Capítulo 1

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—A ver, Juri, quiero que para la siguiente foto, rías.

—Como si ese rostro serio momificado pudiese reír. 

—Que gracioso, Senri, ahora verás. Rima, ¿puedes ayudarme con algo? —dijo la de cabello negro cruzándose de brazos mientras veía del lado izquierdo de la cámara en el estudio fotográfico.

—Bien... —la otra chica se aclaró la garganta a la vez que veía al de cabello rojizo a su lado. —Senri, si sigues comiendo así, te vas a transformar en un puerco marrano que ni por la puerta más ancha vas a poder entrar. —agregó para causar que la otra chica riera naturalmente y el fotógrafo pudiese sacar la foto deseada.

—¡Perfecto! Ahora, una mientras levantas la ceja y lo ves todo con seriedad. —pidió el fotógrafo.

Juri asintió mientras cambiaba su sonrisa por la seriedad habitual de su rostro y levantaba la ceja para que el fotógrafo pudiese sacar más fotos. Luego de la última fotografía, se dispuso a caminar hacia los otros dos jóvenes con quienes estaba hablando.

—Puerco marrano. —dijo mientras reía y negaba con la cabeza al ver al de cabello rojizo.

—Momia Juri. —respondió el chico cruzándose de brazos manteniendo una barrita de chocolate entre sus dientes.

—No puedo creer que sean hermanos. —dijo Rima riendo mientras intercalaba la mirada para verlos a ambos.

—Ni yo. —comentó Senri ladeando su cabeza observando fijamente a su hermana, quien aún reía.

Ambos eran totalmente diferentes y vaya que sí. Juri tenía el cabello negro y unas cuantas pecas en su rostro, sus ojos eran de color violeta y tenía una estatura promedio. Era delgada y bastante seria en sus expresiones faciales habituales. Senri, por su lado, tenía el cabello rojizo, heredado por parte de su madre, lo único que parecía haber heredado del lado Kuran era el rostro fino, que su hermana también poseía. Sus ojos eran de color celeste, por lo que no se asemejaba en nada a su hermana. Ambos eran hijos bastardos, aunque Juri poseía el apellido de su padre por haber sido criada directamente con él. Senri no, había crecido con su madre, una mujer del clan Shiki, por lo que utilizaba ese apellido. Sus personalidades de igual manera eran totalmente diferentes, Senri era tal vez un poco más sociable que Juri, y ella mucho más amargada que él.

—Bueno, debo irme. —comentó Juri acomodando su cabello a un lado.

—La sesión no ha terminado, jovencita. —respondió el fotógrafo arreglando la cámara.

—Termina cuando yo digo que termina, y ya terminó. —suspiró la chica y se dispuso a caminar hacia la puerta, donde uno de sus guardaespaldas la esperaba.

—Me saludas al anciano. —dijo casi en un grito el chico y su hermana asintió.

Al llegar a la puerta, el guardaespaldas le alzó el abrigo y sus muy usados lentes de sol. Ella agradeció el gesto y se puso el abrigo para luego ponerse los lentes de sol. Caminó hacia afuera y luego de ser acompañada por el hombre, caminó al auto y entró. 

Dentro del auto, el hombre que la estuvo cuidando toda su vida cuando su padre no podía, la estaba esperando.

—Hola, seriedad personificada. —dijo aquel hombre mientras reía. 

—Ya te pareces a tu sobrino. —respondió ella cruzándose de brazos luego de quitarse los lentes y colocarlos en su regazo. 

—¿Qué? ¿Senri también se queja de que eres demasiado seria? —preguntó aquel hombre con curiosidad.

El auto empezó a ir camino a la casa donde vivía Juri.

—Sí, es un idiota y un puerco marrano. —al decir lo último, río un poco.

Lazos de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora