Resuélveme si puedes

1+5

||AMES||

─Deja, mamá, yo me encargo desde aquí ─James tomó los platos sucios de las manos de su mamá.

─ ¿Estás bien, hijo? ─le preguntó preocupada, al notar que algo no andaba del todo bien con él.

─No es nada ─le sonrió, dándole la menor importancia y huyó a la cocina para lavar los platos.

Una vez terminada la tarea, se sirvió un vaso de jugo y se desplomó en una de las sillas del mesón de la cocina, y alado de su hermana, quien lo había seguido desde el comedor en cuanto se fue.

─Realmente la cagué ─dijo completamente devastado.

─Fue un impulso ─ella trató de tranquilizarlo─. Has estado loco por esa chica desde la primera vez que la viste. 

─Y finalmente que conseguí una oportunidad, tuve que arruinarlo todo ─hizo una mueca─. Jessica simplemente no querrá ni verme ni volver a saber nada de mí.

─Hijo ─su mamá lo llamó, entrando a la cocina─, una jovencita te está buscando.

─ ¿Paige? ─preguntó su hermana con irritación.

─No ─respondió ella─. Dijo que se llama Jessica.

James escupió el jugo que estaba tomando sobre Emma.

─ ¡JAMES! ─gritó esta.

─Lo siento ─dijo realmente apenado y luego regresó a mirar a su mamá─. ¿Jessica?

─Sí, Jessica ─respondió─. Es la vecina de al frente, ¿no es cierto?

James asintió.

─ ¿Te dijo que quería?

─En realidad no, ¿quieres que vaya a preguntarle?

─No te preocupes, mamá, él irá a averiguarlo mientras yo me cambio de blusa para que podamos ir a la secundaria.

─Si, ma, yo iré ─se inclinó y le dio un beso en la coronilla─. Ten un buen día departe mía y de Emma.

─Ustedes también, amores.

Tomando fuerza James se dirigió hacia la entrada y su corazón simplemente se detuvo al ver que su Jessica realmente estaba allí, y un segundo después comenzó a latir descontroladamente.

─Hola ─ella le sonrió.

¡Le sonrió!

¡Genuinamente!

─Hola ─se obligó a responder porque parecía que todo su cuerpo tenía problemas para funcionar correctamente. Incluso su corazón descontrolado que si no se calmaba le provocaría un infarto.

─ ¿Ya se van a la secundaria? ─preguntó.

─Sí ─dijo más calmado esta vez─, ya estamos por irnos.

─Perfecto ─volvió a sonreír. Una sonrisa que lo estaba volviendo completamente loco─. ¿Podría ir con ustedes?

─No tienes ni que preguntarlo, es un hecho ─dijo con entusiasmo su hermana, llegando a su lado─. ¿Nos vamos?

─Sí, vamos ─dijo él antes de ir por su mochila y luego dirigirse a su carro con ambas chicas.

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En el camino James no podía dejar de mirar a Jessica, incluso si él era quien manejaba y debería estar completamente concentrado.

Ella estaba ahí, sentada a su lado en el asiento del copiloto porque su hermana había decidido irse a atrás, cediéndole el puesto.