||JESSICA||
─Todo está bien ─le dijo Jessica a Mono, quien le ladraba porque no dejaba de ir de un lado para otro en la sala. Pero no podía evitarlo. Estaba nerviosa.
Nerviosa de que llegara su madre y le preguntase a donde iba porque sin duda notaría que estaba vestida para salir. Nerviosa de que no supiera qué responder porque la verdad era que no tenía idea; lo único que sabía era que James le había dicho que se alistara porque la pasaría recogiendo en 30 minutos sin opción a decirle que no ni preguntarle a dónde irían. Nerviosa porque ya pasaron los 30 minutos y él no llegaba.
Mientras tanto su mente no podía dejar de reproducir todos los sucesos de ayer. Tanto los buenos, como los malos. Pero sin duda en lo que realmente no dejaba de pensar era en Joseph Holland. El trillizo de Emma y James. Y sobre todo lo que llevó a este último a descubrir que ella tenía los mismos planes que él.
Eso fue realmente inesperado para ella. Sobre todo porque nunca quiso que James supiera la verdad. Siempre quiso que creyera que simplemente se iría lejos, como a otro país para empezar de nuevo.
Pero no, él ahora sabía que sus planes eran quitarse la vida y realmente era un completo lío por eso. Sobre todo porque sí, ayer él dijo que la salvaría y se quedó durante toda la noche, sosteniéndola fuertemente, pero eso no le decía cómo se sentía y estaba preocupada por eso.
La verdad lo único que quería era que el tema quedase olvidado y las cosas siguieran como estaban. Porque estaban bien, tan bien. Él teniendo que lidiar con su inevitable muerte de ninguna manera iba a ser fácil y aunque no se lo dijo anoche porque estaba realmente agotada, sin duda hoy le diría que no necesitaba ser salvada y que debía respetar esa decisión tal como lo hizo Mary al final.
El ruido de la puerta la sobresaltó y de inmediato fue a abrir, encontrándose con un James, condenadamente guapo como siempre.
Pero ni si quiera tuvo tiempo de preocuparse en qué hacer, porque él se adelantó y la besó, haciendo que se sintiera aliviada momentáneamente.
Quizás las cosas no han cambiado, pensó.
─Hola ─sonrió sin poder evitarlo.
─ ¿Nos vamos?
─Sí, vamos.
Seguía sin tener idea de a dónde la llevaba, pero ahora estaba menos nerviosa y más ansiosa.
Hasta que llegaron.
─Hola, Clarissa ─James saludó a la recepcionista de mediana edad detrás de su escritorio.
─Hola, James ─le sonrió amablemente─. Le diré al doctor Steele que están aquí.
─ ¿Doctor? ─inquirió Jessica.
─James, me alegra volver a verte ─un hombre canoso más o menos en sus sesenta salió por una puerta y de inmediato se acercó y le extendió la mano a James─. Y tú debes ser Jessica ─su atención se trasladó a ella.
─ ¿Usted es el doctor Steele? ─inquirió y él asintió─. ¿Doctor en qué exactamente? ─añadió con desconfianza.
─Tengo un doctorado en psicología, por su puesto.
─ ¿¡Me trajiste a un loquero!? ─le exclamó Jessica a James incrédula e indignada.
─ ¿Por qué no pasamos a mi consultorio? ─sugirió el doctor Steele al mismo tiempo que todas las miradas de los presentes estaban en ellos.
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Resuélveme si puedes
Novela JuvenilJames está dispuesto a intentarlo todo para estar con Jessica. Jessica para que eso no suceda. ¿Eso estará destinado al fracaso o a ser la salvación de ambos?