Capitulo IV: Disculpa...

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La noche pasaba lenta, la celda estaba fría, la cama era incomoda y estaba solo, solo entre tres paredes y una reja que le separaba de la libertad, el fierro era fuerte, frio, solido. Su alrededor olía a sudor, desesperación y lágrimas... si, a eso olía, a gritos desesperados, a disculpas falsas, a hipocresías, a arrepentimiento... y eso sentía, sentía su alrededor, sentía la pesadez de haber ahuyentado a quienes amaba, de haber decepcionado a una de sus amigas, a Anne, a Gemma. Se sentía mal, como nunca se había sentido, por primera vez supo lo que era el arrepentiemiento y nadie estaba con él para escuchar sus disculpas.

¿Lo siento? ¿Te ofrezco una disculpa? ¿Podía decir eso sinceramente? ¿A quién se lo diría? ¿Al hombre que ahora estaba ingresado en el hospital, con un respirador, con el cerebro apagado y la cabeza rota? ¿A ese que tal vez no vuelva a ver por un golpe en el cerebelo? ¿A ese que podría no escuchar de nuevo por haberle jodido el oído? Esa persona no podría responderle un "te perdono" porque podría ser que no despertara de nuevo, podría ser que lo último que vio fue a ese monstruo arrebatándole la vida, lo último que sintió fue a ese cabron inculcándole dolor y sonriendo por ello.

Harry se sentó en el suelo, junto sus piernas a su pecho y encerró su cabeza en las rodillas e hizo lo que nunca había hecho, lloró, lloró un rio de dolor, sufrimiento y soledad.

Y él no sabía por que actuaba de esa manera. Él no sabía porque era un monstruo que gozaba de dañar a los demás y proteger a sus seres queridos, él no sabía el porqué de sus actos, el porqué de estar en un lugar y estar en otro, él no sabía por qué el paso del tiempo, Harry no era Harry, él no se sentía ser Harry.

-Perdón- susurró para nadie en particular o para todos los que lo rodeaban.

Una lágrima más cayó y se quedó en esa posición por horas, esperando a alguien que fuera por él, pero ya no tenía a nadie.

*

-¿Anne?- dijo una asustada Samantha al teléfono.

-¿Qué pasó Sam?- pregunto preocupada.

-Marcel... Harry... Marcel fue arrestado por golpear a un hombre, está en terapia intensiva, Harry está encerrado y Marcel, él no sabrá que ha hecho por la mañana, él no sabía lo que hacía... Anne, él tendrá miedo.

-¿Dónde estás tú?

-En la comisaria- dijo en un susurro- lo escucho llorar Anne, está llorando, Harry está llorando pero no puedo ir con él...

-¿No te lo permiten?- pregunto la mujer en tono desesperado, tomando sus llaves y saliendo de casa, olvidando apagar las luces, olvidando todo, queriendo ir por su hijo, por sacarlo de aquel infierno.

-Sí, me lo permiten- dijo llorando- pero tengo miedo...le tengo miedo.

*

Media hora después Harry se levantó, sus ojos rojos e hinchados, sus pensamientos confusos, con la garganta seca, los puños apretados y ganas de gritar de impotencia.

Él sabía que lo habían escuchado, que había logrado dejar de ser fuerte y ahora era un estúpido que lloraba por su libertad, sabía que lo escuchaban y le enfermaba que lo hubiesen hecho, que pensaran que era un patético niño malo que lloraba por estupideces, que no fuese lo suficientemente hombre para esa situación... pero estaba verdaderamente roto, estaba en la obscuridad total.

Caminó a la pequeña e incómoda cama y se recostó, hundiéndose en la obscuridad, y lo último que vio antes de perderse en sus pesadillas fueron aquellos ojos azules, esa sonrisa pícara y escucho con una voz chillona su nombre: Louis Tomlinson.

*

Anne llegó a la comisaria, Samantha fue a su lado y la abrazo, la mujer estaba echa nervios, temblando y con los ojos rojos por las lágrimas que seguro había derramado en el camino, la voz le temblaba y su respiración era acelerada.

Bipolaridad.  (Harry/Marcel Styles - Louis Tomlinson) "Larry Stylinson"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora