corriendo hacia él en cuanto entró a su casa─. ¿Disfrutaste tu desayuno? ─dijo en voz alta.

─ ¿Qué? ─preguntó perdido y luego vio que sus padres estaban mirándolos.

Resuélveme si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora