Bad and Mad Love | 2D [Gorillaz] [En Edición]

Capitulo 6

~●~●~●~Capitulo 6: ¿Quién dijo que me importas?~●~●~●~

Narra 2D

Le llame, recuerdo haberle llamado, pero Paula no ha llegado, demonios, no puedo creer que me haya dejado planteado. Debí saberlo, ella no iba enserio.

– ¿Por qué la cara larga? –Su voz era áspera como ligera. Esa voz fue la que me sacó de mis pensamientos y la vi acercarse con una sonrisa en el rostro.

–Pensé que no vendrías –Le regresé la sonrisa así como a mí me regresó el aliento al ver que no me había dejado plantado.

–No soy tan maldita como para dejarte plantado.

Pero si como para acostarte con Murdoc en los baños de los Kong cuando salías conmigo. Vamos Stuart no pienses eso, estas con ella y le estas dando una segunda oportunidad.

– ¿Q-qué quieres hacer?

–Ven –Me tomo de la mano y me llevo a otra parte del parque, una más alejada.

Mientras caminábamos, recordaba aquellos momentos que tuvimos juntos, los buenos, algo me decía que estaba mal, pero otra parte me decía que siguiera. Llegamos a una explanada y nos sentamos en el suelo sin soltarnos de la mano.

No me justificaba ni mucho menos, pero era el sentimiento de tener esa pequeña presión en el estómago lo que me hacía quedarme, el verla y ponerme igual de nervioso o estar con las manos tan frías pero que no lo notará porque me compartía parte de su calor, era algo que extrañaba; era una sensación que extrañaba.

– ¿Cuánto tiene que no vemos las estrellas juntas?

–Seis años, es el tiempo que esta Noodle con nosotros –Me quise morder la lengua después de considerar lo que dije.

– ¿Noodle? La sabandija que me golpeo

–Más bien la que no pudo golpearte –Me hice pequeño en mi lugar mientras pensaba que tal vez y solo tal vez, creo que ni Sharon ni Noodle le caían bien

– Ah, la guitarrista, eh oído de ella –Pensé que no la conocía.

–Supongo que si –Suspiré.

Mire al suelo, a los árboles y luego al cielo, me sentía tenso, tanto que había olvidado el hecho de que tomaba su mano. Tenía esa espina de inseguridad que me estaba perforando el costado y que se estaba volviendo tan fuerte como para matar las mariposas de mi estómago, era algo un tanto insoportable que quería detener y parecía que se notaba por lo que Paula preguntó:

– ¿Estás bien?

–No del todo –Exclame– ¿Por qué me fuiste a buscar ahora? ¿Por qué no antes? –Explote, la duda me mataba, sabía que ella no hace las cosas porque sí, lamentablemente la conocía bien.

Se quedó callada un momento y cuando quiso hablar, por más mal que estuviera, la interrumpí:

– ¿Tienes idea de cuánto sufrí por ti? ¡Han pasado 6 años Paula!

– ¡Te extrañaba, Stuart!

– ¡Pudiste verme antes! ¡Quiero la verdad y la quiero ahora!

Ni siquiera me dejó terminar para cuando explotó y confesó:

– ¡No tengo a donde ir, ok! No quiero estar en la calle, ustedes me acogieron una vez, pensé que si volvíamos a salir eso volvería a pasar...

Sabía perfectamente que eso no del todo era verdad, pero tampoco del todo falso. La mire detenidamente, esperaba que me dijera algo más, pero simplemente se quedó callada con los ojos cristalinos, lagrimas falsas

–Quiero volver a tocar con ustedes –Se escuchaba nerviosa, pero en mis adentros yo ya lo sabía–. Tal vez necesiten otra guitarra y...

–Pensé que tus intenciones eran buenas, pero solo es conveniencia, Paula... no te impor—

Sentí un jalón fuerte en mi oreja lo que me saco de todo pensamiento y seriedad que había contenido, mire y era Sharon. Le sonreí nervioso y ella solo frunció el ceño.

– ¿Otra vez tú? –Se paró plantándole enfrente

–Arriba idiota –Me tiro de la oreja hacia arriba haciendo que me pare, retiro lo dicho del que no se parecía a Murdoc–. Nos vamos

– ¿Tú quién eres para decirle que hacer?

–La que tiene el puesto de Guitarra que tú nunca tendrás.

– S–Sharon.

Me solo la oreja y tomo del brazo para después llevar jalando fuera del parque. Paula había chillado un par de veces, pero no fue detrás, ni siquiera se movió. Después de estar un poco lejos del parque, Sharon me soltó y se posó frente a mí con los brazos cruzados. Lo sé, le mentí y sé que estuvo mal, pero no lo sé, apenas y nos conocemos.

– ¿Por qué fuiste con ella?

– ¿Por qué viniste por mí?

Narra Sharon

Ese tipo de preguntas eran las que hacían que bajara mi ira y también me confundiera con mis adentros, ni siquiera yo sabía que respuesta tenía aquella pregunta ¿Uno no podía ser amable y ya está? ¿No podía simplemente ir a coger a un compañero antes de que marcará su vida y a mi me dieran de palos por ello? No era más que un ganar-ganar dentro de todo.

–No tienes ni idea de lo que te espera llegando.

Lo volví a tomar del brazo y lo jale hasta llegar a la reja de los Estudios fue que lo salte, pensé que podía caminar por su cuenta y así fue. Todo estuvo en silencio mientras caminábamos hasta que sentí como tomo una parte de mi mano intentando entrelazarla, me sentí rara y la aparte de un jalón.

– l–lo siento –Tartamudeaba más de lo que respiraba.

–Sin cuidado, descuida –Suspiré

Apenas llegamos fui a la cocina para buscar algo de comer de lo cual no encontré nada, quise ir y golpear a 2D por hacerme perder mi cena pero no quería ser una versión extraña de mi hermano que igual lo maltrata.

– Perfecto, sin comida –Lancé un gruñido– ¿Para qué demonios salí?

–Eso me gustaría saber a mí –Me gire y me encontré con mi hermano, lo mire detenidamente y estaba del asco, más de lo normal.

–Apesta –Arrugué la nariz ante el hedor que desprendía.

– ¡Al menos así puedo olvidar que vives aquí! –Gritó y se tambaleo un poco–. Ahora dime ¡no seas cobarde!

–Es algo así como un amigo, no quería que una zorra lo zorreara y ya está –Me dirigí a las escaleras, pero me agarro del brazo y me regreso a donde estaba– ¿Ahora qué?

–Eso no es lo que quería oír –Hizo una mueca de disgusto ante la respuesta.

–Lo que tú quieres oír es que diga que me preocupa Stuart, cuando no es verdad

–Por supuesto que si

–Hazte a un lado –Lo empuje para poder abrirme paso a mi habitación.

Había sido un largo día y mañana seguramente me levantarían temprano para practicar o algo así, Murdoc anduviera jodiendo y yo solo quiero dormir. Me acomode en la cama y cerré mis ojos hasta que me quede plácidamente dormida.