"¿Dónde estoy? ¿Qué es esto? ¿Cómo llegué aquí? Lo último que recuerdo es... ¿Qué es? Un árbol. Un bosque. Una puerta." Las imágenes corrían por mi mente como destellos rápidos y sin sentido. Esto estaba comenzando a desagradarme, necesitaba recordar... ¿Qué me estaba ocurriendo? Siempre había tenido una buena memoria. Entonces surgió otra pregunta: "¿Qué estoy haciendo aquí? Mi pluma. ¿Dónde está mi pluma? El perro. ¿Dónde está el perro? Detrás de la puerta. ¿Dónde está la puerta? Justo detrás de..." Pero al dar la vuelta no había una puerta, sino una chica. "Espera un momento Julie, ¿una chica?" Así es, me encontraba en un espacio vacío. Y con vacío me refiero a completamente vacío, como cuando te encuentras de pie en una habitación a oscuras y sientes como si estuvieras parado en medio de la nada, exceptuando el hecho de que en lugar de ver todo negro, este lugar parecía hecho de luz y nada más. Extraño, terrorífico, muy extraño, absolutamente terrorífico. ¿Ya dije que se sentía realmente extraño y terrorífico? Y ahora, de pie justo frente a mí, parecía como si la chica de largo cabello negro y un vestido ajustado del mismo color que le llegaba a la mitad del muslo y contrastaba con el resto del excesivamente luminoso espacio flotara. Me observaba con una sonrisa torcida mientras en su mano derecha hacía girar mi pluma entre sus dedos. "Alto ahí, ¿qué hace ella con mi pluma?" No me percaté de que tenía la boca abierta hasta que la cerré.
-Bueno, con esa pinta vas a necesitar más ayuda de la que creí.- Dijo con toda la naturalidad del mundo. Como si no estuviésemos paradas en medio de la nada en un lugar hecho de luz. Su voz era suave y armoniosa, como la de una cantante lírica. O eso supuse, ya que en realidad jamas había oído a ninguna hablar. Probablemente en ese momento yo debería haber hecho un centenar de preguntas sobre qué estaba pasando o por qué flotábamos en blancura, pero en lugar de eso tuvo que salir mi brillante ser interior a preguntar:
-¿Qué tengo de malo?-lo sé, muy inteligente. "Ahora entiendes porqué no tienes amigos, Collins, ¿verdad? Eres idiota." Sip, esta vez mi subconsciente estaba en lo cierto. Bajé la vista hacia mi ropa para ver cuál era el problema con mi «pinta» y enseguida comprendí a lo que se refería esta desconocida y sexy chica: ESTABA HECHA UN DESASTRE. mi ropa estaba toda embarrada y cubierta de hojas y otras porquerías. "Un momento, si mi ropa está así.." Llevé mis manos a mi cabeza y sentí un montón de paja que alguna vez estuvo recojido en una decente coleta. -Oh, no.
-¿Eso responde a tu pregunta?- habla usando un tono burlón y por alguna razón siento la necesidad de quitarle esa media sonrisa de una bofetada. Odiaba ese tipo de sonrisas, mi escuela estaba plagada de ellas. No eran ni reales ni falsas, y eso me frustraba. Es cierto, no conocía a esta chica, pero por la misma razón no me estaba sentando bien que se burlara de mi apariencia. Ella no había estado persiguiendo a un perro a través del bosque ni había tropezado y caído al suelo cubierto de mierda. "¿Quién se cree que es?" La chica soltó un resoplido y luego dijo con tono cansado:
-Bueno, tenemos mucho que hacer y poco tiempo para hacerlo. Sígueme.- Comenzó a caminar dándome la espalda y pude ver un extraño tatuaje en ella. Un ojo en su homóplato derecho, que quedaba descubierto debido al vestido. Quería preguntarle sobre él cuando algo me detuvo, ella. Se detuvo, se plantó frente a mí y antes de poder darme cuenta de lo que hacía, puso sus dedos índice y medio en mi frente y... empujó. "Alto, ¿QUÉ?"
Caí de espaldas y grité cuando me percaté de que mi cabeza no había golpeado de lleno contra el piso. Abrí los ojos que ni siquiera recordaba haber cerrado y me encontré en una amplia estancia. El techo era una alta cúpula de vidrio y dejaba ver un cielo antinaturalmente estrellado. Había varias sillas, sillones y sofás repartidas aparentemente al azar en la habitación. Pero fueron otras cosas las que me impresionaron más: Toda la pared estaba cubierta de libros, como un enorme estante sin fin. ¿Mencioné que la estancia era redonda y medía unos tres o cuatro pisos de alto? Otra cosa que llamó bastante mi atención fue el detalle de los candelabros. Eran preciosos y parecían llorar destellos de cristal que se iluminaban con el calor de las velas. Y no solo eso, los candelabros colgaban de ninguna parte, flotaban sin más. Era un espectáculo precioso y aterrador a la vez y yo no sabía bien cómo sentirme al respecto. ¿Maravillada? ¿Aterrada? ¿Feliz? ¿Triste? ¿Asombrada? ¿Indiferente? Algo que sí estaba completamente segura que sentía era confusión. De esa en la que no entiendes nada de nada y te frustras por lo ignorante que eres ante la situación. Necesitaba que alguien me explicara qué demonios estaba ocurriéndome desde esa noche hace dos meses cuando tuve mi primer sueño, el que terminó trayéndome hasta aquí. "Por favor, no estoy pidiendo que nadie me lea el futuro, solo necesito que alguna amable persona tenga la bondad de aclarar mi confuso pasado, ¿si?"
Estaba tan sumida en mi agonía interior que no me percaté de la presencia de la chica-vestidosexy a mi lado. "Vaya, esta se mueve como ninja, ¿de dónde salió ahora?" Giró su rostro hacia mí y pude notar algo en él en lo que no me había fijado anteriormente: Sus ojos. Eran de color verde esmeralda, extremadamente brillantes. Sin pensarlo, se me escapó una palabra de los labios. Fue tan solo un susurro, pero bastó para que ella lo oyera:
-Annie.- Ella frunció el ceño y preguntó, su voz llena de confusión:
-¿Disculpa?-entonces pareció que algo había hecho click en su cabeza.- Oh, claro. Me comentaron sobre esto. ¿Sí sabes que su nombre no es Annie, verdad? Es mi hermana, Susan. Ella estuvo contigo en la escuela. Está ansiosa por verte, por cierto. Pero por alguna extraña razón fui yo la que tuvo que venir por ti.- Me lanzó una sonrisa. Esta no era de un solo lado, como la que había estado impresa en sus facciones minutos antes. Parecía una sonrisa amigable. A juzgar por el tono que había empleado anteriormente, supuse que iba a bufar o algo por el estilo, pero no. Ella estaba ahí, sonriéndome y mostrando una hilera de dientes perfectamente alineados entre sus carnosos labios. "Bipolar, ¿eh? Interesante..." En ese instante quise matarla por ser tan bella mientras yo estaba ahí, hecha un completo desastre, con hojas en la cabeza y barro en la ropa, contrastando con ella y el elegante lugar. A pesar de que intenté devolverle la sonrisa, se me hizo imposible. Estaba ahogándome entre preguntas, hambre y cansancio. Mucho cansancio. "Muy bien, Collins. Lista de prioridades: Comida, siesta, respuestas." Llevé una mano a mi cabello. "Nueva primera prioridad: Ducha" Con esa lista en mente, solo faltaba que nuestra querida chica-vestidosexy me indicara dónde encontrar el baño, la cocina y un lugar para dormir. Pero resulta que una vez más, las leyes del universo no se encontraban a mi favor...
-Vamos, ¿qué esperas? La asamblea comienza en media hora. Acompáñame.- "Hazle caso, Julie. La asamblea comienza en media hor... ¿ASAMBLEA? Por favor, no. ¿Qué clase de asamblea? Si es algo parecido a las asambleas estudiantiles de la escuela, estoy lista para sacar mi embarrado trasero de este lugar y partir en busca de Sam. Oh, no. DEJÉ A SAM CON ROBERTS Y SU ESCOPETA." No podía creer que me había olvidado totalmente de mi mejor amigo. Santo cielo, ¿cuánto tiempo llevaba desaparecida? ¿Minutos? ¿Horas? En el peor de los casos... ¿Días? No me había tomado la molestia de tener alguna noción del tiempo que había pasado en la habitación luminosa. Ahora me arrepentía de haber sido tan torpe. Salí de mi desesperado trance gracias a que una mano se agitaba frente a mis ojos. La chica me observaba como si fuera un raro especímen que encontró en una caja de luz.- ¡Hola! Tenemos que arreglar esa porquería que llamas cabello y vestirte decentemente antes de la reunión.
-Yo... Debo regresar.-Tartamudeé.- Sam... él...- No pude seguir diciendo estupideces ya que ella me interrumpió.
-Él estará bien, confía en mí.- Rodó los ojos y soltó un bufido. La forma en que lo dijo, como si Sam fuera un insecto repugnante, me llamó la atención. Sonaba como si lo conociera. Quiero decir... Ni siquiera le expliqué a esta chica quién era Sam, no tenía manera de conocerlo. Pero al parecer lo hacía. Achiqué mis ojos hasta que su rostro se vio borroso y luego fruncí el ceño.
-Tú... ¿Lo conoces?- "No, es imposible. Recuerda que estás metida dentro de un árbol en medio de un bosque." "Hey, ¿por qué ahora sí lo recuerdo" Mi ceño se frunció aún más hasta el punto en que mi cabeza comenzó a doler ligeramente. Ella rodó los ojos por segunda vez y me respondió algo irritada:
-Desearía no hacerlo. Pero no creo ser la persona correcta para explicarte esto, así que deberás esperar hasta la asamblea.- Ok, algo aquí no encajaba. Pero no podía dejar a Sam a su suerte con un viejo lunático al que yo misma lo había guiado.
-Escucha, no sé de qué asamblea estás hablando, pero yo debo volver. Mi amigo está solo en medio de la nada junto a un viejo orate con una escopeta cargada y un muy mal genio. No sé si lo entiendes, pero necesito regresar por donde vine.- No pude contener el vómito verbal. "Dos en un día, nuevo record, Collins." Ella se acercó a mí con los brazos en jarras y me dijo:
-Ahora es tu turno de ecuchar, Collins. Tu jodida llegada es algo que los miembros de la asamblea han estado esperando durante años. El imbécil a quien llamas tu amigo puede esperar y ahora tú y yo debemos estar en la sala del Qüercum en media hora. ¿Entendido?- Sin decir más, me dio la espalda y abrió las enormes puertas hechas de madera de roble para conducirnos fuera de la hermosa y enorme habitación.
Solo dos detalles de su discurso quedaron rondando mi mente. Uno: Esta chica mencionó mi apellido, y estaba segura de que jamás la había visto por la ciudad. Y lo otro: "¿Qué demonios es la sala del Qüercum?"
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Lend
FantasiJulie Collins lleva meses teniendo la misma pesadilla: es perseguida cada noche por lobos. Pero ellos no son solo lobos. Ni esas son solo pesadillas. Ni ella es solo Julie Collins. Las apariencias engañan, y esta vez dejarte engañar... podría costa...